[solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
Capítulo 10
Joe miró la puerta por la que se había marchado (tu name) unos minutos más, hasta que su cuerpo fue capaz de reponerse a la perdida de su abrazo. Se giro y camino en dirección a su casa. Cuando llevaba un rato andando se percató de que Lincoln lo acompañaba y lo miraba con media sonrisa burlona.
- ¿No tenías cosas que hacer? -preguntó Joe extrañado.
- Sí, pero te vi tan obtuso que pensé en acompañarte para que no te atropellen o algo -se burló Lincoln sin rastro de diversión.
- ¿Y a ti qué te pasa wey? -dijo parándose junto a él.
- ¡No me extraña que todo el mundo crea que son novios cuando los conocen! -exclamó Lincoln ceñudo.
- ¿Cómo?
- q (tu name) y tú ¡Parecen novios! -afirmó muy serio.
- Como crees. Para nada. Es solo que es mi amiga. Mi mejor amiga. Como una hermana. Y como parte de mi familia que es, no me gusta que me oculte cosas o que me trate como si yo no fuese importante. Ella es una niña muy especial para mi, pero nunca podría verla de una forma... -¿sexual? se preguntó a si mismo y frunció el ceño- No podría verla de una forma que corrompiese nuestra amistad.
- Se nota que tienen algo lindo. Pero tarde o temprano caerá. Una amistad tan fuerte lleva a confusión -predijo Lincoln aún muy serio.
- No me atrae en lo absoluto. Además, nuestra amistad es limpia y pura, nunca la estropearía acostan... con nada -se rectificó incapaz de decir una palabra tan soez para con la persona más importante de su vida.
- ¿En serio hay cero posibilidades de que haya algo entre ustedes? -preguntó interesado Lincoln.
- ¡Cero posibilidades! -corroboró Joe- Pero ¿por qué o qué? Dijiste que tú no estabas interesado en ella.
- ¡Ya! Pero la neta, me atrae muchísimo. Me gustó en cuanto la vi, pero después cuando la intenté conocer estaba muy seria y apenas hablaba. Estaba así porque tú estabas medio desaparecido y después ella apenas daba la cara. Ahora sé que era por el trabajo. Pero no creo que la chica que conocí sea la verdadera (tu name). Cuando la he visto hoy contigo ha sido toda una revelación. La fuerza con la que toma las cosas. Esta claro que tiene carácter -dijo soltando una carcajada- Es muy inteligente. No la engañamos ni por un segundo. Y nunca la imaginé tan dulce. Cuando sonríe... -se mordió el labio y se llevó las manos a la cara- ¡Uf! Quiero conocerla mejor, mucho mejor.
Joe escuchó atentamente todo lo que dijo Lincoln y estuvo de acuerdo con cada afirmación. Era obvio que al chico le gustaba su amiga de verdad, que no quería jugar con ella. Recordó la imagen de ella en los brazos del gorila. Mejor que con ese wey con cualquiera, pensó Joe. Lincoln parecía hablar en serio, y si quería conquistar a (tu name), él no se opondría. Si ella tenía que tener un novio, al menos, tendría uno que él pudiese controlar. Si se pasaba de la raya... no lo haría. No se lo permitiría. Pero Lincoln parecía más serio de lo que él pensó en primera instancia. No jugaría con ella.
Al llegar la noche (tu name) no llamó a Joe, sino que fue a su casa. Él estaba en la cama ojeando una revista cuando entró en su habitación. Él la miró, sonrió y echó la revista a un lado.
- No te esperaba -afirmó Joe.
- ¡Estoy muerta! -exclamó (tu name) tirándose sobre la cama.
La cama era enorme por lo que cabían los dos sin problemas. Aún así, al estirarse (tu name) coloco su brazo sobre el abdomen de Joe.
- ¡Ven acá! -ordenó Joe tirando de ella para colocarla sobre su pecho- ¿estás muy cansada? -preguntó acariciándole el pelo. Le besó la frente y continuó peinándole el cabello con los dedos, deshaciendo la coleta que llevaba.
- ¡Agotada! -respondió dejándose mimar- No volveré a participar en la próxima fiesta que monten.
- ¡Ajam! -es lo único que pudo decir ya que estaba concentrado en el brillante pelo entre sus dedos. Nunca se había fijado en lo sedoso que era ¿Por qué lo llevaría siempre recogido? Estaba seguro de que suelto sería una melena increíblemente... No, se dijo Joe, no iba a pensar que era sexy. Además, una melena no podía ser sexy. Aún así tuvo que contenerse para no pedirle que se levantara para ver como le quedaba el pelo suelto.
- Pero mañana acabará todo -continuó (tu name)-¿Me estás escuchando? -dijo levantando la cabeza para mirarlo.
A escasos centímetros (tu name) esperaba que Joe le respondiese. Y este esperaba volver a respirar lo antes posible. Con el pelo revuelto por las caricias y cayendo en cascada a un lado, (tu name) estaba deslumbrante. Definitivamente se había equivocado, pensó Joe, ¡era guapísima! Sus enormes ojos turquesa completamente pendientes a él, su melena dorada acentuando la suavidad de su cuello y los carnosos labios entreabiertos ¡Una belleza!
¡Oh, Dios!
(tu name) comenzó a impacientarse y como acto de ansiedad por la mudez de su amigo, se mordió el labio. Joe noto como se tensaba todo su cuerpo y el corazón comenzaba a latirle a mil pulsaciones por segundo. En cuanto su cuerpo se lo permitió salió corriendo de la cama y fue al baño. No podía ver a (tu name) como una mujer. Era (tu name) ¡Maldita sea!, se reprochó. Si no se había dado cuenta antes de lo bella que era es porque era un amigo al que respetar, no con el que fantasear. Y estaba seguro de que la imagen que acababa de ver lo atormentaría esa misma noche. No podía ser tan miserable de ignorar a su amiga simplemente porque le pareciera guapa. Saldría del baño y actuaría como siempre. A fin de cuentas, que fuera guapa no cambiaba nada. Él seguía sintiéndose atraído por otra clase de mujeres. Esas que juegan hasta enloquecerte de deseo, sexys y atrevidas ¡Y (tu name) no era de esas! Saldría y hablaría con ella como lo que es, una amiga, pensó Joe. En cuanto se le pasase la erección, claro. [jAa]
Bastantes minutos más tarde Joe había conseguido calmarse y salir, más relajado, a su cuarto. Miró a la cama y ella seguía allí. Se había puesto la coleta otra vez, y su pelo había vuelto a ser el amasijo de pelo sin gracia de siempre. Miraba la revista que él había dejado un rato antes y fruncía el ceño. Él la conocía y sabía exactamente qué artículo estaba leyendo. Suspiró relajado. Ella volvía a ser la que conocía. No sabía cómo había parecido aquella extraña y sexy mujer pero por suerte para él había desaparecido. Frente a él estaba la chica con la que jugaba al baloncesto siempre que podían, la que le acompañaba a ver el fútbol, la que le sacaba de los líos, en los que normalmente era ella quién lo metía, y de la que estaba seguro conocía cada detalle de su vida. Fuese lo que fuese lo que le pasaba últimamente desaparecería. Puede que fuese el descubrimiento de que otros la veían diferente, lo que provocaba aquello. Pero ella no había cambiado y él no quería que ella lo hiciese. Y mucho menos que cambiase su relación.
- (tu name) tengo algo que decirte -afirmó Joe acercándose a la cama.
- Si es lo que has hecho en el baño, ¡ahórratelo! -pidió (tu name) inmersa en lo que leía.
- ¡No! -negó Joe sonrojándose por un instante, hasta que se dio cuenta de que ella se refería a otra acción que cubría una necesidad básica, para lo que estaba diseñado el aseo, y no la que había cubierto en realidad. Se relajó y sonrió. Se dijo a si mismo que no se había masturbado a costa de su amiga. Era una simple coincidencia que su erección surgiese frente a ella. Y él solo se limitó a hacer que desapareciese.
- Bueno, pues cuenta -dijo (tu name) dejando la revista a un lado.
- Quería hablarte de Linoln -le comunicó sentándose en la cama frente a ella.
- ¿Otra vez? ¿Qué quieres saber ahora? Apenas nos vemos ¿no creerás que nos vemos a escondidas o algo así? -acusó pensativa. No tenía ni fuerzas ni ganas para otra discusión.
- Tranquila. Hemos pasado tiempo juntos y he descubierto que es un buen tipo.
- ¡Que sexy! -dijo sarcástica, desconcertando a su amigo. Había pasado mucho tiempo sin controlar lo que decía y se había vuelto normal que el único tema de charla fuesen los hombres malos y cuan malos podían llegar a ser en el dominio en el que estaba permitido: la cama. Pero ahora no estaba con las chicas y tenía que controlarse- ¿Qué pasa con él?
- Me ha corroborado que le gustas -informó sereno.
- Eso ya se dijo hace mucho ¿Cual es la novedad? -preguntó sin entender a donde iba su amigo.
- Antes sabíamos que le parecías guapa, ahora él me ha confirmado que quiere conocerte más en profundidad -explicó Joe tan lento y cuidadoso como si hablase con una retrasada o un bebé que apenas comienza a hablar.
- ¿Y? -replicó (tu name) perdiendo la paciencia. Si no soportaba que la tratase como tonta, aún menos que se hiciese de rogar tanto. Estaba claro que creía que la iba a escandalizar o algo parecido.
- Tú siempre igual. Todas las chicas de la universidad matarían por una oportunidad con él y tú ni lo tomas en cuenta ¿No te gusta o es que no te atraen los hombres? -bromeó no estando seguro de escuchar la respuesta.
- Oh, claro. Como a todas les gusta a mi me tiene que gustar. Por esa lógica aplastante yo debería estar desnuda bajo tus sábanas esperándote y rogando para que me hagas tuya, al igual que todas se te regalan diariamente.
¡Maldita sea! Intentaba verla como un chico aunque estuviese hablando claramente de que era una mujer con deseos por otros hombres ¿Por qué tenía que haber dicho eso? "Desnuda bajo tus sábanas esperándote y rogando para que me hagas tuya". No sería fácil de olvidar o de ignorar. Pero eran amigos y tenía que bromear como correspondía a un engreído que no se toma nada en serio.
- Ya tienes medio camino hecho. Ya estás en la cama. Ahora solo falta que te quites la ropa que yo ya hago lo demás -bromeó Joe rezando para que no se estropease su relación por bromear con el sexo.
- ¡Que pereza! Lo dejamos para otro día mejor -le siguió la broma (tu name). Ella apenas se había dado cuenta de que era la primera vez que bromeaban con el sexo entre ambos. Era algo tan frecuente en su día a día, que no le pareció diferente. Solía picarse frecuentemente con todos los hombres que conocía, haciéndose la difícil, como ellos le reprochaban.
- ¿Entonces? -preguntó relajado por la normalidad con la que ella se había tomado la broma.
- ¿Qué?
- Pues ¿qué piensas de Lincoln? -quiso saber impaciente.
- ¡Ahm! ¿Soy totalmente sincera?
- Claro. Sino no preguntaría.
- Nunca he hablado así contigo así que puede extrañarte -afirmó (tu name) escéptica.
- No hay problema. Somos amigos y podemos contárnoslo todo -repuso muy sonriente.
- ¡Ok! Físicamente es mi tipo. Pero apenas he tenido oportunidad de conocerlo. Así que no puedo hablar sobre su personalidad. Pero... -continuó antes de que la interrumpiese- yo soy de las que piensan que tiene que atraerte desde el primer momento. Eso de que con el tiempo se comienza a querer a alguien es una chorrada. Con el tiempo solo se consigue cariño. Si la química no se da desde el primer momento, nunca se dará.
¿Y la hay entre ustedes? -preguntó sereno.
- Lincoln no pasa desapercibido pero la neta no me agrada el no poder decir que lo conozco. Pero sí, me atrae -confesó (tu name) delicadamente.
- Le encantará saberlo -afirmó Joe risueño.
- Si es que se entera. Porque tú no se lo dirás y yo no se si quiero que se enteré. No te necesito de Cupido. Me las he arreglado muy bien sin ti hasta ahora. Además, tengo algunos asuntos sin resolver -dijo pensando que como Nick escuchase esa conversación ejecutaría de inmediato a sus dos amigos. Aunque estaba segura de que si pudiese hacer tal cosa, extendería la condena a todos los hombres heterosexuales atractivos. Y a todos los demás, también.
- ¿El gorila es tu novio? -preguntó ceñudo.
- ¿Axel? Ya le gustaría -bromeó (tu name) soltándose en carcajadas- Lo que quería decir es que yo no soy de tener novio. Tú me conoces, nunca he tenido ninguno -formal, pensó- Y no estoy segura de querer tenerlo. Además eso se tiene que dar, no planearlo. Y me extraña que estés de acuerdo. Pensaba que el día que me echase novio harías una campaña contra él, no a favor de que me lo eche ¿Tan necesitada me ves? -se burló en tono payaso.
- No te imagino con novio para nada. Pero si tienes que tener uno, al menos, que sea de confianza -explicó Joe relajado.
- ¿De confianza? Vaya mierda de celestina eres. Anda -dijo despeinándolo mientras se levantaba- Me voy que se me hace tarde.
- Te me cuidas -se despidió tirándose sobre la cama.
- ¡Eso mismo te digo yo! Que no quiero ser tía antes de tiempo -bromeó caminando hasta la puerta- Hasta el lunes. Te llamo el domingo para ver que onda, si tengo algún huequito libre. Bye.
(tu name) se fue sorprendida por lo bien que se estaba tomando Joe los cambios que iban surgiendo. No había protestado ante la idea de que uno de sus amigos la rondara e incluso, la había alentado a hacerse novios. Había bromeado sobre sexo y no había sido incómodo, ni nada se había roto en su amistad. Podía ser que se hubiese equivocado al esconderle cómo era en realidad con los hombres. Puede que él si pudiese distinguir entre como el trato con amigos y con el resto.
Joe dio gracias al cielo porque no la volvería a ver hasta el lunes. Tenía tiempo suficiente para pensar en todo lo que había pasado. Su mejor amiga era la niña más bella que había visto jamás. No podía olvidar esa imagen a tan escasos centímetros de él. La había escuchado bromear con el sexo, hablar de hombres y comportarse como toda una mujer. Segura y de ideas claras. Y había sido tremendamente sexy. Le parecía estar tratando con dos personas distintas, y tenía todo el fin de semana para pensar qué hacer ¿Unirlas? No, eso no era posible ¿Hacer que la nueva desaparezca o volver a ignorar su existencia como hasta entonces? Eso sería lo mejor, aunque no tenía la menor idea de cómo hacerlo.
Joe miró la puerta por la que se había marchado (tu name) unos minutos más, hasta que su cuerpo fue capaz de reponerse a la perdida de su abrazo. Se giro y camino en dirección a su casa. Cuando llevaba un rato andando se percató de que Lincoln lo acompañaba y lo miraba con media sonrisa burlona.
- ¿No tenías cosas que hacer? -preguntó Joe extrañado.
- Sí, pero te vi tan obtuso que pensé en acompañarte para que no te atropellen o algo -se burló Lincoln sin rastro de diversión.
- ¿Y a ti qué te pasa wey? -dijo parándose junto a él.
- ¡No me extraña que todo el mundo crea que son novios cuando los conocen! -exclamó Lincoln ceñudo.
- ¿Cómo?
- q (tu name) y tú ¡Parecen novios! -afirmó muy serio.
- Como crees. Para nada. Es solo que es mi amiga. Mi mejor amiga. Como una hermana. Y como parte de mi familia que es, no me gusta que me oculte cosas o que me trate como si yo no fuese importante. Ella es una niña muy especial para mi, pero nunca podría verla de una forma... -¿sexual? se preguntó a si mismo y frunció el ceño- No podría verla de una forma que corrompiese nuestra amistad.
- Se nota que tienen algo lindo. Pero tarde o temprano caerá. Una amistad tan fuerte lleva a confusión -predijo Lincoln aún muy serio.
- No me atrae en lo absoluto. Además, nuestra amistad es limpia y pura, nunca la estropearía acostan... con nada -se rectificó incapaz de decir una palabra tan soez para con la persona más importante de su vida.
- ¿En serio hay cero posibilidades de que haya algo entre ustedes? -preguntó interesado Lincoln.
- ¡Cero posibilidades! -corroboró Joe- Pero ¿por qué o qué? Dijiste que tú no estabas interesado en ella.
- ¡Ya! Pero la neta, me atrae muchísimo. Me gustó en cuanto la vi, pero después cuando la intenté conocer estaba muy seria y apenas hablaba. Estaba así porque tú estabas medio desaparecido y después ella apenas daba la cara. Ahora sé que era por el trabajo. Pero no creo que la chica que conocí sea la verdadera (tu name). Cuando la he visto hoy contigo ha sido toda una revelación. La fuerza con la que toma las cosas. Esta claro que tiene carácter -dijo soltando una carcajada- Es muy inteligente. No la engañamos ni por un segundo. Y nunca la imaginé tan dulce. Cuando sonríe... -se mordió el labio y se llevó las manos a la cara- ¡Uf! Quiero conocerla mejor, mucho mejor.
Joe escuchó atentamente todo lo que dijo Lincoln y estuvo de acuerdo con cada afirmación. Era obvio que al chico le gustaba su amiga de verdad, que no quería jugar con ella. Recordó la imagen de ella en los brazos del gorila. Mejor que con ese wey con cualquiera, pensó Joe. Lincoln parecía hablar en serio, y si quería conquistar a (tu name), él no se opondría. Si ella tenía que tener un novio, al menos, tendría uno que él pudiese controlar. Si se pasaba de la raya... no lo haría. No se lo permitiría. Pero Lincoln parecía más serio de lo que él pensó en primera instancia. No jugaría con ella.
Al llegar la noche (tu name) no llamó a Joe, sino que fue a su casa. Él estaba en la cama ojeando una revista cuando entró en su habitación. Él la miró, sonrió y echó la revista a un lado.
- No te esperaba -afirmó Joe.
- ¡Estoy muerta! -exclamó (tu name) tirándose sobre la cama.
La cama era enorme por lo que cabían los dos sin problemas. Aún así, al estirarse (tu name) coloco su brazo sobre el abdomen de Joe.
- ¡Ven acá! -ordenó Joe tirando de ella para colocarla sobre su pecho- ¿estás muy cansada? -preguntó acariciándole el pelo. Le besó la frente y continuó peinándole el cabello con los dedos, deshaciendo la coleta que llevaba.
- ¡Agotada! -respondió dejándose mimar- No volveré a participar en la próxima fiesta que monten.
- ¡Ajam! -es lo único que pudo decir ya que estaba concentrado en el brillante pelo entre sus dedos. Nunca se había fijado en lo sedoso que era ¿Por qué lo llevaría siempre recogido? Estaba seguro de que suelto sería una melena increíblemente... No, se dijo Joe, no iba a pensar que era sexy. Además, una melena no podía ser sexy. Aún así tuvo que contenerse para no pedirle que se levantara para ver como le quedaba el pelo suelto.
- Pero mañana acabará todo -continuó (tu name)-¿Me estás escuchando? -dijo levantando la cabeza para mirarlo.
A escasos centímetros (tu name) esperaba que Joe le respondiese. Y este esperaba volver a respirar lo antes posible. Con el pelo revuelto por las caricias y cayendo en cascada a un lado, (tu name) estaba deslumbrante. Definitivamente se había equivocado, pensó Joe, ¡era guapísima! Sus enormes ojos turquesa completamente pendientes a él, su melena dorada acentuando la suavidad de su cuello y los carnosos labios entreabiertos ¡Una belleza!
¡Oh, Dios!
(tu name) comenzó a impacientarse y como acto de ansiedad por la mudez de su amigo, se mordió el labio. Joe noto como se tensaba todo su cuerpo y el corazón comenzaba a latirle a mil pulsaciones por segundo. En cuanto su cuerpo se lo permitió salió corriendo de la cama y fue al baño. No podía ver a (tu name) como una mujer. Era (tu name) ¡Maldita sea!, se reprochó. Si no se había dado cuenta antes de lo bella que era es porque era un amigo al que respetar, no con el que fantasear. Y estaba seguro de que la imagen que acababa de ver lo atormentaría esa misma noche. No podía ser tan miserable de ignorar a su amiga simplemente porque le pareciera guapa. Saldría del baño y actuaría como siempre. A fin de cuentas, que fuera guapa no cambiaba nada. Él seguía sintiéndose atraído por otra clase de mujeres. Esas que juegan hasta enloquecerte de deseo, sexys y atrevidas ¡Y (tu name) no era de esas! Saldría y hablaría con ella como lo que es, una amiga, pensó Joe. En cuanto se le pasase la erección, claro. [jAa]
Bastantes minutos más tarde Joe había conseguido calmarse y salir, más relajado, a su cuarto. Miró a la cama y ella seguía allí. Se había puesto la coleta otra vez, y su pelo había vuelto a ser el amasijo de pelo sin gracia de siempre. Miraba la revista que él había dejado un rato antes y fruncía el ceño. Él la conocía y sabía exactamente qué artículo estaba leyendo. Suspiró relajado. Ella volvía a ser la que conocía. No sabía cómo había parecido aquella extraña y sexy mujer pero por suerte para él había desaparecido. Frente a él estaba la chica con la que jugaba al baloncesto siempre que podían, la que le acompañaba a ver el fútbol, la que le sacaba de los líos, en los que normalmente era ella quién lo metía, y de la que estaba seguro conocía cada detalle de su vida. Fuese lo que fuese lo que le pasaba últimamente desaparecería. Puede que fuese el descubrimiento de que otros la veían diferente, lo que provocaba aquello. Pero ella no había cambiado y él no quería que ella lo hiciese. Y mucho menos que cambiase su relación.
- (tu name) tengo algo que decirte -afirmó Joe acercándose a la cama.
- Si es lo que has hecho en el baño, ¡ahórratelo! -pidió (tu name) inmersa en lo que leía.
- ¡No! -negó Joe sonrojándose por un instante, hasta que se dio cuenta de que ella se refería a otra acción que cubría una necesidad básica, para lo que estaba diseñado el aseo, y no la que había cubierto en realidad. Se relajó y sonrió. Se dijo a si mismo que no se había masturbado a costa de su amiga. Era una simple coincidencia que su erección surgiese frente a ella. Y él solo se limitó a hacer que desapareciese.
- Bueno, pues cuenta -dijo (tu name) dejando la revista a un lado.
- Quería hablarte de Linoln -le comunicó sentándose en la cama frente a ella.
- ¿Otra vez? ¿Qué quieres saber ahora? Apenas nos vemos ¿no creerás que nos vemos a escondidas o algo así? -acusó pensativa. No tenía ni fuerzas ni ganas para otra discusión.
- Tranquila. Hemos pasado tiempo juntos y he descubierto que es un buen tipo.
- ¡Que sexy! -dijo sarcástica, desconcertando a su amigo. Había pasado mucho tiempo sin controlar lo que decía y se había vuelto normal que el único tema de charla fuesen los hombres malos y cuan malos podían llegar a ser en el dominio en el que estaba permitido: la cama. Pero ahora no estaba con las chicas y tenía que controlarse- ¿Qué pasa con él?
- Me ha corroborado que le gustas -informó sereno.
- Eso ya se dijo hace mucho ¿Cual es la novedad? -preguntó sin entender a donde iba su amigo.
- Antes sabíamos que le parecías guapa, ahora él me ha confirmado que quiere conocerte más en profundidad -explicó Joe tan lento y cuidadoso como si hablase con una retrasada o un bebé que apenas comienza a hablar.
- ¿Y? -replicó (tu name) perdiendo la paciencia. Si no soportaba que la tratase como tonta, aún menos que se hiciese de rogar tanto. Estaba claro que creía que la iba a escandalizar o algo parecido.
- Tú siempre igual. Todas las chicas de la universidad matarían por una oportunidad con él y tú ni lo tomas en cuenta ¿No te gusta o es que no te atraen los hombres? -bromeó no estando seguro de escuchar la respuesta.
- Oh, claro. Como a todas les gusta a mi me tiene que gustar. Por esa lógica aplastante yo debería estar desnuda bajo tus sábanas esperándote y rogando para que me hagas tuya, al igual que todas se te regalan diariamente.
¡Maldita sea! Intentaba verla como un chico aunque estuviese hablando claramente de que era una mujer con deseos por otros hombres ¿Por qué tenía que haber dicho eso? "Desnuda bajo tus sábanas esperándote y rogando para que me hagas tuya". No sería fácil de olvidar o de ignorar. Pero eran amigos y tenía que bromear como correspondía a un engreído que no se toma nada en serio.
- Ya tienes medio camino hecho. Ya estás en la cama. Ahora solo falta que te quites la ropa que yo ya hago lo demás -bromeó Joe rezando para que no se estropease su relación por bromear con el sexo.
- ¡Que pereza! Lo dejamos para otro día mejor -le siguió la broma (tu name). Ella apenas se había dado cuenta de que era la primera vez que bromeaban con el sexo entre ambos. Era algo tan frecuente en su día a día, que no le pareció diferente. Solía picarse frecuentemente con todos los hombres que conocía, haciéndose la difícil, como ellos le reprochaban.
- ¿Entonces? -preguntó relajado por la normalidad con la que ella se había tomado la broma.
- ¿Qué?
- Pues ¿qué piensas de Lincoln? -quiso saber impaciente.
- ¡Ahm! ¿Soy totalmente sincera?
- Claro. Sino no preguntaría.
- Nunca he hablado así contigo así que puede extrañarte -afirmó (tu name) escéptica.
- No hay problema. Somos amigos y podemos contárnoslo todo -repuso muy sonriente.
- ¡Ok! Físicamente es mi tipo. Pero apenas he tenido oportunidad de conocerlo. Así que no puedo hablar sobre su personalidad. Pero... -continuó antes de que la interrumpiese- yo soy de las que piensan que tiene que atraerte desde el primer momento. Eso de que con el tiempo se comienza a querer a alguien es una chorrada. Con el tiempo solo se consigue cariño. Si la química no se da desde el primer momento, nunca se dará.
¿Y la hay entre ustedes? -preguntó sereno.
- Lincoln no pasa desapercibido pero la neta no me agrada el no poder decir que lo conozco. Pero sí, me atrae -confesó (tu name) delicadamente.
- Le encantará saberlo -afirmó Joe risueño.
- Si es que se entera. Porque tú no se lo dirás y yo no se si quiero que se enteré. No te necesito de Cupido. Me las he arreglado muy bien sin ti hasta ahora. Además, tengo algunos asuntos sin resolver -dijo pensando que como Nick escuchase esa conversación ejecutaría de inmediato a sus dos amigos. Aunque estaba segura de que si pudiese hacer tal cosa, extendería la condena a todos los hombres heterosexuales atractivos. Y a todos los demás, también.
- ¿El gorila es tu novio? -preguntó ceñudo.
- ¿Axel? Ya le gustaría -bromeó (tu name) soltándose en carcajadas- Lo que quería decir es que yo no soy de tener novio. Tú me conoces, nunca he tenido ninguno -formal, pensó- Y no estoy segura de querer tenerlo. Además eso se tiene que dar, no planearlo. Y me extraña que estés de acuerdo. Pensaba que el día que me echase novio harías una campaña contra él, no a favor de que me lo eche ¿Tan necesitada me ves? -se burló en tono payaso.
- No te imagino con novio para nada. Pero si tienes que tener uno, al menos, que sea de confianza -explicó Joe relajado.
- ¿De confianza? Vaya mierda de celestina eres. Anda -dijo despeinándolo mientras se levantaba- Me voy que se me hace tarde.
- Te me cuidas -se despidió tirándose sobre la cama.
- ¡Eso mismo te digo yo! Que no quiero ser tía antes de tiempo -bromeó caminando hasta la puerta- Hasta el lunes. Te llamo el domingo para ver que onda, si tengo algún huequito libre. Bye.
(tu name) se fue sorprendida por lo bien que se estaba tomando Joe los cambios que iban surgiendo. No había protestado ante la idea de que uno de sus amigos la rondara e incluso, la había alentado a hacerse novios. Había bromeado sobre sexo y no había sido incómodo, ni nada se había roto en su amistad. Podía ser que se hubiese equivocado al esconderle cómo era en realidad con los hombres. Puede que él si pudiese distinguir entre como el trato con amigos y con el resto.
Joe dio gracias al cielo porque no la volvería a ver hasta el lunes. Tenía tiempo suficiente para pensar en todo lo que había pasado. Su mejor amiga era la niña más bella que había visto jamás. No podía olvidar esa imagen a tan escasos centímetros de él. La había escuchado bromear con el sexo, hablar de hombres y comportarse como toda una mujer. Segura y de ideas claras. Y había sido tremendamente sexy. Le parecía estar tratando con dos personas distintas, y tenía todo el fin de semana para pensar qué hacer ¿Unirlas? No, eso no era posible ¿Hacer que la nueva desaparezca o volver a ignorar su existencia como hasta entonces? Eso sería lo mejor, aunque no tenía la menor idea de cómo hacerlo.
sofia- Admin
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alyson !*- Cantidad de envíos : 91
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
Capítulo 11
Tras una noche sin poder dormir Joe amaneció, sorprendentemente fresco. Había pensado una y otra vez en (tu name), Lincoln y el gorila de la discoteca. Por no hablar de todas las loterías que había armado, imaginándose cuantos novios habría tenido o cómo habrían sido. Pero después lo había descartado. Seguía siendo (tu name), ella no tenía experiencia en el ámbito. Y ella misma lo había afirmado esa noche. Era estúpido estar pensando en esas cosas, se dijo antes de decidirse a dormir un poco.
Al levantarse y desayunar no pudo evitar volver a pensar otra vez en el mismo tema. Para despejarse quedó con Lincoln para jugar a baloncesto un rato. Y no hablaría de (tu name).
Se estaba montando una película por nada, pensó. Que sea una mujer y él lo hubiese ignorado hasta el momento, no la hace más atractiva que las otras. Lo que le ocurría era eso, que no estaba acostumbrado a esas conductas femeninas. Si se daban más a menudo acabaría acostumbrándose y dejarían de importarle.
(tu name) durmió plácidamente más horas de las que había dormido en toda esa semana. Por suerte no tenía clases y pudo dormir, cosa que necesitaba con urgencia. Hizo algunas tareas, comió relajadamente y se preparó para la noche. Necesitaría de toda su paciencia -que era muy poca- para no acabar echándole en cara mil cosas al engreído millonario que había alquilado el local. Quiso estar horas antes de que empezase todo para asegurarse de que todo saldría como debía y pasó la tarde arreglándose para estar perfecta. Al llegar al local se lo encontró abierto cosa que solo le sorprendió en parte. El gerente era tan obsesivo con la perfección como ella. Sin duda su jefe se había encargado de contratar a dos obsesivos-compulsivos adrede para que cada detalle estuviese solucionado antes de que pudiese estropear lo más mínimo.
- ¡Tony dime, al menos, que has dormido en tu casa! -bromeó (tu name) acercándosele.
- Sí, y hasta me duche y me cambie de ropa -se burló como si hubiese hecho todo un sacrificio.
- ¿Qué haces aquí tan temprano? -le regañó ella con un tono tierno.
- Hago inventario de las cosas que hay para la fiesta. Las cosas que se van a romper, o sea, ¡todo! Y lo que necesitaremos para mañana poder abrir como siempre -explicó Tony sin dejar de mirar los papeles en sus manos- ¿Y tú?
- Llevo todo el día pensando en bajar un poco las luces para que no se vea el local tan vacío, así que vine a hacer unas pruebas. Y por cierto, el inventario lo tienes listo desde la semana pasado ¡Deja de agobiarte! –ordenó (tu name) comprensiva. Tony suspiró y desvió la mirada de sus papeles.
- Veamos esas luces. Te veo distinta -observó extrañado.
- No llevo escote -explicó (tu name) sin más.
- Sí, es eso -corroboró sin darle importancia, caminando hacía el control de luces.
Joe había quedado con sus amigos, como cada fin de semana. Se encontró con Taylor, como cada fin de semana. Y se perdió con ella, como hacía últimamente cada fin de semana.
- ¿Vamos a mi depa? -casi rogó Taylor.
- No. Más tarde. Aún es temprano -espetó Joe mirando hacía todos lados como si buscase algo mejor en lo que ocupar su atención.
- ¿Y qué hacemos entonces? -preguntó berrinchuda.
- Tú puedes hacer lo que te pegue la gana. Yo acabo de ver a alguien que me dijo que no saldría hoy y ahí está ¡Entrando en "El Ritual"! -exclamó sorprendido Joe antes de salir corriendo, dejando a Taylor atrás.
Hacía horas que había empezado la fiesta y salvo algún que otro percance, todo estaba saliendo perfecto pero el maldito tipo que había pedido que se armara tal evento, aún no daba la cara. (tu name) estaba aún más furiosa que antes. Y creía que eso no era posible. Pidió a todos que cuando llegase se le avisara, ya que ella debía darle la bienvenida o una patada en su pomposo trasero, que es exactamente lo que quería.
Tras una noche sin poder dormir Joe amaneció, sorprendentemente fresco. Había pensado una y otra vez en (tu name), Lincoln y el gorila de la discoteca. Por no hablar de todas las loterías que había armado, imaginándose cuantos novios habría tenido o cómo habrían sido. Pero después lo había descartado. Seguía siendo (tu name), ella no tenía experiencia en el ámbito. Y ella misma lo había afirmado esa noche. Era estúpido estar pensando en esas cosas, se dijo antes de decidirse a dormir un poco.
Al levantarse y desayunar no pudo evitar volver a pensar otra vez en el mismo tema. Para despejarse quedó con Lincoln para jugar a baloncesto un rato. Y no hablaría de (tu name).
Se estaba montando una película por nada, pensó. Que sea una mujer y él lo hubiese ignorado hasta el momento, no la hace más atractiva que las otras. Lo que le ocurría era eso, que no estaba acostumbrado a esas conductas femeninas. Si se daban más a menudo acabaría acostumbrándose y dejarían de importarle.
(tu name) durmió plácidamente más horas de las que había dormido en toda esa semana. Por suerte no tenía clases y pudo dormir, cosa que necesitaba con urgencia. Hizo algunas tareas, comió relajadamente y se preparó para la noche. Necesitaría de toda su paciencia -que era muy poca- para no acabar echándole en cara mil cosas al engreído millonario que había alquilado el local. Quiso estar horas antes de que empezase todo para asegurarse de que todo saldría como debía y pasó la tarde arreglándose para estar perfecta. Al llegar al local se lo encontró abierto cosa que solo le sorprendió en parte. El gerente era tan obsesivo con la perfección como ella. Sin duda su jefe se había encargado de contratar a dos obsesivos-compulsivos adrede para que cada detalle estuviese solucionado antes de que pudiese estropear lo más mínimo.
- ¡Tony dime, al menos, que has dormido en tu casa! -bromeó (tu name) acercándosele.
- Sí, y hasta me duche y me cambie de ropa -se burló como si hubiese hecho todo un sacrificio.
- ¿Qué haces aquí tan temprano? -le regañó ella con un tono tierno.
- Hago inventario de las cosas que hay para la fiesta. Las cosas que se van a romper, o sea, ¡todo! Y lo que necesitaremos para mañana poder abrir como siempre -explicó Tony sin dejar de mirar los papeles en sus manos- ¿Y tú?
- Llevo todo el día pensando en bajar un poco las luces para que no se vea el local tan vacío, así que vine a hacer unas pruebas. Y por cierto, el inventario lo tienes listo desde la semana pasado ¡Deja de agobiarte! –ordenó (tu name) comprensiva. Tony suspiró y desvió la mirada de sus papeles.
- Veamos esas luces. Te veo distinta -observó extrañado.
- No llevo escote -explicó (tu name) sin más.
- Sí, es eso -corroboró sin darle importancia, caminando hacía el control de luces.
Joe había quedado con sus amigos, como cada fin de semana. Se encontró con Taylor, como cada fin de semana. Y se perdió con ella, como hacía últimamente cada fin de semana.
- ¿Vamos a mi depa? -casi rogó Taylor.
- No. Más tarde. Aún es temprano -espetó Joe mirando hacía todos lados como si buscase algo mejor en lo que ocupar su atención.
- ¿Y qué hacemos entonces? -preguntó berrinchuda.
- Tú puedes hacer lo que te pegue la gana. Yo acabo de ver a alguien que me dijo que no saldría hoy y ahí está ¡Entrando en "El Ritual"! -exclamó sorprendido Joe antes de salir corriendo, dejando a Taylor atrás.
Hacía horas que había empezado la fiesta y salvo algún que otro percance, todo estaba saliendo perfecto pero el maldito tipo que había pedido que se armara tal evento, aún no daba la cara. (tu name) estaba aún más furiosa que antes. Y creía que eso no era posible. Pidió a todos que cuando llegase se le avisara, ya que ella debía darle la bienvenida o una patada en su pomposo trasero, que es exactamente lo que quería.
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
CAp 11 (SEgunDa pArTee)
¡No podía ser! Uno de los chicos de seguridad acompañaba a Lincoln como había pedido ella que se hiciese con el Señor Becker. Y para cerciorarse de que era él, quedándose sin esperanzas, vio como el hombre hacía gestos avisando de que ese era el tipo que esperaba.
(tu name) no era de las que dejaban ver sorpresa en su rostro, así que camino a lo largo de la amplia pista, cruzando el local casi por completo hasta estar frente a él, cara a cara. Un momento de tensión antes cuando se habían visto, se paralizaron ambos, pero ella se recompuso con una sonrisa e hizo su trabajo.
- ¡Bienvenido Señor Becker! Espero que todo sea de su agrado -repitió con monotonía dejando claro que lo hacía muy a menudo y no era nadie especial.
- ¿(tu name)? ¡Ahm!... -farfulló Lincoln mirándola de arriba a bajo.
- (tu name) (tu apellido) a su servicio durante una noche. Creo que ninguno de los dos sabía el apellido del otro. O al menos, puedo asegurar que yo no -espetó con evidente irritación.
- Creo que soy el causante de tu estrés laboral -adivinó Lincoln más relajado.
- ¡Lo eres! -corroboró inexpresiva.
Lincoln no la había reconocido en el momento de verla. Se le había quedado mirando porque era la mujer más bella de toda la sala. Pero cuanto más se acercaba más le recordaba esa cara a la de alguien y al hablar lo supo. Su cara ya no era angelical, y aunque era una pena, no era nada reprochable. Sus ojos impactaban causando que toda la atención se reuniese en ellos, marcados con el maquillaje era imposible dejar de mirarlos. Sus labios apenas tenían color, sus pómulos estaban marcados sin dejar visible ningún color artificial. Todo hacía que sus turquesas fuesen dos piedras preciosas que todos quisiesen admirar. El pelo recogido en dos moñitos a cada lado. Su imagen era coqueta y pulcra. Llevaba una especia de quimono chino o un vestido de ese estilo, encima de unos pantalones negros. Estos no se veían bien porque la especie de toga le llegaba hasta por debajo de la rodilla. Pero era ceñido y de manguita corta, lo que hacía poder admirar sus curvas y la perfección de su pecho. Pero era de cuello alto, con una pequeña abertura por debajo de un hombro, típico de la ropa oriental. Discreto y tremendamente sensual. No había podido articular palabra hasta que ella habló.
- En fin... -le sacó (tu name) de sus pensamientos con un suspiro- Al menos, podré vengarme por los malos ratos que me has echo pasar -informó con una sonrisa.
- Entonces ¿eres camarera aquí? -preguntó Lincoln recobrando la compostura.
- Soy la de relaciones públicas -explicó sin emoción.
- ¡Oh! -dijo proclamando el merito de la hazaña- ¡En hora buena! ¿Te vas a aprovechar del cargo para vengarte?
- ¡No! Tengo mejores recursos -afirmó con una sonrisa malévola.
- ¿Tengo que pedir un guardaespaldas? -preguntó sin parar de reír Lincoln.
- ¡Oh, no! Nunca te haría daño físico -aclaró (tu name) acercándosele hasta rozar con sus labios la mejilla de él y seguir hasta su oído- La frustración sexual es mucho más dolorosa -explicó con una carcajada antes de darse la vuelta para irse y dejarlo perplejo.
¡Oh Dios bendito! ¿Él había dicho que el vestido, o lo que demonios fuese eso, era discreto?
Al verla contonearse frente a él para marcharse comenzó a notar como el pantalón le hacía presión en la zona de la bragueta. Esa maldita toga no tenía como sujetarse más que por las pequeñas manguitas y el cuello, dejando al descubierta su aterciopelada espalda y su pequeña cintura. Se podía ver mucho mejor los pantalones ajustados negros que comenzaban muy bajos en su cadera y daban forma a todas sus curvas. Toda la sangre se le acumulaba a Lincoln en la misma zona y parecía que fuese a estallar. Esa maldita prenda era inexistente por detrás y prometía que esa dulce espalda sería sueva al tacto ¡Y quería comprobarlo!
(tu name) parecía que escuchaba su pensamientos porque justo antes de salir de la sala, se giró y le sonrió perversa. Sabía en el estado en que lo había dejado y le aclaró con solo una mirada que había sido premeditado. Esa mujer era diabólica y nunca en su vida le había gustado nadie más que en ese momento, se juró Lincoln.
¡No podía ser! Uno de los chicos de seguridad acompañaba a Lincoln como había pedido ella que se hiciese con el Señor Becker. Y para cerciorarse de que era él, quedándose sin esperanzas, vio como el hombre hacía gestos avisando de que ese era el tipo que esperaba.
(tu name) no era de las que dejaban ver sorpresa en su rostro, así que camino a lo largo de la amplia pista, cruzando el local casi por completo hasta estar frente a él, cara a cara. Un momento de tensión antes cuando se habían visto, se paralizaron ambos, pero ella se recompuso con una sonrisa e hizo su trabajo.
- ¡Bienvenido Señor Becker! Espero que todo sea de su agrado -repitió con monotonía dejando claro que lo hacía muy a menudo y no era nadie especial.
- ¿(tu name)? ¡Ahm!... -farfulló Lincoln mirándola de arriba a bajo.
- (tu name) (tu apellido) a su servicio durante una noche. Creo que ninguno de los dos sabía el apellido del otro. O al menos, puedo asegurar que yo no -espetó con evidente irritación.
- Creo que soy el causante de tu estrés laboral -adivinó Lincoln más relajado.
- ¡Lo eres! -corroboró inexpresiva.
Lincoln no la había reconocido en el momento de verla. Se le había quedado mirando porque era la mujer más bella de toda la sala. Pero cuanto más se acercaba más le recordaba esa cara a la de alguien y al hablar lo supo. Su cara ya no era angelical, y aunque era una pena, no era nada reprochable. Sus ojos impactaban causando que toda la atención se reuniese en ellos, marcados con el maquillaje era imposible dejar de mirarlos. Sus labios apenas tenían color, sus pómulos estaban marcados sin dejar visible ningún color artificial. Todo hacía que sus turquesas fuesen dos piedras preciosas que todos quisiesen admirar. El pelo recogido en dos moñitos a cada lado. Su imagen era coqueta y pulcra. Llevaba una especia de quimono chino o un vestido de ese estilo, encima de unos pantalones negros. Estos no se veían bien porque la especie de toga le llegaba hasta por debajo de la rodilla. Pero era ceñido y de manguita corta, lo que hacía poder admirar sus curvas y la perfección de su pecho. Pero era de cuello alto, con una pequeña abertura por debajo de un hombro, típico de la ropa oriental. Discreto y tremendamente sensual. No había podido articular palabra hasta que ella habló.
- En fin... -le sacó (tu name) de sus pensamientos con un suspiro- Al menos, podré vengarme por los malos ratos que me has echo pasar -informó con una sonrisa.
- Entonces ¿eres camarera aquí? -preguntó Lincoln recobrando la compostura.
- Soy la de relaciones públicas -explicó sin emoción.
- ¡Oh! -dijo proclamando el merito de la hazaña- ¡En hora buena! ¿Te vas a aprovechar del cargo para vengarte?
- ¡No! Tengo mejores recursos -afirmó con una sonrisa malévola.
- ¿Tengo que pedir un guardaespaldas? -preguntó sin parar de reír Lincoln.
- ¡Oh, no! Nunca te haría daño físico -aclaró (tu name) acercándosele hasta rozar con sus labios la mejilla de él y seguir hasta su oído- La frustración sexual es mucho más dolorosa -explicó con una carcajada antes de darse la vuelta para irse y dejarlo perplejo.
¡Oh Dios bendito! ¿Él había dicho que el vestido, o lo que demonios fuese eso, era discreto?
Al verla contonearse frente a él para marcharse comenzó a notar como el pantalón le hacía presión en la zona de la bragueta. Esa maldita toga no tenía como sujetarse más que por las pequeñas manguitas y el cuello, dejando al descubierta su aterciopelada espalda y su pequeña cintura. Se podía ver mucho mejor los pantalones ajustados negros que comenzaban muy bajos en su cadera y daban forma a todas sus curvas. Toda la sangre se le acumulaba a Lincoln en la misma zona y parecía que fuese a estallar. Esa maldita prenda era inexistente por detrás y prometía que esa dulce espalda sería sueva al tacto ¡Y quería comprobarlo!
(tu name) parecía que escuchaba su pensamientos porque justo antes de salir de la sala, se giró y le sonrió perversa. Sabía en el estado en que lo había dejado y le aclaró con solo una mirada que había sido premeditado. Esa mujer era diabólica y nunca en su vida le había gustado nadie más que en ese momento, se juró Lincoln.
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
O.O sigueee please !!
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
Capítulo 12
(Tu name) abandonó la sala y entró en sus dominios, que ese día estaba vacío, la zona VIP. Rió sin parar recordando la cara de Lincoln. Pero tuvo que reconocer que estaba guapísimo con esa camisa de seda negra que se ajustaba a sus duros músculos. La semana había mejorado increíblemente rápido, se dijo (tu name) sonriendo ante las posibilidades que le deparaban la noche.
Lincoln fue capaz de caminar, aunque no supo exactamente cómo consiguió tal hazaña, y persiguió al diablo encarnado en cuerpo de mujer que lo traía loco. Habría la puerta por la que ella había entrado unos minutos antes y se la encontró. Ella estaba sentada en un semicírculo acolchado, hundida en almohadones e inclinada por completo. Apoyándose sobre un codo lo miraba con una sonrisa traviesa. Él se limitó a observarla desde la puerta, boquiabierto, admirándola. Ella pudo ver sin dificultad el brillo de deseo en los ojos de él y decidió que era el momento perfecto para ser muy mala chica.
- ¡Estoy agotada! Me has hecho trabajar mucho -dijo (tu name) pero él no le contestó- ¿Crees que haya algo que puedas hacer? -preguntó fingiendo desinterés.
- Doy muy buenos masajes -contestó Lincoln acercándose lentamente, como una pantera al acecho- ¡Quítate esa cosa y te lo demuestro! -bufó ansioso.
- La ventaja de "esta cosa" es que no es necesario que me la quite para que me des un masaje. Tiene la espalda descubierta -explicó ella tranquila.
- No es en la espalda en donde quiero hacerte el masaje -informó él casi sin voz por la excitación.
(Tu name) lo miro como si no hubiese dicho nada que pudiese incitar a desatar su lívido y sonrió mostrándole que ella tenía el poder, la seguridad de poder controlarse y de manejarlo a su antojo. Lincoln quiso decirle lo bella que le parecía. Quiso decirle lo sensual que la encontraba. Quiso decirle lo mucho que le atraía. Quiso decirle lo perversa que era. Quiso decirle muchas cosas... pero no dijo nada. Sin darse apenas cuenta, se había tirado sobre ella, cogiéndola por la cintura apretándola más contra su duro cuerpo e invadiendo su boca sin compasión.
Ambos tendidos disfrutaban del beso que cada vez era menos violento y más sensual. Él se separó un segundo para respirar y ella dibujo el interior de los labios de él con la punta de la lengua, provocando un escalofrío de excitación en él. (Tu name) se separó y sonrió orgullosa de que el cuerpo de él respondiese con tanta complicidad al de ella. Lincoln no aguantó esos segundos sin la boca de ella sobre la suya y arremetió contra ella de nuevo. Pero una voz lo sacó del éxtasis en el que se encontraba.
- ¡Jefa!... -se interrumpió Axel al verlos- ¡Perdón!
- No pasa nada - dijo (tu name) quitándose a Lincoln de encima con dificultad, porque él no quería separarse ni un milímetro, y levantándose- ¿Qué ha pasado? ¡Y no me digas jefa! -ordenó irritada- Te he dicho mil veces que no lo soy. Es Tony al que tienes que dar las explicaciones.
- ¡Ya! Como si alguien lo hiciese. Pero esto te compete a ti. Un chico esta afuera dice que conoce al Señor Becker y que necesita hablar con él un momento.
- Si esta en la lista déjalo pasar -dijo (tu name) sin dar importancia al problema.
- No está. Lo he comprobado. Y dice que avise al Señor. Dijo su nombre y apellido sin que yo se lo dijese, por lo que imagino que lo conoce de verdad -explicó Axel.
- Lincoln -le llamó (tu name) para que se hiciese responsable de lo que ocurría- Creo que deberías ver de quién se trata.
- Déjalo entrar y que disfrute de la fiesta me da igual. No pienso moverme de aquí -informó contundente Lincoln.
- No pidió entrar. Solo dijo que quería hablar con usted -aclaró Axel con frialdad.
- ¡Lincoln no seas cabezota y ve a ver qué pasa! -ordenó (tu name) como si tratase con un niño desobediente.
- Vas a ser una novia muy mandona -dijo Lincoln frunciendo el ceño.
- ¿Es una propuesta? -bromeó (tu name) con una sonrisa pícara.
- ¡Es un hecho! -afirmó Lincoln levantándose.
Lincoln siguió a Axel maldiciendo entre dientes, mientras (tu name) se soltaba en carcajadas. No quería ir a ver a quién diablos estuviese dando el coñazo en la puerta. Lo que quería era estar con (tu name) y proseguir donde lo había dejado. Cuando dijo que era bella y sensual se quedó corto. Y decir que era perversa fue una total insensatez. Era la encarnación de todo mal. Y como le gustaba...
(tu name) no pudo evitar la curiosidad y los siguió hasta la puerta. Al llegar no pudo ver al chico que estaba esperando porque esos dos robustos hombres lo tapaban. Aunque pudo distinguir una figura igual de atlética. Pero pudo distinguir la voz sin problemas.
- Wey ¿qué haces aquí? ¿No me dijiste que tenías negocios que atender? -acusó Joe con evidente reproche hacía Lincoln.
En cuanto escuchó que se trataba de su amigo se giró de inmediato quedando de espalda a ellos. Nadie se había percatado de su presencia pero ella fue incapaz de moverse por no llamar la atención.
COntinuArAAa.... xD
(Tu name) abandonó la sala y entró en sus dominios, que ese día estaba vacío, la zona VIP. Rió sin parar recordando la cara de Lincoln. Pero tuvo que reconocer que estaba guapísimo con esa camisa de seda negra que se ajustaba a sus duros músculos. La semana había mejorado increíblemente rápido, se dijo (tu name) sonriendo ante las posibilidades que le deparaban la noche.
Lincoln fue capaz de caminar, aunque no supo exactamente cómo consiguió tal hazaña, y persiguió al diablo encarnado en cuerpo de mujer que lo traía loco. Habría la puerta por la que ella había entrado unos minutos antes y se la encontró. Ella estaba sentada en un semicírculo acolchado, hundida en almohadones e inclinada por completo. Apoyándose sobre un codo lo miraba con una sonrisa traviesa. Él se limitó a observarla desde la puerta, boquiabierto, admirándola. Ella pudo ver sin dificultad el brillo de deseo en los ojos de él y decidió que era el momento perfecto para ser muy mala chica.
- ¡Estoy agotada! Me has hecho trabajar mucho -dijo (tu name) pero él no le contestó- ¿Crees que haya algo que puedas hacer? -preguntó fingiendo desinterés.
- Doy muy buenos masajes -contestó Lincoln acercándose lentamente, como una pantera al acecho- ¡Quítate esa cosa y te lo demuestro! -bufó ansioso.
- La ventaja de "esta cosa" es que no es necesario que me la quite para que me des un masaje. Tiene la espalda descubierta -explicó ella tranquila.
- No es en la espalda en donde quiero hacerte el masaje -informó él casi sin voz por la excitación.
(Tu name) lo miro como si no hubiese dicho nada que pudiese incitar a desatar su lívido y sonrió mostrándole que ella tenía el poder, la seguridad de poder controlarse y de manejarlo a su antojo. Lincoln quiso decirle lo bella que le parecía. Quiso decirle lo sensual que la encontraba. Quiso decirle lo mucho que le atraía. Quiso decirle lo perversa que era. Quiso decirle muchas cosas... pero no dijo nada. Sin darse apenas cuenta, se había tirado sobre ella, cogiéndola por la cintura apretándola más contra su duro cuerpo e invadiendo su boca sin compasión.
Ambos tendidos disfrutaban del beso que cada vez era menos violento y más sensual. Él se separó un segundo para respirar y ella dibujo el interior de los labios de él con la punta de la lengua, provocando un escalofrío de excitación en él. (Tu name) se separó y sonrió orgullosa de que el cuerpo de él respondiese con tanta complicidad al de ella. Lincoln no aguantó esos segundos sin la boca de ella sobre la suya y arremetió contra ella de nuevo. Pero una voz lo sacó del éxtasis en el que se encontraba.
- ¡Jefa!... -se interrumpió Axel al verlos- ¡Perdón!
- No pasa nada - dijo (tu name) quitándose a Lincoln de encima con dificultad, porque él no quería separarse ni un milímetro, y levantándose- ¿Qué ha pasado? ¡Y no me digas jefa! -ordenó irritada- Te he dicho mil veces que no lo soy. Es Tony al que tienes que dar las explicaciones.
- ¡Ya! Como si alguien lo hiciese. Pero esto te compete a ti. Un chico esta afuera dice que conoce al Señor Becker y que necesita hablar con él un momento.
- Si esta en la lista déjalo pasar -dijo (tu name) sin dar importancia al problema.
- No está. Lo he comprobado. Y dice que avise al Señor. Dijo su nombre y apellido sin que yo se lo dijese, por lo que imagino que lo conoce de verdad -explicó Axel.
- Lincoln -le llamó (tu name) para que se hiciese responsable de lo que ocurría- Creo que deberías ver de quién se trata.
- Déjalo entrar y que disfrute de la fiesta me da igual. No pienso moverme de aquí -informó contundente Lincoln.
- No pidió entrar. Solo dijo que quería hablar con usted -aclaró Axel con frialdad.
- ¡Lincoln no seas cabezota y ve a ver qué pasa! -ordenó (tu name) como si tratase con un niño desobediente.
- Vas a ser una novia muy mandona -dijo Lincoln frunciendo el ceño.
- ¿Es una propuesta? -bromeó (tu name) con una sonrisa pícara.
- ¡Es un hecho! -afirmó Lincoln levantándose.
Lincoln siguió a Axel maldiciendo entre dientes, mientras (tu name) se soltaba en carcajadas. No quería ir a ver a quién diablos estuviese dando el coñazo en la puerta. Lo que quería era estar con (tu name) y proseguir donde lo había dejado. Cuando dijo que era bella y sensual se quedó corto. Y decir que era perversa fue una total insensatez. Era la encarnación de todo mal. Y como le gustaba...
(tu name) no pudo evitar la curiosidad y los siguió hasta la puerta. Al llegar no pudo ver al chico que estaba esperando porque esos dos robustos hombres lo tapaban. Aunque pudo distinguir una figura igual de atlética. Pero pudo distinguir la voz sin problemas.
- Wey ¿qué haces aquí? ¿No me dijiste que tenías negocios que atender? -acusó Joe con evidente reproche hacía Lincoln.
En cuanto escuchó que se trataba de su amigo se giró de inmediato quedando de espalda a ellos. Nadie se había percatado de su presencia pero ella fue incapaz de moverse por no llamar la atención.
COntinuArAAa.... xD
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
Wey ¿qué haces aquí? ¿No me dijiste que tenías negocios que atender? -acusó Joe con evidente reproche hacía Lincoln.
En cuanto escuchó que se trataba de su amigo se giró de inmediato quedando de espalda a ellos. Nadie se había percatado de su presencia pero ella fue incapaz de moverse por no llamar la atención.
- Y es lo que hago. Es aquí donde he reunido a todos los socios de la empresa de mi padre. Bueno, ahora mía -rectificó Lincoln frunciendo el ceño- No quise comer frente a los pobres. Sé que te mueres por entrar acá y si te decía iba a sonar cruel, porque no podía invitarte aunque quisiese. Lo organicé para presentarme frente a todos. Y aparecer con un compañero de facultad no provoca mucho respeto -explicó Lincoln apoyándose contra el marco de la puerta.
Joe pudo ver lo que había frente a él, al apartarse Lincoln, la figura de una diosa. Llevaba el pelo recogido y él odiaba que las mujeres no lo llevasen suelto. Pero con ella haría una excepción. Con una cintura como esa y unas caderas que incitaban al pecado, por no hablar de su espalda desnuda... Podría soltarle el cabello el mismo, pensó ansioso, y que cayese sobre su pecho desnudo, que en esos momentos subían y bajaban con tempestuoso ritmo ¡Era perfecta! Pero no podía ponerse así por una chica a la que ni siquiera le había visto la cara, tan solo su espalda. Era absurdo ¿Entonces por qué todo su cuerpo estaba tan tenso?, se preguntó Joe maldiciendo el descontrol de sus hormonas. Al menos, tenía una cosa clara, esa noche no soñaría con (tu name). Porque estaba más que seguro de que esa sensual mujer acapararía sus sueños durante muchas noches.
- Joe ¡Joe! -le gritó Lincoln sacándole de sus pensamientos, zarandeándolo suavemente.
- ¿Qué? -consiguió reaccionar Joe.
- Pues que tengo que entrar en la fiesta -explicó Lincoln mirando al interior en dirección a la mirada atenta de Joe. Se alarmó por unos segundos. Estaba claro que Joe nunca había visto a (tu name) así y Lincoln no tenía la menor intención de que eso cambiará. Se dio cuenta de que la cara de bobo de Joe era producto de la excitación, no de que la hubiese reconocido. Y eso hizo más sólida su idea de que nunca la vería tan arreglada. Joe había estado ciego durante mucho tiempo y ni siquiera se había percatado de la belleza que todos veían pero no causaría el mismo efecto si la veía así- Me esperan -continuó explicando Lincoln- Mañana nos vemos ¿vale?
Pero Joe no le respondió, ni siquiera lo escuchaba. El cuerpo que gritaba por su atención, había comenzado a contonearse, entrando al local. Cada movimiento era sensual y arrebatadoramente perfecto. Hasta que se perdió tras las cortinas de la entrada. Su corazón sintió el abandono y quiso llorar ¿Qué demonios le pasaba? No podía seguir así. Primero comienza a tener pensamientos inapropiados con su mejor amiga y ahora... Sería capaz de dar hasta el último suspiro por una desconocida a la que ni siquiera había visto la cara. Pero su cuerpo le decía que estaba hecha para él, la reconoció al instante. Cada fibra de su piel se sintió cómoda con esa presencia. Algo le decía que estaban hechos para unirse y complementarse ¡Que absurdo!, pensó Joe, la única que le hacía sentirse en casa, en la que encontraba un hogar en su abrazo, era (tu name). Ella era esa persona especial que nunca querrías perder y no pensaba que pudiese pasar lo mismo en el ámbito sexual. No creía que existiese una sola mujer con la que tuvieses todo lo necesario para seguir su existencia, sin mirar a ninguna otra ¿Podía existir?
Joe se estaba frustrando cada vez más. Había pasado de tener a cuantas mujeres quería a pensar en imposibles. Se despidió de Lincoln con un gesto confuso y se marchó en busca de Taylor. Ya estaba harto de mujeres que no podía tener ¿Quería tenerlas? ¿A (tu name) y a esa desconocida? No, claro que no, se regañó furioso mientras golpeaba el suelo con cada paso. Taylor era todo lo que un hombre podía desear. La poseería esa noche y todas las que tuviese necesidad y el resto del tiempo tenía a sus amigos, con los que se divertía ¡Y (tu name)! se recordó Joe, parándose en seco. A ella siempre la tendría. Ella era su familia y no tenía nada que ver con aquello.
fIN dEL cAp 12
En cuanto escuchó que se trataba de su amigo se giró de inmediato quedando de espalda a ellos. Nadie se había percatado de su presencia pero ella fue incapaz de moverse por no llamar la atención.
- Y es lo que hago. Es aquí donde he reunido a todos los socios de la empresa de mi padre. Bueno, ahora mía -rectificó Lincoln frunciendo el ceño- No quise comer frente a los pobres. Sé que te mueres por entrar acá y si te decía iba a sonar cruel, porque no podía invitarte aunque quisiese. Lo organicé para presentarme frente a todos. Y aparecer con un compañero de facultad no provoca mucho respeto -explicó Lincoln apoyándose contra el marco de la puerta.
Joe pudo ver lo que había frente a él, al apartarse Lincoln, la figura de una diosa. Llevaba el pelo recogido y él odiaba que las mujeres no lo llevasen suelto. Pero con ella haría una excepción. Con una cintura como esa y unas caderas que incitaban al pecado, por no hablar de su espalda desnuda... Podría soltarle el cabello el mismo, pensó ansioso, y que cayese sobre su pecho desnudo, que en esos momentos subían y bajaban con tempestuoso ritmo ¡Era perfecta! Pero no podía ponerse así por una chica a la que ni siquiera le había visto la cara, tan solo su espalda. Era absurdo ¿Entonces por qué todo su cuerpo estaba tan tenso?, se preguntó Joe maldiciendo el descontrol de sus hormonas. Al menos, tenía una cosa clara, esa noche no soñaría con (tu name). Porque estaba más que seguro de que esa sensual mujer acapararía sus sueños durante muchas noches.
- Joe ¡Joe! -le gritó Lincoln sacándole de sus pensamientos, zarandeándolo suavemente.
- ¿Qué? -consiguió reaccionar Joe.
- Pues que tengo que entrar en la fiesta -explicó Lincoln mirando al interior en dirección a la mirada atenta de Joe. Se alarmó por unos segundos. Estaba claro que Joe nunca había visto a (tu name) así y Lincoln no tenía la menor intención de que eso cambiará. Se dio cuenta de que la cara de bobo de Joe era producto de la excitación, no de que la hubiese reconocido. Y eso hizo más sólida su idea de que nunca la vería tan arreglada. Joe había estado ciego durante mucho tiempo y ni siquiera se había percatado de la belleza que todos veían pero no causaría el mismo efecto si la veía así- Me esperan -continuó explicando Lincoln- Mañana nos vemos ¿vale?
Pero Joe no le respondió, ni siquiera lo escuchaba. El cuerpo que gritaba por su atención, había comenzado a contonearse, entrando al local. Cada movimiento era sensual y arrebatadoramente perfecto. Hasta que se perdió tras las cortinas de la entrada. Su corazón sintió el abandono y quiso llorar ¿Qué demonios le pasaba? No podía seguir así. Primero comienza a tener pensamientos inapropiados con su mejor amiga y ahora... Sería capaz de dar hasta el último suspiro por una desconocida a la que ni siquiera había visto la cara. Pero su cuerpo le decía que estaba hecha para él, la reconoció al instante. Cada fibra de su piel se sintió cómoda con esa presencia. Algo le decía que estaban hechos para unirse y complementarse ¡Que absurdo!, pensó Joe, la única que le hacía sentirse en casa, en la que encontraba un hogar en su abrazo, era (tu name). Ella era esa persona especial que nunca querrías perder y no pensaba que pudiese pasar lo mismo en el ámbito sexual. No creía que existiese una sola mujer con la que tuvieses todo lo necesario para seguir su existencia, sin mirar a ninguna otra ¿Podía existir?
Joe se estaba frustrando cada vez más. Había pasado de tener a cuantas mujeres quería a pensar en imposibles. Se despidió de Lincoln con un gesto confuso y se marchó en busca de Taylor. Ya estaba harto de mujeres que no podía tener ¿Quería tenerlas? ¿A (tu name) y a esa desconocida? No, claro que no, se regañó furioso mientras golpeaba el suelo con cada paso. Taylor era todo lo que un hombre podía desear. La poseería esa noche y todas las que tuviese necesidad y el resto del tiempo tenía a sus amigos, con los que se divertía ¡Y (tu name)! se recordó Joe, parándose en seco. A ella siempre la tendría. Ella era su familia y no tenía nada que ver con aquello.
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
Capítulo 13
La noche anterior Joe no había encontrado ningún consuelo en la cama de Taylor. Nada más cerrar los ojos se encontró inmerso en la oscuridad de un pasillo. Caminaba y caminaba y no se encontraba nada ni a nadie. Vio una luz al final y corrió hacía ella. Se paró en seco al ver la silueta de la mujer más deliciosa que había visto jamás. Estaba desnuda y reconoció la suave curva de su espalda, la pequeña cintura y las exquisitas caderas. Sin pensárselo corrió hasta ella y la abrazó contra él girándola para verle la cara...
- ¡(tu name)! -gritó Joe despertándose sudoroso.
Jadeaba sin cesar intentando ubicar donde se encontraba y qué había ocurrido. Lo único que recordaba era la última imagen. Unos enormes ojos turquesas clavados en él con la melena dorada flotando, perfilando los rasgos perfectos de su rostro.
- ¿Has tenido una pesadilla? -preguntó Taylor jalándolo contra ella.
Joe se dejó recostar y que ella se tumbase sobre su pecho. Con los brazos bajo su nuca miró al techo y evitó tocarla ¿Una pesadilla? Sin duda. (Tu name) era demasiado especial para rebajarla a algo meramente sexual.
No podía creer que la hubiese degradado hasta el punto de incluirla en una fantasía de ese tipo. Tenía que acabar con esas beep o su amistad se iría a pique. Y no podía perderla. Algo le estaba pasando y en cuanto supiese qué era y lo solucionase, volvería a ser todo como siempre.
Se levantó sin el menor cuidado por su compañera de cama y comenzó a vestirse. Últimamente su vida estaba siendo un caos mental y tenía que hablar de ello con alguien. Iría a hablar con (tu name) y... No, no podía hablar con ella de ese tema. Buscaría a Lincoln y le contaría todo. Sí, eso haría. Decidido se colocó los pantalones de un solo tirón y con el pecho descubierto y los zapatos en la mano, salió de la habitación.
Taylor se arremolinó la sábana sobre el cuerpo y lo siguió confusa.
- ¿A donde vas? -gritó desde lo alto de la escalera.
- Tengo que irme. Hay algo que tengo que hacer. Ya nos veremos en la universidad -dijo Joe cerrando la puerta tras de sí.
No estaba seguro de saber la dirección exacta de Lincoln pero al encontrarse su coche frente a una mansión enorme, supo que la había encontrado. Caminó hasta la puerta y llamó al timbre. Nadie habría. Volvió a llamar. Minutos más tarde Lincoln aparecía tras la puerta. Mojado y con un bañador, miraba a Joe extrañado mientras se peinaba con los dedos algunos rizos que le caían por la frente.
- ¿Joe? ¿Qué haces aquí? -preguntó sorprendido.
- ¿Interrumpo algo? -dijo risueño Joe.
- Estaba pasando el día bastante bien acompañado la verdad -confirmó Lincoln con seriedad.
¿Con una mujer? Eso estaba claro ¿Con la preciosa ninfa de la noche anterior? Esa idea hizo enojar a Joe. Si esa chica estaba allí con él... no se haría responsable de sus actos, pensó Joe furioso. En esos momentos le daba igual que fuesen absurdos e injustificados sus celos. Sería capaz de matarlo con sus manos.
- ¿Con quién? -quiso saber furioso.
- ¡Con mi novia! -afirmó Lincoln con un destelló de felicidad- Queríamos contarte... -no pudo decir una palabra más porque se encontró una dura mano presionando su cuello.
¿Novia? ¿Tenía novia? El muy cerdo le había hablado de conquistar a (tu name) cuando ya tenía a otra. Ahora si que lo mataría con sus manos. Con su amiga no jugaba nadie ¡Con (tu name) no!
- Joe suéltame. No quiero pelear -farfulló Lincoln casi sin respiración.
No tenía la menor intención de soltarlo. Lo molería a golpes hasta que fuese irreconocible y ni la mujer más desesperada del mundo se fijaría en él. Le advirtió lo que implicaba meterse con ella. Tenía suerte, (tu name) no le había dado bola así que no sería necesario matarlo por haberle roto el corazón a su amiga. Pero el simple hecho de haberlo intentado justificaba una paliza.
- Para pelear es necesario que haya dos para el combate -se escuchó tras ellos y ambos siguieron con la mirada de donde venía la voz- Y me temo cielo que, en este caso, estás fuera de combate -concluyó (tu name) con una sonrisa.
...
La noche anterior Joe no había encontrado ningún consuelo en la cama de Taylor. Nada más cerrar los ojos se encontró inmerso en la oscuridad de un pasillo. Caminaba y caminaba y no se encontraba nada ni a nadie. Vio una luz al final y corrió hacía ella. Se paró en seco al ver la silueta de la mujer más deliciosa que había visto jamás. Estaba desnuda y reconoció la suave curva de su espalda, la pequeña cintura y las exquisitas caderas. Sin pensárselo corrió hasta ella y la abrazó contra él girándola para verle la cara...
- ¡(tu name)! -gritó Joe despertándose sudoroso.
Jadeaba sin cesar intentando ubicar donde se encontraba y qué había ocurrido. Lo único que recordaba era la última imagen. Unos enormes ojos turquesas clavados en él con la melena dorada flotando, perfilando los rasgos perfectos de su rostro.
- ¿Has tenido una pesadilla? -preguntó Taylor jalándolo contra ella.
Joe se dejó recostar y que ella se tumbase sobre su pecho. Con los brazos bajo su nuca miró al techo y evitó tocarla ¿Una pesadilla? Sin duda. (Tu name) era demasiado especial para rebajarla a algo meramente sexual.
No podía creer que la hubiese degradado hasta el punto de incluirla en una fantasía de ese tipo. Tenía que acabar con esas beep o su amistad se iría a pique. Y no podía perderla. Algo le estaba pasando y en cuanto supiese qué era y lo solucionase, volvería a ser todo como siempre.
Se levantó sin el menor cuidado por su compañera de cama y comenzó a vestirse. Últimamente su vida estaba siendo un caos mental y tenía que hablar de ello con alguien. Iría a hablar con (tu name) y... No, no podía hablar con ella de ese tema. Buscaría a Lincoln y le contaría todo. Sí, eso haría. Decidido se colocó los pantalones de un solo tirón y con el pecho descubierto y los zapatos en la mano, salió de la habitación.
Taylor se arremolinó la sábana sobre el cuerpo y lo siguió confusa.
- ¿A donde vas? -gritó desde lo alto de la escalera.
- Tengo que irme. Hay algo que tengo que hacer. Ya nos veremos en la universidad -dijo Joe cerrando la puerta tras de sí.
No estaba seguro de saber la dirección exacta de Lincoln pero al encontrarse su coche frente a una mansión enorme, supo que la había encontrado. Caminó hasta la puerta y llamó al timbre. Nadie habría. Volvió a llamar. Minutos más tarde Lincoln aparecía tras la puerta. Mojado y con un bañador, miraba a Joe extrañado mientras se peinaba con los dedos algunos rizos que le caían por la frente.
- ¿Joe? ¿Qué haces aquí? -preguntó sorprendido.
- ¿Interrumpo algo? -dijo risueño Joe.
- Estaba pasando el día bastante bien acompañado la verdad -confirmó Lincoln con seriedad.
¿Con una mujer? Eso estaba claro ¿Con la preciosa ninfa de la noche anterior? Esa idea hizo enojar a Joe. Si esa chica estaba allí con él... no se haría responsable de sus actos, pensó Joe furioso. En esos momentos le daba igual que fuesen absurdos e injustificados sus celos. Sería capaz de matarlo con sus manos.
- ¿Con quién? -quiso saber furioso.
- ¡Con mi novia! -afirmó Lincoln con un destelló de felicidad- Queríamos contarte... -no pudo decir una palabra más porque se encontró una dura mano presionando su cuello.
¿Novia? ¿Tenía novia? El muy cerdo le había hablado de conquistar a (tu name) cuando ya tenía a otra. Ahora si que lo mataría con sus manos. Con su amiga no jugaba nadie ¡Con (tu name) no!
- Joe suéltame. No quiero pelear -farfulló Lincoln casi sin respiración.
No tenía la menor intención de soltarlo. Lo molería a golpes hasta que fuese irreconocible y ni la mujer más desesperada del mundo se fijaría en él. Le advirtió lo que implicaba meterse con ella. Tenía suerte, (tu name) no le había dado bola así que no sería necesario matarlo por haberle roto el corazón a su amiga. Pero el simple hecho de haberlo intentado justificaba una paliza.
- Para pelear es necesario que haya dos para el combate -se escuchó tras ellos y ambos siguieron con la mirada de donde venía la voz- Y me temo cielo que, en este caso, estás fuera de combate -concluyó (tu name) con una sonrisa.
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
¿Cielo? Ella era su novia. Joe soltó a Lincoln más por la perdida de fuerzas que por deber. (Tu name) estaba frente a él, con su cara angelical, el pelo mojado y un enorme albornoz. Parecía una niña pequeña con el albornoz de su papá. Tan dulce, inocente y pura. Una oleada de ira recorrió su cuerpo ¿Pura? No tanto. Había pasado la noche allí con ese tipo y seguramente habrían... Sin pensarlo volvió a coger a Lincoln por el cuello. No midió sus fuerzas y lo levantó del suelo y apretó hasta que toda la sangre se acumuló en su cara, haciendo que se viera completamente rojo. (tu name) se alarmó y corrió hacía ellos.
- Joe ¡Joe! -gritó intentando apartar los brazos del cuello de su novio- Suéltalo ¡Suéltalo! -ordenó frustrada por no conseguir separarlos.
- Lo voy a matar por lo que te ha hecho -espetó Joe sin racionalizar.
- No me ha hecho nada ¡No me ha hecho nada! -repitió (tu name) intentando convencerlo- No hemos hecho nada ¡Suéltalo! -gimió apartándolo al fin de él.
Lincoln cayó al suelo tosiendo sin parar y (tu name) se colocó de rodillas a su lado. Joe vio como ella acunaba en su regazo la cabeza de él y sintió que nada era como debía ser. Se había comportado como un orangután y ellos estaban... juntos. Parecía irreal y aterrador. Se dio miedo y asco a la vez, pero sabía que si volviese a pasar haría exactamente lo mismo.
- ¡Eres un bruto! -le espetó (tu name) acariciándole el pelo a Lincoln que ya respiraba con normalidad.
Joe no dijo nada solo siguió mirándolos impasible.
- No era así como me había imaginado que te tomarías la noticia -intentó bromear Lincoln aún con dificultad.
- ¿Y qué esperabas? ¿Qué me alegrase de que hayas engañado a una inocente niña, que resulta ser mi mejor amiga? -gruñó furioso.
- Anoche no pasó nada -informó (tu name) levantándose del suelo- Pero si hubiese pasado no habría sido asunto tuyo. Lincoln y yo hemos comenzado una relación así que vete acostumbrando y deja los aires de hermano protector, que no son necesarios.
- Me preocupo por ti. Ese tipo puede aprovecharse de que seas... -se cayó por vergüenza.
- ¿Virgen? ¿Inexperta? ¿Inocente? ¿Qué estupidez ibas a decir? -replicó aireada- ¿Es que no me conoces? Te recuerdo que era yo la que te defendía a ti en el colegio cuando los niños querían pegarte y te insultaban por andar con una niña en vez de con niños como se suponía. Te recuerdo que es a mí a la que siempre acudes por consejo porque soy más astuta y mucho más responsable que tú. Te recuerdo... que soy mayorcita como para follarme a medio país si se me pega la gana -gritó (tu name) furiosa.
- Tranquila preciosa -dijo Lincoln abrazándola de lado- Él solo se preocupa por ti. Me alegro de que sea así. Pero –continuó mirando a Joe- vuelve a hacerme algo parecido y me olvido de que eres mi amigo y como un hermano para mi novia.
¡Novia! A Joe se le clavo la palabra en el corazón como un puñal. Ahí estaban (tu name) odiándolo y en brazos de otro, su novio. Él sobraba en esa escena, posiblemente también en su vida. Se frotó la cara con una mano esperando que la imagen cambiase. No fue así. Decidió que debía dejarlos como ellos habían pedido y salió de la casa.
(Tu name) se había vuelto a sentir como siempre que estaba con Joe, como una niña ingenua y estúpida. Él pensaba que no era capaz de conseguir que un hombre la desease o que incluso, la quisiese, si no era para engañarla. Pero ella no era la virginal niña que él pensaba y estaba harta de escucharlo hablar así de ella. Se dio cuenta de que era posible que se hubiese pasado un poco con la rabia de pensar en que Joe la consideraba una tonta ingenua, al ver cómo se iba. Se había dejado arrastrar por la idea de que Joe pensase que el único motivo por el que un hombre desearía acostarse con ella era desvirgarla. Pero respiró hondo y salió tras él.
- Joe -dijo (tu name) casi en un susurró. Pero él la escuchó y se paró- Hablamos durante toda la noche de nosotros e hicimos planes para estar juntos. Estoy muy ilusionada con él -dijo saliendo completamente de la casa, con los pies descalzos sobre el asfalto. Caminó hacía él, que estaba de espaldas a ella, y lo abrazó por la cintura- ¿No puedes alegrarte por mí?
Su (tu name). Su tierna y dulce (tu name), pensó Joe acariciando las manos de ella que se unían en su abdomen. Solo quería que ella fuese feliz. Y si lo era, él estaría con ella. Pero no permitiría que le hiciesen daño. No le gustó sentirse excluido de su vida. Pero en ese momento supo que pasase lo que pasase, ellos siempre seguirían juntos.
- (tu name) -se giró y la abrazó contra su pecho- yo siempre estaré para lo que me necesites -afirmó Joe besándole el pelo húmedo- Pero no esperes que me quede de brazos cruzados si veo que te hacen daño.
- Bien -dijo (tu name) abanicando el aire con sus largas pestañas al parpadear- Pero procura preguntar primero si me han hecho daño o no- replicó ella con una cara de sincera inocencia.
Joe se quedó embobado mirando a la niña que tenía entre sus brazos. Se veía tan frágil y vulnerable. Solo quería protegerla del mundo, y lo haría. Sonrió al ver la cara de niña esperando el regaño de su papá que ponía mientras apretaba los labios con ansiedad y lo miraba con sus enormes ojos turquesas, como un perrito abandonado. No pudo evitarlo y se soltó en carcajadas mientras la abrazaba más fuerte contra él. Si de algo estaba seguro es de que él era el único al que ella permitía que viese tan vulnerable. Ella temía perderlo, supo Joe, tanto como él a ella. Pero eso nunca pasaría, se afirmó mientras la apretaba aún más contra él.
FIn dEL cAP 13
- Joe ¡Joe! -gritó intentando apartar los brazos del cuello de su novio- Suéltalo ¡Suéltalo! -ordenó frustrada por no conseguir separarlos.
- Lo voy a matar por lo que te ha hecho -espetó Joe sin racionalizar.
- No me ha hecho nada ¡No me ha hecho nada! -repitió (tu name) intentando convencerlo- No hemos hecho nada ¡Suéltalo! -gimió apartándolo al fin de él.
Lincoln cayó al suelo tosiendo sin parar y (tu name) se colocó de rodillas a su lado. Joe vio como ella acunaba en su regazo la cabeza de él y sintió que nada era como debía ser. Se había comportado como un orangután y ellos estaban... juntos. Parecía irreal y aterrador. Se dio miedo y asco a la vez, pero sabía que si volviese a pasar haría exactamente lo mismo.
- ¡Eres un bruto! -le espetó (tu name) acariciándole el pelo a Lincoln que ya respiraba con normalidad.
Joe no dijo nada solo siguió mirándolos impasible.
- No era así como me había imaginado que te tomarías la noticia -intentó bromear Lincoln aún con dificultad.
- ¿Y qué esperabas? ¿Qué me alegrase de que hayas engañado a una inocente niña, que resulta ser mi mejor amiga? -gruñó furioso.
- Anoche no pasó nada -informó (tu name) levantándose del suelo- Pero si hubiese pasado no habría sido asunto tuyo. Lincoln y yo hemos comenzado una relación así que vete acostumbrando y deja los aires de hermano protector, que no son necesarios.
- Me preocupo por ti. Ese tipo puede aprovecharse de que seas... -se cayó por vergüenza.
- ¿Virgen? ¿Inexperta? ¿Inocente? ¿Qué estupidez ibas a decir? -replicó aireada- ¿Es que no me conoces? Te recuerdo que era yo la que te defendía a ti en el colegio cuando los niños querían pegarte y te insultaban por andar con una niña en vez de con niños como se suponía. Te recuerdo que es a mí a la que siempre acudes por consejo porque soy más astuta y mucho más responsable que tú. Te recuerdo... que soy mayorcita como para follarme a medio país si se me pega la gana -gritó (tu name) furiosa.
- Tranquila preciosa -dijo Lincoln abrazándola de lado- Él solo se preocupa por ti. Me alegro de que sea así. Pero –continuó mirando a Joe- vuelve a hacerme algo parecido y me olvido de que eres mi amigo y como un hermano para mi novia.
¡Novia! A Joe se le clavo la palabra en el corazón como un puñal. Ahí estaban (tu name) odiándolo y en brazos de otro, su novio. Él sobraba en esa escena, posiblemente también en su vida. Se frotó la cara con una mano esperando que la imagen cambiase. No fue así. Decidió que debía dejarlos como ellos habían pedido y salió de la casa.
(Tu name) se había vuelto a sentir como siempre que estaba con Joe, como una niña ingenua y estúpida. Él pensaba que no era capaz de conseguir que un hombre la desease o que incluso, la quisiese, si no era para engañarla. Pero ella no era la virginal niña que él pensaba y estaba harta de escucharlo hablar así de ella. Se dio cuenta de que era posible que se hubiese pasado un poco con la rabia de pensar en que Joe la consideraba una tonta ingenua, al ver cómo se iba. Se había dejado arrastrar por la idea de que Joe pensase que el único motivo por el que un hombre desearía acostarse con ella era desvirgarla. Pero respiró hondo y salió tras él.
- Joe -dijo (tu name) casi en un susurró. Pero él la escuchó y se paró- Hablamos durante toda la noche de nosotros e hicimos planes para estar juntos. Estoy muy ilusionada con él -dijo saliendo completamente de la casa, con los pies descalzos sobre el asfalto. Caminó hacía él, que estaba de espaldas a ella, y lo abrazó por la cintura- ¿No puedes alegrarte por mí?
Su (tu name). Su tierna y dulce (tu name), pensó Joe acariciando las manos de ella que se unían en su abdomen. Solo quería que ella fuese feliz. Y si lo era, él estaría con ella. Pero no permitiría que le hiciesen daño. No le gustó sentirse excluido de su vida. Pero en ese momento supo que pasase lo que pasase, ellos siempre seguirían juntos.
- (tu name) -se giró y la abrazó contra su pecho- yo siempre estaré para lo que me necesites -afirmó Joe besándole el pelo húmedo- Pero no esperes que me quede de brazos cruzados si veo que te hacen daño.
- Bien -dijo (tu name) abanicando el aire con sus largas pestañas al parpadear- Pero procura preguntar primero si me han hecho daño o no- replicó ella con una cara de sincera inocencia.
Joe se quedó embobado mirando a la niña que tenía entre sus brazos. Se veía tan frágil y vulnerable. Solo quería protegerla del mundo, y lo haría. Sonrió al ver la cara de niña esperando el regaño de su papá que ponía mientras apretaba los labios con ansiedad y lo miraba con sus enormes ojos turquesas, como un perrito abandonado. No pudo evitarlo y se soltó en carcajadas mientras la abrazaba más fuerte contra él. Si de algo estaba seguro es de que él era el único al que ella permitía que viese tan vulnerable. Ella temía perderlo, supo Joe, tanto como él a ella. Pero eso nunca pasaría, se afirmó mientras la apretaba aún más contra él.
FIn dEL cAP 13
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
CApitUlO 14
(Tu name) dejó a Joe con Lincoln en la piscina mientras se fue a cambiar. En el baño del gran dormitorio, se cepillaba el pelo mientras recordaba la noche anterior. Lincoln la había perseguido por todo el local mientras ella iba solucionando problema tras problema. Cuando ya no aguantó más la secuestró en un rincón y la besó apasionadamente.
- ¡Eres mía! -le había dicho Lincoln con la voz entrecortada de excitación- Larguémonos de aquí -le había solicitado desesperado.
- ¡Hombres! Son todos unos posesivos -había bromeado ella como respuesta.
- No quiero una aventura de una noche, quiero que seas mi novia. Me da igual como pueda sonar. Te necesito cerca mío -le había explicado él antes de llevársela del local.
(tu name) sonrió feliz al espejo frente a ella mientras recordaba como ellos dos había pasado la noche hablando, riendo hasta el llanto y conociéndose mejor. No había pasado nada más porque estaban tan inmersos en saber todo sobre el otro que no pudieron hacer otra cosa. Acabaron dormidos, abrazados en la enorme cama. Ella se había despertado y se había ido a ese mismo baño. Se había lavado la cara, se había quitado toda la ropa y se había puesto una camiseta de él. Cuando salió a la habitación, él ya estaba despierto y se la quedó mirando embobado. Con la cara sin rastro de maquillaje, el pelo revuelto y la camiseta que le quedaba a medio muslo, se apoyó sobre el marco de la puerta sonriendo al embelesado hombre frente a ella.
- Me gustas mucho más así -había dicho él tragando con dificultad.
Se veía muy inocente, pero Lincoln no se dejaba engañar. Sabía que era el pecado en persona. Era tan sexy que hacía que su cuerpo se tensará y pusiese más duro de lo que nunca había estado. Para apaciguar los ánimos y sus propias hormonas, Lincoln había sugerido un baño en la piscina. A lo que ella había accedido sin pensarlo. Pero él no se había dado cuenta del peligro que conllevaba hasta que ella le dijo que no tenía bañador y se metería en la piscina tan solo con la tanga. Antes de que él pudiese protestar ella se había quitado la camiseta y se había zambullido en el agua. Y Lincoln la había seguido casi automáticamente. Se encontraron en el centro y tras varios juegos y risas, habían comenzado a besarse, subiendo tanto la temperatura del agua como de sus caricias. Pero entonces sonó el timbre. Maldiciendo salió de la piscina y fue a abrir a Joe.
(tu name) soltó el cepillo sobre el mármol y sonrió de nuevo. Joe los había interrumpido, pero ya nada se interponía entre ellos. Su amigo entendería que no se podía meter entre ellos y los dejaría estar juntos. La noche anterior (tu name) le había pedido a Lincoln que no le contase a Joe nada respecto a su "otra" vida. Le explicó que no quería que su amistad se manchase con ese tipo de juegos y provocaciones. Sabía que Joe nunca estaría interesado por ella pero los demás podían ser una pesada carga.
- No tengo la menor intención de adelantar lo inevitable -le había dicho Lincoln con un destello de tristeza.
Ella no había entendido a qué se refería pero estaba feliz de que no fuese a decirle nada a su amigo.
(Tu name) se colocó de nuevo su pantalón negro y la camiseta de Lincoln. Se reunió de nuevo con los chicos que estaban charlando del tema del momento: ellos. Lincoln había tergiversado un poco la historia inventando un encuentro a la salida del local cuando ella iba a casa después de cuidar a los niños como cada sábado. Joe vio el brillo en los ojos de Lincoln y supo que era él el que estaba en las redes de ella. (tu name) no era su victima. Suspiró aliviado y continuó escuchando la historia.
- Y hablamos toda la noche hasta quedarnos dormidos -explicó Lincoln con una enorme sonrisa- ¿Sabías que ambos nos partimos la misma pierna el mismo año?
- ¡Vaya! Sí que hablaron de todo -contestó sonriendo Joe- Ella se la partió por saltar desde su ventana para encontrarse conmigo una tarde que estaba castigada sin salir. Ese día aprendió para qué se inventaron las escaleras -bromeó con una risa tierna y emocionada al recordar a esa niña capaz de arriesgarse a lo peor por tal de no llegar tarde a su cita diaria con él...
- ¡Vaya! Sí que hablaron de todo -contestó sonriendo Joe- Ella se la partió por saltar desde su ventana para encontrarse conmigo una tarde que estaba castigada sin salir. Ese día aprendió para qué se inventaron las escaleras -bromeó con una risa tierna y emocionada al recordar a esa niña capaz de arriesgarse a lo peor por tal de no llegar tarde a su cita diaria con él.
- ¡Que loca! -exclamó Lincoln riendo.
- Gracias, yo también te quiero -dijo (tu name) sarcástica, acercándose y sentándose juntos a Lincoln en su tumbona.
- Yo te adoro -afirmó Lincoln abrazándola y aplastándole la mejilla con un sonoro beso- Mis camisetas te quedan mejor a ti que a mí -la observó de arriba a bajo.
- Bien, porque me acabo de auto regalar esta -informó ella divertida.
- Yo que tú no le enseñaba mucho tu guardarropa. A mí me desaparecen playeras todos los días. Unas veces vuelven a aparecer y otras no -bromeó Joe, tapándose para evitar los golpes envestidos por su amiga que se le había echado encima para golpearlo por la acusación- Es mentira ¡Es mentira! -se rindió finalmente Joe- Siempre las devuelve -repuso mientras la jalaba sentándola sobre sus piernas.
- ¡Gracioso! -dijo ella apretándole los cachetes con las manos y levantándose para sentarse de nuevo junto a Lincoln.
De repente hacía mucho frío, sintió Joe. Se sentía desamparado y abandonado, mientras ella se acurrucaba sobre el brazo de Lincoln y apoyaba su cabeza sobre el hombro de él. Puede que ya no estuviesen permitidos los mismos contactos de antes. Hasta entonces no se había dado cuenta de lo íntimos que eran. Pero ellos no se tocaban de forma lasciva o con ninguna mala intención. Era puro cariño. Nada tenía por qué cambiar porque ella tuviese novio. Aunque él podría enojarse o ponerse celoso, entendió Joe. Pero si Lincoln quería estar con (tu name) tendría que aguantarse con la relación que ella tenía con Joe porque él no tenía la menor intención de permitir que cambiase. Aunque a lo mejor ella sí, temió Joe apesadumbrado.
(Tu name) vio la pena en la cara de Joe. Se le encogió el corazón al verlo. Estaba inmerso en sus pensamientos, probablemente miedos al cambio. Le pidió a Lincoln que fuese por algo de beber y así desapareciera un ratito. Se levantó y se sentó de nuevo en la hamaca junto a Joe, retiró uno de sus brazos y lo abrazó por la cintura, apoyando la cabeza sobre su hombro.
- Siempre serás especial para mí -afirmó (tu name) con la cabeza hundida en su pecho- Nada va a cambiar, ¡te lo prometo!
Joe no dijo nada solo le levantó la mirada hasta encontrársela frente a él y le acarició el pelo y la mejilla, con una tierna sonrisa. Era exactamente eso lo que quería escuchar. Ella seguía tan atenta a él como siempre. Le leía la mente sin dificultad. No la perdería. No estaba tan inmersa en su felicidad que se había olvidado de él. Aún seguía siendo alguien importante para ella.
De repente se había dado cuenta. No importaba que ella fuese bella. Para él siempre lo había sido, aunque ahora el resto del mundo lo supiese también. Daba igual que tuviese novio o no. Las fantasías y otras frivolidades habían desaparecido. La tenía allí, entre sus brazos y lo único que deseaba era tener acceso libre a ellos durante toda la vida. La quería proteger de la suciedad del mundo. Era un ser especial, único y no quería verla corrompida por las inmoralidades de su alrededor. Era tan buena y tan traviesa a la vez, tan vulnerable y tan fuerte,... No se podía comparar con ninguna otra. Por eso él no lo hacía. Mucho tiempo atrás se resignó a que nunca encontraría a alguien como ella. Daba igual porque ya la tenía a ella. Podía gozar de lo especial que era su niña y buscar en otras mujeres lo que no podría tener de ella.
Le acarició la mejilla de nuevo y la sonrió mirándola fijamente a los ojos.
- ¿Él es especial para ti? -preguntó Joe dándose cuenta de que podría acabar sustituyéndole.
- Me gusta mucho - dijo (tu name) escalando hasta su cuello para envolverlo entre sus brazos y recostar su cabeza sobre uno de ellos- Pero tú eres mi Joe. Por mucha gente que conozca y muy especial que puedan ser, nadie podrá igualar la amistad que hemos creado.
- Sí -suspiró aliviado.
- Y ahora dejémonos de sensiblerías que pareces una niña a la que le ha dejado el novio -bromeó (tu name) aunque tenía ganas de llorar por el emotivo momento.
- Tan dulce como siempre -espetó sarcástico Joe mientras rompía en carcajadas.
Ella sabía que tendrían que acomodarse a la nueva situación. Le preocupaba que Lincoln pudiese tener celos de Joe, pero no tenía la menor intención de alejarse de él. Joe había sido parte de ella durante toda su vida. Una continuación de si misma. Había inventado toda una vida para acoplarse a él evitando problemas de cualquier tipo. No iba a estropear lo que habían logrado por nada. Además, era incapaz de separarse de Joe. Se había convertido en una necesidad básica.
fiN DEL CAP 14
(Tu name) dejó a Joe con Lincoln en la piscina mientras se fue a cambiar. En el baño del gran dormitorio, se cepillaba el pelo mientras recordaba la noche anterior. Lincoln la había perseguido por todo el local mientras ella iba solucionando problema tras problema. Cuando ya no aguantó más la secuestró en un rincón y la besó apasionadamente.
- ¡Eres mía! -le había dicho Lincoln con la voz entrecortada de excitación- Larguémonos de aquí -le había solicitado desesperado.
- ¡Hombres! Son todos unos posesivos -había bromeado ella como respuesta.
- No quiero una aventura de una noche, quiero que seas mi novia. Me da igual como pueda sonar. Te necesito cerca mío -le había explicado él antes de llevársela del local.
(tu name) sonrió feliz al espejo frente a ella mientras recordaba como ellos dos había pasado la noche hablando, riendo hasta el llanto y conociéndose mejor. No había pasado nada más porque estaban tan inmersos en saber todo sobre el otro que no pudieron hacer otra cosa. Acabaron dormidos, abrazados en la enorme cama. Ella se había despertado y se había ido a ese mismo baño. Se había lavado la cara, se había quitado toda la ropa y se había puesto una camiseta de él. Cuando salió a la habitación, él ya estaba despierto y se la quedó mirando embobado. Con la cara sin rastro de maquillaje, el pelo revuelto y la camiseta que le quedaba a medio muslo, se apoyó sobre el marco de la puerta sonriendo al embelesado hombre frente a ella.
- Me gustas mucho más así -había dicho él tragando con dificultad.
Se veía muy inocente, pero Lincoln no se dejaba engañar. Sabía que era el pecado en persona. Era tan sexy que hacía que su cuerpo se tensará y pusiese más duro de lo que nunca había estado. Para apaciguar los ánimos y sus propias hormonas, Lincoln había sugerido un baño en la piscina. A lo que ella había accedido sin pensarlo. Pero él no se había dado cuenta del peligro que conllevaba hasta que ella le dijo que no tenía bañador y se metería en la piscina tan solo con la tanga. Antes de que él pudiese protestar ella se había quitado la camiseta y se había zambullido en el agua. Y Lincoln la había seguido casi automáticamente. Se encontraron en el centro y tras varios juegos y risas, habían comenzado a besarse, subiendo tanto la temperatura del agua como de sus caricias. Pero entonces sonó el timbre. Maldiciendo salió de la piscina y fue a abrir a Joe.
(tu name) soltó el cepillo sobre el mármol y sonrió de nuevo. Joe los había interrumpido, pero ya nada se interponía entre ellos. Su amigo entendería que no se podía meter entre ellos y los dejaría estar juntos. La noche anterior (tu name) le había pedido a Lincoln que no le contase a Joe nada respecto a su "otra" vida. Le explicó que no quería que su amistad se manchase con ese tipo de juegos y provocaciones. Sabía que Joe nunca estaría interesado por ella pero los demás podían ser una pesada carga.
- No tengo la menor intención de adelantar lo inevitable -le había dicho Lincoln con un destello de tristeza.
Ella no había entendido a qué se refería pero estaba feliz de que no fuese a decirle nada a su amigo.
(Tu name) se colocó de nuevo su pantalón negro y la camiseta de Lincoln. Se reunió de nuevo con los chicos que estaban charlando del tema del momento: ellos. Lincoln había tergiversado un poco la historia inventando un encuentro a la salida del local cuando ella iba a casa después de cuidar a los niños como cada sábado. Joe vio el brillo en los ojos de Lincoln y supo que era él el que estaba en las redes de ella. (tu name) no era su victima. Suspiró aliviado y continuó escuchando la historia.
- Y hablamos toda la noche hasta quedarnos dormidos -explicó Lincoln con una enorme sonrisa- ¿Sabías que ambos nos partimos la misma pierna el mismo año?
- ¡Vaya! Sí que hablaron de todo -contestó sonriendo Joe- Ella se la partió por saltar desde su ventana para encontrarse conmigo una tarde que estaba castigada sin salir. Ese día aprendió para qué se inventaron las escaleras -bromeó con una risa tierna y emocionada al recordar a esa niña capaz de arriesgarse a lo peor por tal de no llegar tarde a su cita diaria con él...
- ¡Vaya! Sí que hablaron de todo -contestó sonriendo Joe- Ella se la partió por saltar desde su ventana para encontrarse conmigo una tarde que estaba castigada sin salir. Ese día aprendió para qué se inventaron las escaleras -bromeó con una risa tierna y emocionada al recordar a esa niña capaz de arriesgarse a lo peor por tal de no llegar tarde a su cita diaria con él.
- ¡Que loca! -exclamó Lincoln riendo.
- Gracias, yo también te quiero -dijo (tu name) sarcástica, acercándose y sentándose juntos a Lincoln en su tumbona.
- Yo te adoro -afirmó Lincoln abrazándola y aplastándole la mejilla con un sonoro beso- Mis camisetas te quedan mejor a ti que a mí -la observó de arriba a bajo.
- Bien, porque me acabo de auto regalar esta -informó ella divertida.
- Yo que tú no le enseñaba mucho tu guardarropa. A mí me desaparecen playeras todos los días. Unas veces vuelven a aparecer y otras no -bromeó Joe, tapándose para evitar los golpes envestidos por su amiga que se le había echado encima para golpearlo por la acusación- Es mentira ¡Es mentira! -se rindió finalmente Joe- Siempre las devuelve -repuso mientras la jalaba sentándola sobre sus piernas.
- ¡Gracioso! -dijo ella apretándole los cachetes con las manos y levantándose para sentarse de nuevo junto a Lincoln.
De repente hacía mucho frío, sintió Joe. Se sentía desamparado y abandonado, mientras ella se acurrucaba sobre el brazo de Lincoln y apoyaba su cabeza sobre el hombro de él. Puede que ya no estuviesen permitidos los mismos contactos de antes. Hasta entonces no se había dado cuenta de lo íntimos que eran. Pero ellos no se tocaban de forma lasciva o con ninguna mala intención. Era puro cariño. Nada tenía por qué cambiar porque ella tuviese novio. Aunque él podría enojarse o ponerse celoso, entendió Joe. Pero si Lincoln quería estar con (tu name) tendría que aguantarse con la relación que ella tenía con Joe porque él no tenía la menor intención de permitir que cambiase. Aunque a lo mejor ella sí, temió Joe apesadumbrado.
(Tu name) vio la pena en la cara de Joe. Se le encogió el corazón al verlo. Estaba inmerso en sus pensamientos, probablemente miedos al cambio. Le pidió a Lincoln que fuese por algo de beber y así desapareciera un ratito. Se levantó y se sentó de nuevo en la hamaca junto a Joe, retiró uno de sus brazos y lo abrazó por la cintura, apoyando la cabeza sobre su hombro.
- Siempre serás especial para mí -afirmó (tu name) con la cabeza hundida en su pecho- Nada va a cambiar, ¡te lo prometo!
Joe no dijo nada solo le levantó la mirada hasta encontrársela frente a él y le acarició el pelo y la mejilla, con una tierna sonrisa. Era exactamente eso lo que quería escuchar. Ella seguía tan atenta a él como siempre. Le leía la mente sin dificultad. No la perdería. No estaba tan inmersa en su felicidad que se había olvidado de él. Aún seguía siendo alguien importante para ella.
De repente se había dado cuenta. No importaba que ella fuese bella. Para él siempre lo había sido, aunque ahora el resto del mundo lo supiese también. Daba igual que tuviese novio o no. Las fantasías y otras frivolidades habían desaparecido. La tenía allí, entre sus brazos y lo único que deseaba era tener acceso libre a ellos durante toda la vida. La quería proteger de la suciedad del mundo. Era un ser especial, único y no quería verla corrompida por las inmoralidades de su alrededor. Era tan buena y tan traviesa a la vez, tan vulnerable y tan fuerte,... No se podía comparar con ninguna otra. Por eso él no lo hacía. Mucho tiempo atrás se resignó a que nunca encontraría a alguien como ella. Daba igual porque ya la tenía a ella. Podía gozar de lo especial que era su niña y buscar en otras mujeres lo que no podría tener de ella.
Le acarició la mejilla de nuevo y la sonrió mirándola fijamente a los ojos.
- ¿Él es especial para ti? -preguntó Joe dándose cuenta de que podría acabar sustituyéndole.
- Me gusta mucho - dijo (tu name) escalando hasta su cuello para envolverlo entre sus brazos y recostar su cabeza sobre uno de ellos- Pero tú eres mi Joe. Por mucha gente que conozca y muy especial que puedan ser, nadie podrá igualar la amistad que hemos creado.
- Sí -suspiró aliviado.
- Y ahora dejémonos de sensiblerías que pareces una niña a la que le ha dejado el novio -bromeó (tu name) aunque tenía ganas de llorar por el emotivo momento.
- Tan dulce como siempre -espetó sarcástico Joe mientras rompía en carcajadas.
Ella sabía que tendrían que acomodarse a la nueva situación. Le preocupaba que Lincoln pudiese tener celos de Joe, pero no tenía la menor intención de alejarse de él. Joe había sido parte de ella durante toda su vida. Una continuación de si misma. Había inventado toda una vida para acoplarse a él evitando problemas de cualquier tipo. No iba a estropear lo que habían logrado por nada. Además, era incapaz de separarse de Joe. Se había convertido en una necesidad básica.
fiN DEL CAP 14
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
Capítulo 15
(Tu name) estaba algo disgustada. El domingo por la noche hubo muy poca gente, de sus conocidos, en el local. Sabía que era debido a la fiesta de puertas cerradas. Ella le advirtió a su jefe de las consecuencias que conllevaría, pero se cegó por la fortuna de Lincoln. No podía culpar a su novio por ello. Pero estaba furiosa y frustrada. Tenía que hacer algo para que sus clientes habituales se sintieran especiales y supiesen que las puertas de "El Ritual" siempre estarían abiertas para ellos.
- ¿Qué te ocurre preciosa? -preguntó Lincoln preocupado por el ensimismamiento de ella, mientras jugaba con su pelo.
- Nada. Y me estás haciendo nudos en el cabello -protestó irritada.
- Sigues pensando que por mi culpa has perdido a tus clientes ¿verdad? -espetó con tristeza.
- No, claro que no -dijo (tu name) apresuradamente levantándose de su regazado para mirarle a la cara- Tú no tienes nada que ver. Es simplemente que no se me ocurre ninguna manera de llamar su atención de nuevo -explicó frunciendo el ceño.
- Seguro que se te ocurrirá algo -afirmó lincoln apretándola contra él. Le acarició el pelo y trasmitió toda la serenidad que ella no tenía.
Joe se había relajado un poco. Pasó la noche pensando las cosas con tranquilidad. Había sido absurdo su comportamiento. Quería mucho a (tu name) pero no le importaba con quien anduviese. Le preocupaba porque era su amiga pero tampoco había que hacer un drama de ello.
Tras las clases se dispuso a ir a los jardines como siempre los chicos estaban bajo el árbol de siempre, y junto a ellos se veía a un bulto que sino fuese porque los reconoció, habría sido imposibles pensar que eran dos personas. (Tu name) estaba sentada en el regazo de Lincoln, con la cara hundida en su pecho, mientras él le acariciaba y lo besaba el pelo a intervalos. No le molestaba, se dijo Joe y fue al encuentro de los demás.
- Hola chicos -dijo Joe haciéndose hueco- ¿De qué hablaban?
- ¿De qué otra cosa podríamos hablar? -señaló Kevin con desgana- De la pareja del momento que ha extrañado a todos.
- No pegan para nada -afirmó Taylor mirando con una mueca de desagrado hacía (tu name) y Lincoln.
Joe siguió escuchando los comentarios y criticas despectivas sin hacer mucho caso, mirando como su amiga despeinaba y reía a carcajadas con su novio. No eran una pareja real, pensó Joe. Más bien parecían dos hermanos gemelos vestidos igual. Lo único que los diferenciaba era el pelo largo de ella. Lincoln tendría que estar con una niña más coqueta, seductora, del tipo que a él le gustaban. Y (tu name)... con nadie, se dijo tajante. Ella no era de ir tras de un novio. Era evidente. Más que unos tórtolos parecían dos hermanos peleando en broma. Observó como ella le daba la espalda y él comenzaba a darle un masaje en los hombros. Joe le había dado millones. Eso no significaba nada. Observó como él bajaba las manos por su espalda y las introducía bajo la camiseta. Ella se tendió sobre su pecho y recostó la cabeza sobre un hombro de él. No importaba que la camiseta fuese ancha, se sabía que Lincoln estaba acariciándole el vientre a (tu name) ¡Eso no lo hacía un maldito hermano!
Joe sin saber que emoción le embargaba, se levantó dejando a todos con la palabra en la boca. Sin dar explicaciones ni despedirse caminó hasta el aparcamiento, pensando en la imagen que había visto. Estos días se había percatado de que ella era guapa. Y le había costado admitirlo. Pero nunca se planteaba que debajo de la ropa de hombre hubiese un cuerpo de mujer. Sabía que era una mujer. Era evidente que sería delgada. Pero la manera en la que Lincoln admiraba su cuerpo decía que había mucho más de lo que se podía apreciar ¿Tendría un cuerpo bonito? Se maldijo y golpeo con rabia el aire, sorprendiendo a todos a su alrededor. No podía pensar en esas cosas. Pero entonces otra idea pasó por su mente o más bien se repetía, martilleándole el cráneo. "Lincoln admiraba su cuerpo". Eso quería decir... ¡Lo habían engañado! Él conocía el cuerpo de ella perfectamente. Estaba claro que la había visto desnuda y ella no tenía reparos en que la tocase ¡Mierda! En ese momento tenía claro cuales eran sus emociones: rabia, ira y frustración. Ella le había mentido y ese tipo se había aprovechado de ella... ¡Lo mataría!
Joe estaba apunto de volverse sobre sus pasos cuando una voz conocida se lo impidió.
- Joe ¿verdad? -escuchó llamarlo suavemente y se giró para ver de quién se trataba.
- Sí. Miley ¿no es así? -preguntó sin interés.
- Aja –contestó Miley con una sonrisa tierna y sensual a la vez- Pero llámame Mai.
- ¡Ok! -exclamó Joe mirando hacía el camino que quería recorrer y la visita no le permitía.
- ¿Sabes donde puedo encontrar a (tu name)? -quiso saber Miley ignorando su nerviosismo.
Era exactamente lo que necesitaba, se dijo Joe. Iría con ella a ver a (tu name) y así no podría decir que iba como un loco sin motivos a asesinar a ese tipo. Puede que no lo asesinara pero tendrían unas palabras.
Joe relajó la expresión y se disculpó con la bella chica. Condujo a Miley hasta donde había visto a (tu name) y Lincoln un rato antes pero ya no estaban. La joven le dijo que no se preocupase que la llamaría al teléfono móvil, pero este no daba señal. Y con fingida amabilidad Joe se ofreció a ayudarla a buscar a su amiga. Lo que en realidad quería era asegurarse de que no estuviesen haciendo nada indecoroso. Quería encontrarlos y punto, pensó fastidiado Joe.
A Miley no le hizo mucha gracia la idea de recorrer el campus con ese hombre, pero tuvo que aceptar porque sino se perdería en un segundo. Joe había sido muy brusco con ella y aún recordaba lo grosero que había sido en la otra ocasión, pero necesitaba su ayuda, reconoció Miley a su pesar.
Caminaron por los lugares más frecuentados por (tu name) y no se encontraba en ninguno. Ya abatidos tuvieron que imaginar que se habría ido a casa.
- Que extraño, me dijo que estaría aquí. Me aseguró que nos encontraríamos aquí que tenía algo urgente que contarme –comentó Miley preocupada.
- Tranquila, seguramente lo que te quería contar es que se ha puesto de novia con Lincoln -informó Joe resentido.
- No, eso ya lo sé desde el sábado –afirmó Miley risueña ¡Oh, no!, pensó ¡Había vuelto a meter la pata!- Quiero decir, que me llamo para contarme esa misma noche -mintió nerviosa al ver la cara de enojo de Joe.
La había llamado esa misma noche para contarle de su relación con Lincoln y a él ni siquiera le había insinuado que cupiese esa posibilidad. Los había tenido que pillar juntos para enterarse ¿Qué clase de amiga era? ¿Acaso no confiaba en él? ¿Qué demonios tenía esa niñata para que confiase en ella y no en él? recriminó furioso Joe.
La chica vio como se endurecía la expresión en el rostro de Joe y no sabía qué decir o si decir algo o no. Había intentado disimular que sabía todo lo que había pasado porque fue testigo de ello. Recordaba como Lincoln siguió como un perrito obediente, a (tu name) durante toda la noche, y que se fueron juntos. Además, de que obviamente en un momento de la noche (tu name) se había acercado para contarle. Temía meter más la pata, así que intentó sacar un tema neutro y que ambos compartían, así no habría discusión.
- (tu name) es muy responsable, no entiendo como es que no está aquí –dijo Miley.
Joe ignoró el comentario. Le daba igual cuales fueron sus planes ¡Encima tenían planes juntas! A él lo ignoró el domingo para quedarse con su novio y ese mismo día ni lo había saludado pero para ella si tenía tiempo. No tenía el más mínimo interés de ser cortés y educado con esa chica. No le daría charla sin sentido para quedar bien ¡No la soportaba! Y no le importaba que hablasen los celos. Siempre había sido un amigo celoso y nunca había tenido problemas en reconocerlo.
- ¿Desde cuando se conocen? -preguntó Joe con autoridad.
- Hace como tres años –dijo Miley tras pensarlo bien.
- Oh... Yo pensaba que hacía menos. Nunca me había hablado de ti -afirmó Joe despiadado.
- ¡Ya! Pero a mí si me ha hablado muchísimo de ti. Al principio, creía que eras su novio pero después me di cuenta de que no. Eso o eras el hombre más cornudo del planeta –bromeó Miley divertida por un instante ¡beep! ¡Había vuelto a cagarla! Y la cara de asombro de Joe se lo confirmaban- Bueno, tengo que irme -se excusó apresuradamente- Dile a (tu name) si la ves que me llame -y añadió para si- Aunque no hará falta, me llamará para gritarme sin que se lo diga nadie.
Ella se fue de inmediato, dejando a Joe confundido ¿(tu name) había tenido muchos novios? Por la forma en la que lo había dicho no parecía que hablase de novios, sino más bien de relaciones esporádicas, sin mucha seriedad. No creía a (tu name) de esas. (Tu name) nunca miraba a ningún hombre, hablaba de ellos o se la veía con ninguno hasta Lincoln. Ella no había estado nunca con un hombre. Joe estaba seguro de ello. Un experto como él, lo habría notado a la legua. (Tu name) era una novata, no le cabía la menor duda. Si Miley había dicho eso se referiría a que seguramente (tu name) hablaba mucho de los hombres de su entorno, bien porque la acostumbre a estar rodeada de hombres y era normal hacerles referencia, o porque se sentía más cómoda hablando de "chicos" con una mujer ¡Pero no había estado con ningún hombre! No podía desconocerla tanto como para no saber cosas tan esenciales como esa. Era su mejor amiga, la conocía mejor que a cualquier otra persona. La conocía mucho mejor que cualquier cría que se hiciese llamar su amiga por haber compartido algunas charlas cómplices.
fIN deL CAp 15
(Tu name) estaba algo disgustada. El domingo por la noche hubo muy poca gente, de sus conocidos, en el local. Sabía que era debido a la fiesta de puertas cerradas. Ella le advirtió a su jefe de las consecuencias que conllevaría, pero se cegó por la fortuna de Lincoln. No podía culpar a su novio por ello. Pero estaba furiosa y frustrada. Tenía que hacer algo para que sus clientes habituales se sintieran especiales y supiesen que las puertas de "El Ritual" siempre estarían abiertas para ellos.
- ¿Qué te ocurre preciosa? -preguntó Lincoln preocupado por el ensimismamiento de ella, mientras jugaba con su pelo.
- Nada. Y me estás haciendo nudos en el cabello -protestó irritada.
- Sigues pensando que por mi culpa has perdido a tus clientes ¿verdad? -espetó con tristeza.
- No, claro que no -dijo (tu name) apresuradamente levantándose de su regazado para mirarle a la cara- Tú no tienes nada que ver. Es simplemente que no se me ocurre ninguna manera de llamar su atención de nuevo -explicó frunciendo el ceño.
- Seguro que se te ocurrirá algo -afirmó lincoln apretándola contra él. Le acarició el pelo y trasmitió toda la serenidad que ella no tenía.
Joe se había relajado un poco. Pasó la noche pensando las cosas con tranquilidad. Había sido absurdo su comportamiento. Quería mucho a (tu name) pero no le importaba con quien anduviese. Le preocupaba porque era su amiga pero tampoco había que hacer un drama de ello.
Tras las clases se dispuso a ir a los jardines como siempre los chicos estaban bajo el árbol de siempre, y junto a ellos se veía a un bulto que sino fuese porque los reconoció, habría sido imposibles pensar que eran dos personas. (Tu name) estaba sentada en el regazo de Lincoln, con la cara hundida en su pecho, mientras él le acariciaba y lo besaba el pelo a intervalos. No le molestaba, se dijo Joe y fue al encuentro de los demás.
- Hola chicos -dijo Joe haciéndose hueco- ¿De qué hablaban?
- ¿De qué otra cosa podríamos hablar? -señaló Kevin con desgana- De la pareja del momento que ha extrañado a todos.
- No pegan para nada -afirmó Taylor mirando con una mueca de desagrado hacía (tu name) y Lincoln.
Joe siguió escuchando los comentarios y criticas despectivas sin hacer mucho caso, mirando como su amiga despeinaba y reía a carcajadas con su novio. No eran una pareja real, pensó Joe. Más bien parecían dos hermanos gemelos vestidos igual. Lo único que los diferenciaba era el pelo largo de ella. Lincoln tendría que estar con una niña más coqueta, seductora, del tipo que a él le gustaban. Y (tu name)... con nadie, se dijo tajante. Ella no era de ir tras de un novio. Era evidente. Más que unos tórtolos parecían dos hermanos peleando en broma. Observó como ella le daba la espalda y él comenzaba a darle un masaje en los hombros. Joe le había dado millones. Eso no significaba nada. Observó como él bajaba las manos por su espalda y las introducía bajo la camiseta. Ella se tendió sobre su pecho y recostó la cabeza sobre un hombro de él. No importaba que la camiseta fuese ancha, se sabía que Lincoln estaba acariciándole el vientre a (tu name) ¡Eso no lo hacía un maldito hermano!
Joe sin saber que emoción le embargaba, se levantó dejando a todos con la palabra en la boca. Sin dar explicaciones ni despedirse caminó hasta el aparcamiento, pensando en la imagen que había visto. Estos días se había percatado de que ella era guapa. Y le había costado admitirlo. Pero nunca se planteaba que debajo de la ropa de hombre hubiese un cuerpo de mujer. Sabía que era una mujer. Era evidente que sería delgada. Pero la manera en la que Lincoln admiraba su cuerpo decía que había mucho más de lo que se podía apreciar ¿Tendría un cuerpo bonito? Se maldijo y golpeo con rabia el aire, sorprendiendo a todos a su alrededor. No podía pensar en esas cosas. Pero entonces otra idea pasó por su mente o más bien se repetía, martilleándole el cráneo. "Lincoln admiraba su cuerpo". Eso quería decir... ¡Lo habían engañado! Él conocía el cuerpo de ella perfectamente. Estaba claro que la había visto desnuda y ella no tenía reparos en que la tocase ¡Mierda! En ese momento tenía claro cuales eran sus emociones: rabia, ira y frustración. Ella le había mentido y ese tipo se había aprovechado de ella... ¡Lo mataría!
Joe estaba apunto de volverse sobre sus pasos cuando una voz conocida se lo impidió.
- Joe ¿verdad? -escuchó llamarlo suavemente y se giró para ver de quién se trataba.
- Sí. Miley ¿no es así? -preguntó sin interés.
- Aja –contestó Miley con una sonrisa tierna y sensual a la vez- Pero llámame Mai.
- ¡Ok! -exclamó Joe mirando hacía el camino que quería recorrer y la visita no le permitía.
- ¿Sabes donde puedo encontrar a (tu name)? -quiso saber Miley ignorando su nerviosismo.
Era exactamente lo que necesitaba, se dijo Joe. Iría con ella a ver a (tu name) y así no podría decir que iba como un loco sin motivos a asesinar a ese tipo. Puede que no lo asesinara pero tendrían unas palabras.
Joe relajó la expresión y se disculpó con la bella chica. Condujo a Miley hasta donde había visto a (tu name) y Lincoln un rato antes pero ya no estaban. La joven le dijo que no se preocupase que la llamaría al teléfono móvil, pero este no daba señal. Y con fingida amabilidad Joe se ofreció a ayudarla a buscar a su amiga. Lo que en realidad quería era asegurarse de que no estuviesen haciendo nada indecoroso. Quería encontrarlos y punto, pensó fastidiado Joe.
A Miley no le hizo mucha gracia la idea de recorrer el campus con ese hombre, pero tuvo que aceptar porque sino se perdería en un segundo. Joe había sido muy brusco con ella y aún recordaba lo grosero que había sido en la otra ocasión, pero necesitaba su ayuda, reconoció Miley a su pesar.
Caminaron por los lugares más frecuentados por (tu name) y no se encontraba en ninguno. Ya abatidos tuvieron que imaginar que se habría ido a casa.
- Que extraño, me dijo que estaría aquí. Me aseguró que nos encontraríamos aquí que tenía algo urgente que contarme –comentó Miley preocupada.
- Tranquila, seguramente lo que te quería contar es que se ha puesto de novia con Lincoln -informó Joe resentido.
- No, eso ya lo sé desde el sábado –afirmó Miley risueña ¡Oh, no!, pensó ¡Había vuelto a meter la pata!- Quiero decir, que me llamo para contarme esa misma noche -mintió nerviosa al ver la cara de enojo de Joe.
La había llamado esa misma noche para contarle de su relación con Lincoln y a él ni siquiera le había insinuado que cupiese esa posibilidad. Los había tenido que pillar juntos para enterarse ¿Qué clase de amiga era? ¿Acaso no confiaba en él? ¿Qué demonios tenía esa niñata para que confiase en ella y no en él? recriminó furioso Joe.
La chica vio como se endurecía la expresión en el rostro de Joe y no sabía qué decir o si decir algo o no. Había intentado disimular que sabía todo lo que había pasado porque fue testigo de ello. Recordaba como Lincoln siguió como un perrito obediente, a (tu name) durante toda la noche, y que se fueron juntos. Además, de que obviamente en un momento de la noche (tu name) se había acercado para contarle. Temía meter más la pata, así que intentó sacar un tema neutro y que ambos compartían, así no habría discusión.
- (tu name) es muy responsable, no entiendo como es que no está aquí –dijo Miley.
Joe ignoró el comentario. Le daba igual cuales fueron sus planes ¡Encima tenían planes juntas! A él lo ignoró el domingo para quedarse con su novio y ese mismo día ni lo había saludado pero para ella si tenía tiempo. No tenía el más mínimo interés de ser cortés y educado con esa chica. No le daría charla sin sentido para quedar bien ¡No la soportaba! Y no le importaba que hablasen los celos. Siempre había sido un amigo celoso y nunca había tenido problemas en reconocerlo.
- ¿Desde cuando se conocen? -preguntó Joe con autoridad.
- Hace como tres años –dijo Miley tras pensarlo bien.
- Oh... Yo pensaba que hacía menos. Nunca me había hablado de ti -afirmó Joe despiadado.
- ¡Ya! Pero a mí si me ha hablado muchísimo de ti. Al principio, creía que eras su novio pero después me di cuenta de que no. Eso o eras el hombre más cornudo del planeta –bromeó Miley divertida por un instante ¡beep! ¡Había vuelto a cagarla! Y la cara de asombro de Joe se lo confirmaban- Bueno, tengo que irme -se excusó apresuradamente- Dile a (tu name) si la ves que me llame -y añadió para si- Aunque no hará falta, me llamará para gritarme sin que se lo diga nadie.
Ella se fue de inmediato, dejando a Joe confundido ¿(tu name) había tenido muchos novios? Por la forma en la que lo había dicho no parecía que hablase de novios, sino más bien de relaciones esporádicas, sin mucha seriedad. No creía a (tu name) de esas. (Tu name) nunca miraba a ningún hombre, hablaba de ellos o se la veía con ninguno hasta Lincoln. Ella no había estado nunca con un hombre. Joe estaba seguro de ello. Un experto como él, lo habría notado a la legua. (Tu name) era una novata, no le cabía la menor duda. Si Miley había dicho eso se referiría a que seguramente (tu name) hablaba mucho de los hombres de su entorno, bien porque la acostumbre a estar rodeada de hombres y era normal hacerles referencia, o porque se sentía más cómoda hablando de "chicos" con una mujer ¡Pero no había estado con ningún hombre! No podía desconocerla tanto como para no saber cosas tan esenciales como esa. Era su mejor amiga, la conocía mejor que a cualquier otra persona. La conocía mucho mejor que cualquier cría que se hiciese llamar su amiga por haber compartido algunas charlas cómplices.
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
Siguela siguela Siguela siguela
esta muy buena
esta muy buena
alyson !*- Cantidad de envíos : 91
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
Capítulo 16
Joe estaba furioso. (tu name) no había dado señales de vida en toda la semana. Y lo que era peor, Lincoln tampoco. Seguramente estarían juntos. Se había olvidado de él por completo y prefería pasar todas las horas del día con su novio. Y allí estaba él, en su cama acostado, mirando al techo esperando que un milagro pasase y ella se dignase a llamarlo o ir a verlo. Colocó los brazos bajo la nuca y siguió mirando al techo. La echaba de menos.
La puerta se abrió de repente y una (tu name) abatida y malhumorada entró por ella. Se tendió sobre él, lo abrazó por la cintura y hundió la cara en su pecho. Joe no se movió. Levantó las manos en el aire, mostrándose completamente accesible y perplejo mientras la miraba con incredulidad ¿Estaría soñando? ¿Tan mal estaba ya que empezaba a alucinar?
- La nueva chica es imbécil.
No era un sueño, esa era su (tu name). Ignoró el comentario despectivo sobre la nueva sirvienta de su casa y la abrazó con todas sus fuerzas, esbozando la mayor de las sonrisas.
- ¿Qué te ha dicho? -preguntó comprensivo y sonriente.
- Me ha hecho todo un interrogatorio para dejarme entrar -contestó irritada (tu name).
- Es su tercer día, se está acomodando -la justificó Joe con tono tierno.
- ¿Por qué no me has llamado estos días? ¿Te ocurre algo conmigo? Pensé que a lo mejor le habías ordenado a la... chica esa que no me dejará entrar por eso se había puesto tan impertinente conmigo -explicó ella frunciendo el ceño.
- ¿Qué? ¿Cómo crees? Te he llamado como mil veces al celular y nada, que no me lo cogías -la regañó él con fingida irritación.
- Pero si le dije a la chica que me cogió el teléfono en tu casa que te dijera. Perdí mi cel y te he estado llamando a tu casa toda la semana para contarte ¿No te han avisado? -preguntó extrañada.
No, no lo habían avisado. Ahora si pensaba que esa maldita sirvienta era imbécil. Nada más llegar todos los días lo primer que hacía era preguntar si había algún recado para él, y la respuesta todos los días era la misma "No, ninguno". Se trago la rabia he intento disimularla. Aún no sabía por qué había estado desaparecida y no quería que supiese lo desesperado que estaba por verla.
- Seguramente se le olvidó comentarme o lo apuntó en un lugar en el que yo no lo vi -la justificó de nuevo Joe.
- Esa tía es tonta -espetó (tu name) con gesto de asco. Él estaba totalmente de acuerdo.
- ¿Por qué has estado tan desaparecida? -preguntó Joe haciéndole nudos en el pelo y deshaciéndolos a continuación.
- ¡Uy, no te he dicho! -exclamó ella incorporándose para mirarlo a la cara con una gran sonrisa- ¡Esta semana ha pasado de todo! El lunes me llamó Miley y le dije que fuese a la universidad para tomar algo juntas cuando Lincoln se fuese a la oficina y tú a tu entrenamiento, y así le contaba lo que me había pasado -explicó (tu name) ansiosa.
- ¿Qué te ha pasado? -interrumpió él curioso.
- Espera, por partes. El caso es que después de hablar con ella no se donde coloqué el cel que ya no lo encontré más. Lo estuvimos buscando y nada. Y después te estuve buscando a ti y tampoco -refunfuñó (tu name) con evidente frustración.
- Me encontré con Mai y te estuvimos buscando -informó Joe relajado.
- Ya hablé con ella y le conté ¿Pasó algo entre ustedes? La encontré muy rara. Siempre que se escabulle de contestar algo es porque no quiero hablar de algo negativo -afirmó ella preocupada.
(Tu name) conocía muy bien a Miley. Ella siempre estaba para escucharla, a veces le contaba intimidades cuando quería consejos, pero lo normal era cerrarse en banda ante todos. Con mucho esfuerzo (tu name) estaba logrando descifrar la vida de su amiga. Supo nada más empezar a hablar con ella que ocultaba algo. Dijo con mucho nerviosismo que había estado con Joe buscándola, por tanto, tenía que ser con él con quién le había pasado algo, dedujo (tu name).
- Nada importante. Mejor cuéntame esas "muchas cosas" que te han pasado esta semana -solicitó Joe mientras la acomodaba de nuevo sobre su pecho.
- Pues... -comenzó a relatar (tu name) mientras se acurrucaba contra él y pasaba una pierna sobre las suyas.
Joe fue incapaz de escuchar una sola palabra. Estaba concentrado en la cercanía de sus cuerpos, la intimidad de su abrazo, su olor, la manera en la que ella le acariciaba el duro pecho con la mano, la suavidad de su tono al hablar,... Estaba embriagado por todo. Tenía que admitirlo, necesitaba a esa mujer ¡A toda ella! No solo a la amiga que lo escuchaba y pasaba buenos ratos. La curiosidad por saber que tipo de mujer era empezaba a cobrar terreno en su interior devastándolo todo. Él no quería estropear su amistad pero... ¡Maldita sea! Se moría de ganas de recorrer con caricias su cuerpo desnudo. Era un mal amigo, pensó Joe. Pero no podía evitar preguntarse cómo sería bajo esa ropa ancha.
- ¿Qué te parece? -preguntó feliz (tu name), sacándolo de su éxtasis.
- Que mal ¿no? -dijo Joe sin pensar. Lo normal es que (tu name) se quejará de su familia, estudios o trabajo, y esa era su contestación para cada queja. Así que lo dijo automáticamente sin pensar.
- ¿Mal? ¿Me has estado escuchando? -musitó (tu name) mientras se levantaba para fulminarlo con la mirada.
Eso no le gustó, pensó Joe. La agarró y la apretó de nuevo muy fuerte contra él. Mucho mejor, se afirmó disfrutando de la cercanía.
- Era irónico -mintió Joe sin deshacer la sonrisa en su cara de satisfacción.
- ¡Estás muy raro! -afirmó (tu name) haciendo círculos con el dedo sobre el pecho de él.
- ¿Estás cansada?- se preocupó él al verla bostezar.
- ¿Ves como no me escuchabas? -replicó ella bostezando de nuevo- He estado de mudanzas y con el nuevo trabajo en la empresa no tengo mucho tiempo para dormir. Pero tengo que aprovechar esta oportunidad.
(tu name) había empezado a trabajar en la empresa de publicidad más importante de la ciudad. El dueño era conocido suyo de hacía ya tiempo, al enterarse de que era su último año de carrera, le dijo que la llamaría para que comenzase a coger algo de experiencia. Lógicamente era una mera ayudante. Pero trabajar en publicidad era su sueño y estaba feliz de estar tan cerca de conseguirlo. El lunes la habían llamado para solicitar su colaboración unas horas todas las tardes de lunes a viernes y cuando llegó a su casa la informaron de que la casa, siempre soñada de su madre, al fin era suya. El préstamo que siempre le habían negado a su padre, había sido concedido. (tu name) supo que se debía a que ella había pagado todas sus deudas, pero era lo menos que podía hacer. Ganaba mucho dinero y sus padres lo necesitaban.
- Entonces -dijo Joe alzándola hasta pegar su mejilla contra la frente de ella- si estás cansada, duerme un poco -sugirió él y ella asintió.
Medio adormilada (tu name) comenzó a explicarle un poco del trabajo que hacía. Le contó que no había visto a nadie, no solo porque no tenía tiempo sino porque además Lincoln había comenzado a volcarse más con su empresa y el poco rato libre que tenía coincidía con el de ella y lo aprovechaban cenando juntos. A Joe no le hizo gracia escucharlo pero lo entendió. Había intentado ponerse en contacto con él pero no había podido así que el poco tiempo libre que tenía lo aprovechaba para disfrutar un poco y si él no estaba... Maldijo de nuevo a la insensata sirvienta.
Joe notó las variaciones en la respiración de ella. Se había quedado dormida. Rodó con ella en brazos para acostarla a un lado de la cama pero cuando quedó sobre ella fue incapaz de separarse. Cada parte de su cuerpo estaba en contacto con el de ella. Cara a cara no pudo evitar mirarla y perderse en cada rasgo. Observó como la luz iluminaba sus pómulos, las largas pestañas que escondían un mar infinito y sus labios carnosos, que de repente se convirtieron en apetitosos. Sus pensamientos empezaban a enloquecerle. Se dejó caer por frustración. Escondió la cara en su pelo para no verla. Pero fue mucho peor. El contacto era extremo. Llegó a notar.... ¡sus pechos! Se levantó muy rápido y se la quedó mirándola de nuevo. Ella se removió al sentirse libre del peso y se acurrucó sobre si misma. Joe observó como la camiseta se le había remangado al moverse y dejaba al descubierto una mínima parte de su espalda. Sin pensarlo la agarró de nuevo y la abrazo dejándola hecha un ovillo sobre su pecho. Una de las piernas de ella estaba apoyada sobre él bajo vientre de él. Dirigió su mano para evitar que el muslo de ella se encontrase con la prueba de su excitación pero su mano no le obedeció. Antes de que se pudiese dar cuenta estaba acariciándole el muslo. Parpadeo nervioso por lo que estaba haciendo. Entonces las dudas comenzaban a amontonarse con la curiosidad y el deseo. Paseo su mano por el muslo, la cadera hasta su cintura.
(tu name) se movió debido al contacto y Joe se paralizó. Pero ella se estirazó a lo largo del cuerpo de él, quedando tendida completamente sobre él, abrazándole por el cuello y apoyando la cabeza sobre su cuello. Joe respiró aliviado porque no se despertó pero se tensó aún más al notarla tan expuesta a él. Colocó una mano a cada lado de su estrecha cintura y fue subiendo suavemente por debajo de su camiseta. Su piel era tan sedosa que le daba escalofríos. Un estremecimiento le avisó de que debía dejar lo que estaba haciendo o acabaría intentado hacerla suya allí mismo. Estaba horrorizado por sus pensamientos y el corazón estaba a punto de escapársele por la boca. No podía creer que pudiese estar sintiéndose así con ella. Cerró los ojos y al abrirlos volvió a ver el techo. Pero el cuerpo que le hacía tensarse más de lo que nunca había estado seguía allí, encima de él. No pudo más y la apretó más contra su miembro, giró para quedar sobre ella y comenzó a besarle el cuello apasionada y endurecidamente.
(tu name) emitió un quejido y Joe se separó horrorizado. La miró y vio como intentaba abrir los ojos dañados por la luz.
- ¡Me aplastas! -exclamó (tu name) frunciendo el ceño.
Joe se separó de ella como si de repente quemase y se cayó de la cama. La miró boquiabierto y con los ojos como platos, para después salir corriendo para el baño y encerrarse allí.
¡Pobre!, pensó (tu name) soltándose en carcajadas. Tendría que haber fingido que se despertaba mucho antes.
fiN dE EstE CAp
Joe estaba furioso. (tu name) no había dado señales de vida en toda la semana. Y lo que era peor, Lincoln tampoco. Seguramente estarían juntos. Se había olvidado de él por completo y prefería pasar todas las horas del día con su novio. Y allí estaba él, en su cama acostado, mirando al techo esperando que un milagro pasase y ella se dignase a llamarlo o ir a verlo. Colocó los brazos bajo la nuca y siguió mirando al techo. La echaba de menos.
La puerta se abrió de repente y una (tu name) abatida y malhumorada entró por ella. Se tendió sobre él, lo abrazó por la cintura y hundió la cara en su pecho. Joe no se movió. Levantó las manos en el aire, mostrándose completamente accesible y perplejo mientras la miraba con incredulidad ¿Estaría soñando? ¿Tan mal estaba ya que empezaba a alucinar?
- La nueva chica es imbécil.
No era un sueño, esa era su (tu name). Ignoró el comentario despectivo sobre la nueva sirvienta de su casa y la abrazó con todas sus fuerzas, esbozando la mayor de las sonrisas.
- ¿Qué te ha dicho? -preguntó comprensivo y sonriente.
- Me ha hecho todo un interrogatorio para dejarme entrar -contestó irritada (tu name).
- Es su tercer día, se está acomodando -la justificó Joe con tono tierno.
- ¿Por qué no me has llamado estos días? ¿Te ocurre algo conmigo? Pensé que a lo mejor le habías ordenado a la... chica esa que no me dejará entrar por eso se había puesto tan impertinente conmigo -explicó ella frunciendo el ceño.
- ¿Qué? ¿Cómo crees? Te he llamado como mil veces al celular y nada, que no me lo cogías -la regañó él con fingida irritación.
- Pero si le dije a la chica que me cogió el teléfono en tu casa que te dijera. Perdí mi cel y te he estado llamando a tu casa toda la semana para contarte ¿No te han avisado? -preguntó extrañada.
No, no lo habían avisado. Ahora si pensaba que esa maldita sirvienta era imbécil. Nada más llegar todos los días lo primer que hacía era preguntar si había algún recado para él, y la respuesta todos los días era la misma "No, ninguno". Se trago la rabia he intento disimularla. Aún no sabía por qué había estado desaparecida y no quería que supiese lo desesperado que estaba por verla.
- Seguramente se le olvidó comentarme o lo apuntó en un lugar en el que yo no lo vi -la justificó de nuevo Joe.
- Esa tía es tonta -espetó (tu name) con gesto de asco. Él estaba totalmente de acuerdo.
- ¿Por qué has estado tan desaparecida? -preguntó Joe haciéndole nudos en el pelo y deshaciéndolos a continuación.
- ¡Uy, no te he dicho! -exclamó ella incorporándose para mirarlo a la cara con una gran sonrisa- ¡Esta semana ha pasado de todo! El lunes me llamó Miley y le dije que fuese a la universidad para tomar algo juntas cuando Lincoln se fuese a la oficina y tú a tu entrenamiento, y así le contaba lo que me había pasado -explicó (tu name) ansiosa.
- ¿Qué te ha pasado? -interrumpió él curioso.
- Espera, por partes. El caso es que después de hablar con ella no se donde coloqué el cel que ya no lo encontré más. Lo estuvimos buscando y nada. Y después te estuve buscando a ti y tampoco -refunfuñó (tu name) con evidente frustración.
- Me encontré con Mai y te estuvimos buscando -informó Joe relajado.
- Ya hablé con ella y le conté ¿Pasó algo entre ustedes? La encontré muy rara. Siempre que se escabulle de contestar algo es porque no quiero hablar de algo negativo -afirmó ella preocupada.
(Tu name) conocía muy bien a Miley. Ella siempre estaba para escucharla, a veces le contaba intimidades cuando quería consejos, pero lo normal era cerrarse en banda ante todos. Con mucho esfuerzo (tu name) estaba logrando descifrar la vida de su amiga. Supo nada más empezar a hablar con ella que ocultaba algo. Dijo con mucho nerviosismo que había estado con Joe buscándola, por tanto, tenía que ser con él con quién le había pasado algo, dedujo (tu name).
- Nada importante. Mejor cuéntame esas "muchas cosas" que te han pasado esta semana -solicitó Joe mientras la acomodaba de nuevo sobre su pecho.
- Pues... -comenzó a relatar (tu name) mientras se acurrucaba contra él y pasaba una pierna sobre las suyas.
Joe fue incapaz de escuchar una sola palabra. Estaba concentrado en la cercanía de sus cuerpos, la intimidad de su abrazo, su olor, la manera en la que ella le acariciaba el duro pecho con la mano, la suavidad de su tono al hablar,... Estaba embriagado por todo. Tenía que admitirlo, necesitaba a esa mujer ¡A toda ella! No solo a la amiga que lo escuchaba y pasaba buenos ratos. La curiosidad por saber que tipo de mujer era empezaba a cobrar terreno en su interior devastándolo todo. Él no quería estropear su amistad pero... ¡Maldita sea! Se moría de ganas de recorrer con caricias su cuerpo desnudo. Era un mal amigo, pensó Joe. Pero no podía evitar preguntarse cómo sería bajo esa ropa ancha.
- ¿Qué te parece? -preguntó feliz (tu name), sacándolo de su éxtasis.
- Que mal ¿no? -dijo Joe sin pensar. Lo normal es que (tu name) se quejará de su familia, estudios o trabajo, y esa era su contestación para cada queja. Así que lo dijo automáticamente sin pensar.
- ¿Mal? ¿Me has estado escuchando? -musitó (tu name) mientras se levantaba para fulminarlo con la mirada.
Eso no le gustó, pensó Joe. La agarró y la apretó de nuevo muy fuerte contra él. Mucho mejor, se afirmó disfrutando de la cercanía.
- Era irónico -mintió Joe sin deshacer la sonrisa en su cara de satisfacción.
- ¡Estás muy raro! -afirmó (tu name) haciendo círculos con el dedo sobre el pecho de él.
- ¿Estás cansada?- se preocupó él al verla bostezar.
- ¿Ves como no me escuchabas? -replicó ella bostezando de nuevo- He estado de mudanzas y con el nuevo trabajo en la empresa no tengo mucho tiempo para dormir. Pero tengo que aprovechar esta oportunidad.
(tu name) había empezado a trabajar en la empresa de publicidad más importante de la ciudad. El dueño era conocido suyo de hacía ya tiempo, al enterarse de que era su último año de carrera, le dijo que la llamaría para que comenzase a coger algo de experiencia. Lógicamente era una mera ayudante. Pero trabajar en publicidad era su sueño y estaba feliz de estar tan cerca de conseguirlo. El lunes la habían llamado para solicitar su colaboración unas horas todas las tardes de lunes a viernes y cuando llegó a su casa la informaron de que la casa, siempre soñada de su madre, al fin era suya. El préstamo que siempre le habían negado a su padre, había sido concedido. (tu name) supo que se debía a que ella había pagado todas sus deudas, pero era lo menos que podía hacer. Ganaba mucho dinero y sus padres lo necesitaban.
- Entonces -dijo Joe alzándola hasta pegar su mejilla contra la frente de ella- si estás cansada, duerme un poco -sugirió él y ella asintió.
Medio adormilada (tu name) comenzó a explicarle un poco del trabajo que hacía. Le contó que no había visto a nadie, no solo porque no tenía tiempo sino porque además Lincoln había comenzado a volcarse más con su empresa y el poco rato libre que tenía coincidía con el de ella y lo aprovechaban cenando juntos. A Joe no le hizo gracia escucharlo pero lo entendió. Había intentado ponerse en contacto con él pero no había podido así que el poco tiempo libre que tenía lo aprovechaba para disfrutar un poco y si él no estaba... Maldijo de nuevo a la insensata sirvienta.
Joe notó las variaciones en la respiración de ella. Se había quedado dormida. Rodó con ella en brazos para acostarla a un lado de la cama pero cuando quedó sobre ella fue incapaz de separarse. Cada parte de su cuerpo estaba en contacto con el de ella. Cara a cara no pudo evitar mirarla y perderse en cada rasgo. Observó como la luz iluminaba sus pómulos, las largas pestañas que escondían un mar infinito y sus labios carnosos, que de repente se convirtieron en apetitosos. Sus pensamientos empezaban a enloquecerle. Se dejó caer por frustración. Escondió la cara en su pelo para no verla. Pero fue mucho peor. El contacto era extremo. Llegó a notar.... ¡sus pechos! Se levantó muy rápido y se la quedó mirándola de nuevo. Ella se removió al sentirse libre del peso y se acurrucó sobre si misma. Joe observó como la camiseta se le había remangado al moverse y dejaba al descubierto una mínima parte de su espalda. Sin pensarlo la agarró de nuevo y la abrazo dejándola hecha un ovillo sobre su pecho. Una de las piernas de ella estaba apoyada sobre él bajo vientre de él. Dirigió su mano para evitar que el muslo de ella se encontrase con la prueba de su excitación pero su mano no le obedeció. Antes de que se pudiese dar cuenta estaba acariciándole el muslo. Parpadeo nervioso por lo que estaba haciendo. Entonces las dudas comenzaban a amontonarse con la curiosidad y el deseo. Paseo su mano por el muslo, la cadera hasta su cintura.
(tu name) se movió debido al contacto y Joe se paralizó. Pero ella se estirazó a lo largo del cuerpo de él, quedando tendida completamente sobre él, abrazándole por el cuello y apoyando la cabeza sobre su cuello. Joe respiró aliviado porque no se despertó pero se tensó aún más al notarla tan expuesta a él. Colocó una mano a cada lado de su estrecha cintura y fue subiendo suavemente por debajo de su camiseta. Su piel era tan sedosa que le daba escalofríos. Un estremecimiento le avisó de que debía dejar lo que estaba haciendo o acabaría intentado hacerla suya allí mismo. Estaba horrorizado por sus pensamientos y el corazón estaba a punto de escapársele por la boca. No podía creer que pudiese estar sintiéndose así con ella. Cerró los ojos y al abrirlos volvió a ver el techo. Pero el cuerpo que le hacía tensarse más de lo que nunca había estado seguía allí, encima de él. No pudo más y la apretó más contra su miembro, giró para quedar sobre ella y comenzó a besarle el cuello apasionada y endurecidamente.
(tu name) emitió un quejido y Joe se separó horrorizado. La miró y vio como intentaba abrir los ojos dañados por la luz.
- ¡Me aplastas! -exclamó (tu name) frunciendo el ceño.
Joe se separó de ella como si de repente quemase y se cayó de la cama. La miró boquiabierto y con los ojos como platos, para después salir corriendo para el baño y encerrarse allí.
¡Pobre!, pensó (tu name) soltándose en carcajadas. Tendría que haber fingido que se despertaba mucho antes.
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
Capítulo 17
(tu name) se sentó en la cama, se colocó la ropa bien y se peinó y rehízo la coleta ¡Vaya repaso le acababa de dar! Cuando la tendió boca arriba y él se recostó encima estuvo apunto de decir que estaba despierta pero entonces notó su erección y no fue capaz ¿Qué le iba a decir? "Oye perdona pero tu pene me aplasta el vientre". No era educado.
Se soltó en carcajadas de nuevo. Pero la verdadera razón de no haber dicho nada es que se le hincharon tanto los pechos por el contacto que llegaron a dolerle. Si lo descubría a él se descubría ella. Y él tenía la excusa de estar dormido, ella no, pensó (tu name). Después habían vuelto a la posición normal pero la curiosidad pudo más que ella. Había notado su tremenda erección y quería medirla aproximadamente. Así que colocó su muslo encima para hacerlo. Al notar que él desplazaba su mano por su muslo pensó que la apartaría. Cuando llegó a su cintura estaba convencida de que la iba a despertar porque se había dado cuenta de lo que hacía. Pero no era por eso por lo que estaba roja como un tomate. Nunca en su vida había tenido a semejante ejemplar tan de cerca. Eso tenía que doler ¡seguro!, se dijo para si. Como pensaba que él ya estaba despierto y que la iba a apartar y darse cuenta de que ella fingía estar dormida, decidió fingir estirazarse y así hundir el rostro sonrojado en el hombro de él ¡Pero entonces ocurrió! Joe le acarició la espalda de una forma tan sensual que un estremecimiento la hizo tensarse hasta perder la capacidad de respirar por si misma. Él no se paró y se recostó de nuevo sobre ella. Esta vez notaba su erección con mucha más claridad y donde debía ser. Joe había comenzado a besarla en el cuello cuando ella se dio cuenta de que era el momento de despertarlo. No sabía con quien estaba teniendo el sueño erótico pero como no lo despertase pronto lo llevaría a la práctica con ella.
¡Pobre!, pensó de nuevo (tu name) ¡que susto se había llevado al ver que era con ella con quien estaba haciendo todo eso y no con la del sueño! Hasta se cayó de la cama de la impresión.
(tu name) no pudo evitar soltar otra carcajada. No era para tanto. No iba a culparlo por hacer algo inconscientemente. Otra cosa seria que estuviese despierto, pero no podía culparlo por lo que hacía dormido. Además, ella no lo despertó para que se estuviese quieto. Y menos mal porque se lo había pasado bomba. Además de conocer más... profundamente a su amigo ¡Que mala era! se recriminó risueña y burlonamente. Tenía que dejar de pensar que el sexo era un juego. O al menos, no jugar a ese juego con los amigos, como se prometió hacía años. Pero si los hombres lo hacían instintivamente ¿por qué ella no podía? ¿Y qué carajo le importaba? pensó sin interés. Iba a seguir haciendo lo que le diese la gana sin importarle lo que los demás piensen.
Joe no salía del baño y (tu name) se preocupó. Por esa clase de cosas fingía ser quien no era. A la (tu name) de "la noche" le habría hecho esas cosas estando despierto y todo se habría ido a la basura. Pero con su amiga (tu name) "la inexperimentada", él se sentía culpable por algo de lo que ni siquiera había hecho voluntariamente.
Y era cierto que Joe no lo había hecho voluntariamente, su cuerpo tomó la iniciativa sin consultarle. Y ahora estaba en el baño recriminándose por ser un sucio y bastardo depravado. Pensaba en lo que podría haber hecho si ella no se llegaba a despertar en ese momento. Estaba claro que no podría haber llegado muy lejos con ella dormida. Pero lo que le mortificaba era lo que había deseado hacerle, se corrigió, lo que aún deseaba hacerle. Se iba a dar de cabezazos contra la pared cuando escuchó golpear la puerta.
- Loco ¿te queda mucho para salir? Quiero entrar ¡Please! -grito impaciente (tu name)- ¡Necesito entra con urgencia!
No parecía enojada ni ofendida, pensó Joe ¿A lo mejor no había notado nada? Era mejor enfrentar lo que fuese de una vez. Respiró hondo y abrió la puerta. No le dio tiempo a abrir la boca cuando ella había pasado como una bala y había cerrado tras ella. Iba a empezar a hacer lucubraciones de los motivos de su actitud cuando ella ya había salido con cara de alivio.
- Te has tardado tanto que pensé que en vez del aseo iba a necesitar ropa limpia y una ducha -dijo (tu name) risueña.
Ante la broma de (tu name), Joe no pudo más que reír. Estaba claro que no estaba enojada con él. Era una chica muy especial, pensó Joe. Él era un cerdo que se había aprovechado de su inocencia e inconsciencia, mientras que ella era dulce, fuerte y bromista. Era una combinación extraña y perfecta. Y tremendamente sexy sin saberlo. Si su cuerpo le hubiese respondido de la forma tan fogosa y erótica como lo había hecho estando despierta, estaría seguro de haber encontrado su alma gemela. Pero ella no era así. A ella la faltaba la pasión y la picardía que a él lo volvía loco. Aún así se quedaba de recuerdo lo que había pasado aunque no fuese real.
(tu name) miró a Joe. Estaba segura de que él había estado planeando todo un discurso de disculpas. Pero a ella no le importaba lo que había pasado así que ¿para qué martirizarlo con la verdad? Fingiría que no pasó nada y ya está. En realidad, no había pasado gran cosa. Muchas otras veces habían dormido juntos y ella había notado parecida intimidad. Pero nunca se había despertado y había visto lo que hacía, se corrigió de inmediato. Para ella la sensualidad de Joe estaba siempre presente desde que comenzó a mirar a la primera chica y a preguntar por el sexo. Cada nuevo descubrimiento que hacía era comentado al detalle. Y ella no era de piedra, se excitaba con cada relato. Durante años Joe había sido el protagonista de sus fantasías hasta que descubrió que eso era por qué era al único hombre que conocía. Así que extendió las alas y echó a volar. Desde entonces Joe dejó de parecerle misterioso y seductor. Era solo un crío con las hormonas revueltas. Pero tenía que admitir que esa noche le había vuelto a parecer tan excitante como en antaño. Una pena que solo fuese así en sueños, pensó (tu name) con un suspiro.
- Bueno, ya me voy -dijo (tu name) besando en la mejilla a su amigo.
- O... ok -contestó Joe estremeciéndose ante el contacto.
- Bien -afirmó ella sonriendo ante su reacción- Nos vemos el lunes -comentó dirigiéndose a la puerta.
- ¡Espera! -reaccionó Joe- ¿Hasta el lunes? ¿Qué ha pasado con el sábado y el domingo?
- Lo han quitado del calendario ¿no sabías? -bromeó ella acercándose de nuevo- Pensé que harías lo de siempre: dormir todo el sábado y dedicar el domingo a alguna afortunada señorita ¿o es que ya te has acostado con todas y no te queda con quién? -se burló (tu name) apretándole los cachetes.
- ¡Graciosa! -bufó Joe cogiéndola y tirándola contra la cama- Aún me queda alguna por ahí escondida -replicó haciéndole cosquillas.
- Estate quieto -ordenó (tu name) sin dejar de reír- ¡Ok! ¡Ok! -comenzó a decir sin aire- ¡Me rindo! ¿Qué quieres hacer?
- ¿No vas a hacer planes con tu novio? -preguntó medio burlón Joe.
- ¡Ups! -soltó una carcajada- Yo tenía una de esos ¿verdad? -bromeó mientras se incorporaba- Imagino que nos veremos el sábado por la noche y el domingo haremos algo antes de irme a trabajar. No sé, tengo que hablar con él -explicó sin interés.
- Se te ve la ilusión -se burló él feliz.
- ¡No me estreses! Estamos bien y ya. No etiquetemos todo tanto -ordenó (tu name) agobiada- Me voy de verás, que se está haciendo tarde.
Estaba bien con Lincoln. Le gustaba mucho. Era sexy y divertido. Suficientemente bueno para tomárselo como algo más que un estorbo, pero tampoco hacía falta dramatizar. No es que estuviese pensando en tener hijos y una vida en común. No se imaginaba con una familia. Desde pequeña había soñado en vivir sola o en un apartamento con su mejor amigo ¡La típica soltera! Ahora sabía que Joe y ella nunca se irían a vivir juntos porque él si era de los que se casaban. Él andaba con cualquier falda que se le cruzase pero (tu name) sabía que en el fondo lo que él buscaba era al verdadero amor. Estaba convencido de que había un ser hecho para pasar el resto de su vida con él, mientras que ella estaba convencida de que no había hombre sobre el planeta que la soportara y al que soportara. Excepto Joe, claro.
Joe recreo lo sucedido una y otra vez en su mente después de que ella se fuese ¡Aún seguía excitado! No la había visto como a su amiga. Estaba seguro de ni siquiera haberla reconocido, cegado por el deseo. No sabía que le había pasado pero le había gustado la firmeza de sus muslos, la suavidad de su piel, el sabor de su cuello, abrasador, y... ¡sus pechos! Los había notado contra el suyo y casi grito de la misma excitación. No sabía cómo había sido capaz de no tocarlos. Si ella no se hubiese despertado...
Se maldijo por sus pensamientos se levanto de la cama de un saltó y golpeó todo lo que se encontró en el cuarto. Agotado se sentó sobre la cama y se cubrió el rostro con las manos. Tenía que admitirlo: ¡La deseaba! A su mejor amiga, su confidente, su compañera de travesuras... La deseaba más de lo que era capaz de admitir.
Abrumado por el sentimiento de desolación que le oprimía el pecho se tendió en la cama y deseo poder llorar. No quería perderla por un descontrol de hormonas. No volvería a acercársele de nuevo de esa manera. Ahora que sabía lo débil que podía llegar a ser, no iba a permitir que todo se estropease. Mantendría al margen sus deseos y los volcaría con cualquier otra. Aunque no pudiese imaginarse con nadie más en esos momentos.
Fin DEl cAp
(tu name) se sentó en la cama, se colocó la ropa bien y se peinó y rehízo la coleta ¡Vaya repaso le acababa de dar! Cuando la tendió boca arriba y él se recostó encima estuvo apunto de decir que estaba despierta pero entonces notó su erección y no fue capaz ¿Qué le iba a decir? "Oye perdona pero tu pene me aplasta el vientre". No era educado.
Se soltó en carcajadas de nuevo. Pero la verdadera razón de no haber dicho nada es que se le hincharon tanto los pechos por el contacto que llegaron a dolerle. Si lo descubría a él se descubría ella. Y él tenía la excusa de estar dormido, ella no, pensó (tu name). Después habían vuelto a la posición normal pero la curiosidad pudo más que ella. Había notado su tremenda erección y quería medirla aproximadamente. Así que colocó su muslo encima para hacerlo. Al notar que él desplazaba su mano por su muslo pensó que la apartaría. Cuando llegó a su cintura estaba convencida de que la iba a despertar porque se había dado cuenta de lo que hacía. Pero no era por eso por lo que estaba roja como un tomate. Nunca en su vida había tenido a semejante ejemplar tan de cerca. Eso tenía que doler ¡seguro!, se dijo para si. Como pensaba que él ya estaba despierto y que la iba a apartar y darse cuenta de que ella fingía estar dormida, decidió fingir estirazarse y así hundir el rostro sonrojado en el hombro de él ¡Pero entonces ocurrió! Joe le acarició la espalda de una forma tan sensual que un estremecimiento la hizo tensarse hasta perder la capacidad de respirar por si misma. Él no se paró y se recostó de nuevo sobre ella. Esta vez notaba su erección con mucha más claridad y donde debía ser. Joe había comenzado a besarla en el cuello cuando ella se dio cuenta de que era el momento de despertarlo. No sabía con quien estaba teniendo el sueño erótico pero como no lo despertase pronto lo llevaría a la práctica con ella.
¡Pobre!, pensó de nuevo (tu name) ¡que susto se había llevado al ver que era con ella con quien estaba haciendo todo eso y no con la del sueño! Hasta se cayó de la cama de la impresión.
(tu name) no pudo evitar soltar otra carcajada. No era para tanto. No iba a culparlo por hacer algo inconscientemente. Otra cosa seria que estuviese despierto, pero no podía culparlo por lo que hacía dormido. Además, ella no lo despertó para que se estuviese quieto. Y menos mal porque se lo había pasado bomba. Además de conocer más... profundamente a su amigo ¡Que mala era! se recriminó risueña y burlonamente. Tenía que dejar de pensar que el sexo era un juego. O al menos, no jugar a ese juego con los amigos, como se prometió hacía años. Pero si los hombres lo hacían instintivamente ¿por qué ella no podía? ¿Y qué carajo le importaba? pensó sin interés. Iba a seguir haciendo lo que le diese la gana sin importarle lo que los demás piensen.
Joe no salía del baño y (tu name) se preocupó. Por esa clase de cosas fingía ser quien no era. A la (tu name) de "la noche" le habría hecho esas cosas estando despierto y todo se habría ido a la basura. Pero con su amiga (tu name) "la inexperimentada", él se sentía culpable por algo de lo que ni siquiera había hecho voluntariamente.
Y era cierto que Joe no lo había hecho voluntariamente, su cuerpo tomó la iniciativa sin consultarle. Y ahora estaba en el baño recriminándose por ser un sucio y bastardo depravado. Pensaba en lo que podría haber hecho si ella no se llegaba a despertar en ese momento. Estaba claro que no podría haber llegado muy lejos con ella dormida. Pero lo que le mortificaba era lo que había deseado hacerle, se corrigió, lo que aún deseaba hacerle. Se iba a dar de cabezazos contra la pared cuando escuchó golpear la puerta.
- Loco ¿te queda mucho para salir? Quiero entrar ¡Please! -grito impaciente (tu name)- ¡Necesito entra con urgencia!
No parecía enojada ni ofendida, pensó Joe ¿A lo mejor no había notado nada? Era mejor enfrentar lo que fuese de una vez. Respiró hondo y abrió la puerta. No le dio tiempo a abrir la boca cuando ella había pasado como una bala y había cerrado tras ella. Iba a empezar a hacer lucubraciones de los motivos de su actitud cuando ella ya había salido con cara de alivio.
- Te has tardado tanto que pensé que en vez del aseo iba a necesitar ropa limpia y una ducha -dijo (tu name) risueña.
Ante la broma de (tu name), Joe no pudo más que reír. Estaba claro que no estaba enojada con él. Era una chica muy especial, pensó Joe. Él era un cerdo que se había aprovechado de su inocencia e inconsciencia, mientras que ella era dulce, fuerte y bromista. Era una combinación extraña y perfecta. Y tremendamente sexy sin saberlo. Si su cuerpo le hubiese respondido de la forma tan fogosa y erótica como lo había hecho estando despierta, estaría seguro de haber encontrado su alma gemela. Pero ella no era así. A ella la faltaba la pasión y la picardía que a él lo volvía loco. Aún así se quedaba de recuerdo lo que había pasado aunque no fuese real.
(tu name) miró a Joe. Estaba segura de que él había estado planeando todo un discurso de disculpas. Pero a ella no le importaba lo que había pasado así que ¿para qué martirizarlo con la verdad? Fingiría que no pasó nada y ya está. En realidad, no había pasado gran cosa. Muchas otras veces habían dormido juntos y ella había notado parecida intimidad. Pero nunca se había despertado y había visto lo que hacía, se corrigió de inmediato. Para ella la sensualidad de Joe estaba siempre presente desde que comenzó a mirar a la primera chica y a preguntar por el sexo. Cada nuevo descubrimiento que hacía era comentado al detalle. Y ella no era de piedra, se excitaba con cada relato. Durante años Joe había sido el protagonista de sus fantasías hasta que descubrió que eso era por qué era al único hombre que conocía. Así que extendió las alas y echó a volar. Desde entonces Joe dejó de parecerle misterioso y seductor. Era solo un crío con las hormonas revueltas. Pero tenía que admitir que esa noche le había vuelto a parecer tan excitante como en antaño. Una pena que solo fuese así en sueños, pensó (tu name) con un suspiro.
- Bueno, ya me voy -dijo (tu name) besando en la mejilla a su amigo.
- O... ok -contestó Joe estremeciéndose ante el contacto.
- Bien -afirmó ella sonriendo ante su reacción- Nos vemos el lunes -comentó dirigiéndose a la puerta.
- ¡Espera! -reaccionó Joe- ¿Hasta el lunes? ¿Qué ha pasado con el sábado y el domingo?
- Lo han quitado del calendario ¿no sabías? -bromeó ella acercándose de nuevo- Pensé que harías lo de siempre: dormir todo el sábado y dedicar el domingo a alguna afortunada señorita ¿o es que ya te has acostado con todas y no te queda con quién? -se burló (tu name) apretándole los cachetes.
- ¡Graciosa! -bufó Joe cogiéndola y tirándola contra la cama- Aún me queda alguna por ahí escondida -replicó haciéndole cosquillas.
- Estate quieto -ordenó (tu name) sin dejar de reír- ¡Ok! ¡Ok! -comenzó a decir sin aire- ¡Me rindo! ¿Qué quieres hacer?
- ¿No vas a hacer planes con tu novio? -preguntó medio burlón Joe.
- ¡Ups! -soltó una carcajada- Yo tenía una de esos ¿verdad? -bromeó mientras se incorporaba- Imagino que nos veremos el sábado por la noche y el domingo haremos algo antes de irme a trabajar. No sé, tengo que hablar con él -explicó sin interés.
- Se te ve la ilusión -se burló él feliz.
- ¡No me estreses! Estamos bien y ya. No etiquetemos todo tanto -ordenó (tu name) agobiada- Me voy de verás, que se está haciendo tarde.
Estaba bien con Lincoln. Le gustaba mucho. Era sexy y divertido. Suficientemente bueno para tomárselo como algo más que un estorbo, pero tampoco hacía falta dramatizar. No es que estuviese pensando en tener hijos y una vida en común. No se imaginaba con una familia. Desde pequeña había soñado en vivir sola o en un apartamento con su mejor amigo ¡La típica soltera! Ahora sabía que Joe y ella nunca se irían a vivir juntos porque él si era de los que se casaban. Él andaba con cualquier falda que se le cruzase pero (tu name) sabía que en el fondo lo que él buscaba era al verdadero amor. Estaba convencido de que había un ser hecho para pasar el resto de su vida con él, mientras que ella estaba convencida de que no había hombre sobre el planeta que la soportara y al que soportara. Excepto Joe, claro.
Joe recreo lo sucedido una y otra vez en su mente después de que ella se fuese ¡Aún seguía excitado! No la había visto como a su amiga. Estaba seguro de ni siquiera haberla reconocido, cegado por el deseo. No sabía que le había pasado pero le había gustado la firmeza de sus muslos, la suavidad de su piel, el sabor de su cuello, abrasador, y... ¡sus pechos! Los había notado contra el suyo y casi grito de la misma excitación. No sabía cómo había sido capaz de no tocarlos. Si ella no se hubiese despertado...
Se maldijo por sus pensamientos se levanto de la cama de un saltó y golpeó todo lo que se encontró en el cuarto. Agotado se sentó sobre la cama y se cubrió el rostro con las manos. Tenía que admitirlo: ¡La deseaba! A su mejor amiga, su confidente, su compañera de travesuras... La deseaba más de lo que era capaz de admitir.
Abrumado por el sentimiento de desolación que le oprimía el pecho se tendió en la cama y deseo poder llorar. No quería perderla por un descontrol de hormonas. No volvería a acercársele de nuevo de esa manera. Ahora que sabía lo débil que podía llegar a ser, no iba a permitir que todo se estropease. Mantendría al margen sus deseos y los volcaría con cualquier otra. Aunque no pudiese imaginarse con nadie más en esos momentos.
Fin DEl cAp
sofia- Admin
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
subee cap ! esta buena
alyson !*- Cantidad de envíos : 91
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
sofi por fis seguila!!!!!!!!!!! esta super buena!!!!!!!!!!!
kiara- Cantidad de envíos : 11
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
Capítulo 18
El sábado por la noche Joe había hecho todo lo imaginable para no pensar en (tu name). Pero acababa siempre recordando la suavidad de su piel como si la estuviese tocando en ese mismo instante. Y terminaba frustrado imaginándosela con Lincoln. Él podía tocarla y no era lascivo. Él podía besarla y no era inmoral. Él podía.... que ni se le ocurriese hacer nada más porque lo mataría en ese instante, pensó Joe.
"Tú no tienes ningún derecho sobre ella", le dijo una estúpida vocecita que se había alojado en su cerebro después de la pasada noche.
Tenía todos los derechos porque él la... no fue capaz de seguir con el pensamiento. La quería mucho, siempre la había querido y siempre la querría. Pero no la amaba. No en el sentido pasional. Bueno sí la deseaba, pero ¡se le pasaría! Y después ¿qué? ¿Destrozar una relación tan perfecta solo para un polvo rápido? ¡No! Le dolía el corazón solo pensar en perderla. Además, si él se atreviese a intentar algo con ella era bastante probable que ella le diese una paliza por solo acercársele con esa intención.
Sonrió sin diversión. (Tu name) era ese chico que hay en todas los grupos al que acuden los más débiles para que lo protejan. No es que fuese muy fuerte físicamente, pero tenía coraje. Le daba igual el tamaño de su adversario, si se metían con uno de los suyos, ella atacaría. No pudo evitar acordarse del día en el que un grupo de cinco chicos lo habían acorralado y le estaban pegando cuando ella llegó y comenzó a lanzar patadas y puñetazos en todas direcciones. Había acabado con el labio roto y cientos de moratones, pero ellos no habían acabado mucho mejor. Era bueno para la salud de cualquiera no enfadarla. Puede que ya no utilizara los mismos métodos pero seguía siendo la misma fiera.
- Joe ¿en que demonios estás pensando? -preguntó Taylor enojada.
- ¡Tengo que irme! -exclamó Joe, ignorando el tono de ella.
- ¿Ahora? -dijo perpleja, señalando a la cama deshecha y a ella misma desnuda.
- Sí, ahora -afirmó él vistiéndose apresuradamente.
- ¡Joe no te puedes ir otra vez así! -protestó rabiosa- Si ni siquiera habíamos empezado -gritó Taylor al verlo salir por la puerta.
- ¡Ni empezará nunca más! -informó como un estruendo haciendo que Taylor cayese sentada en la cama.
Ella supo que nunca volvería a buscarla, aunque no supiese por qué. Desde que la había buscado esa noche, no había sido el chico encantador que derrite los corazones a su paso, sino bruto y arrogante.
- ¿Hay alguien en tu depa? Necesito despejarme un poco -le había dicho con el ceño fruncido.
Taylor había ignorado el tono porque iba a conseguir lo que quería: que todos los vieran irse juntos. Pero sabía que él no quería nada de ella salvo sexo. Él era consciente de que vivía sola por lo que la pregunta le había parecido absurda. Pero fue la confirmación de lo que él quería, a lo que iba, para lo único que la deseaba. Pero esa noche él no la besaba como siempre. Apretaba los labios contra ella, eso no era besar. Y no había notado ningún signo de excitación, ¡Ninguno! Incluso cuando se desnudo, su erección era inexistente ¿Se habría ido por eso? ¿Tendría algún problema? pensó Taylor. No era su problema. Era un cretino y le pagaría lo que le había hecho.
Joe ardía de rabia. No podía acostarse con (tu name) pero tampoco con otra ¡Eso no podía ser posible! Nunca le había pasado algo parecido. Entró en el primer bar que encontró y se sentó a beber. Tras varios tragos una morena espectacular se sentó junto a él. Fue educada pero directa. En menos de una hora estaban besándose en la entrada del departamento de ella mientras esta buscaba las llaves para entrar. Joe rezaba para que su amigo no volviese a jugarle una mala pasada.
Ya dentro de la habitación la chica comenzó a desvestirlo y él estuvo a punto de pararla porque no había conseguido excitarlo como necesitaba. Pero entonces la muchacha cogió las manos de él y las colocó en su cintura. Con ese rocé Joe recordó automáticamente el contacto con la seda que rodeaba el suave cuerpo de (tu name) y se excitó en el momento. Sin mirar a la cara de la chica, la desnudo de inmediato y acabó con su tarea aún más rápido.
Tras la conclusión del acto se separó de ella con la misma fuerza con la que la había embestido y al verla salió de la cama como un rayo.
- Tengo que irme -dijo Joe sin más mientras se vestía.
Parecía que eso lo había hecho demasiadas veces esa noche, pensó. Había poseído a esa desconocida pensando en (tu name). Se sentía miserable. Y lo peor es que no se sentía culpable por la pobre chica sino por su amiga. Su (tu name) no se merecía eso, se dijo furioso. Él tenía que dejar de involucrarla en esos asuntos. Tenía que hablar con ella. Era una chica muy inteligente si le contaba más o menos lo que le pasaba seguro encontraban una solución.
Salió de aquella casa entre protestas e insultos. Esa noche estaba consiguiendo que todas las mujeres a su alrededor lo odiasen. No estaba acostumbrado. Lo normal era dejarlas igual de abandonadas pero felices e impacientes por un nuevo encuentro. Pero no tenía tiempo de ser encantador.
Fue a casa de (tu name). A la hora que era, suponía poder encontrarla. Pero no fue así. Su madre le había abierto furiosa por las horas en las que iba a visitarla. Aunque no tenía pensado llamar a la puerta, lo hizo. Había subido hasta su cuarto por una escalera que tenían escondida, y ella no estaba. Se preocupó y no dudo en preguntar a sus padres. No se creía que a esas horas aún estuviese cuidando a niños.
- ¿Cuidando niños? -le había dicho la madre de (tu name)- ¿Qué niños? Ella estará en el bar ese donde trabaja -le había confesado antes de cerrarle la puerta en las narices.
Joe sabía que era estúpido preguntar cual porque seguramente ni lo sabría. Estaba cada vez más furioso ¡Trabajaba en un bar! Su mejor amiga trabajaba en la noche y no le había dicho nada. No podía imaginarse en qué clase de sitio estaría ella trabajando y haciendo qué. Camarera, seguramente. Puede que fuese la que recoge mesas y sirve cafés en una de esas cafeterías para trabajadores. Pero no se la imaginaba con un uniforme rosa y un delantal blanco. No paraba de mentirle ¿Qué más le ocultaba? ¿Cómo era posible que desconociese tanto a la persona a la que pensaba que conocía mejor que a si mismo?
Estaba furioso y tan frustrado que ni siquiera veía por donde iba. Acabó parado frente a un bullicio de gente que intentaba entrar en un local. Miró donde se encontraba "El Ritual". Ese sitio parecía que se burlaba de él. Cuantas más veces intentaba entrar en él más cosas malas le pasaban. Parecía que todo se comunicaba. Y pensó desesperado que si entraba en él a lo mejor su suerte cambiaba. O al menos, vería a alguna chica de las que Lincoln había descrito como las más sensuales del país. Puede que alguna lo hiciese excitarse por si misma y no fuese necesario recurrir a pensar en (tu name).
Joe se acercó a la puerta y observó que como siempre para entrar tenías que estar en la lista. Pero lo sorprendió que los que salían iban disfrazados. En ese momento un borracho con una máscara oscura tropezó con él y cayó al suelo. Joe le quitó la máscara para verle la cara y que respirará mejor pero el tipo lo apartó de su camino y se fue hacía su coche.
En ese estado ni saldría del aparcamiento, pensó Joe. Entonces miró su mano en la que aún llevaba la máscara del borracho y después al local.
Sin pensarlo dos veces se colocó la máscara y se dirigió al local. El portero, al que reconoció al instante como el gorila que abrazaba a (tu name) hacía poca más de una semana, no reparó en él, pensando que era el mismo que se había marchado. Joe sonrió feliz al traspasar las cortinas que lo separaba del exterior. Se quedó inmóvil, boquiabierto observando el lugar. No se parecía en nada a la clase de lugares que frecuentaba, atestados de gente y chicas semidesnudas bailando sin ninguna gracia pero dejando ver más de lo que era moral y decoroso. En ese lugar cada quien parecía tener reservado una porción, no se mezclaban ni empujaban, sin embargo, parecía que todos se conocían. Y seguramente sería así, pensó Joe absorbiendo cada detalle de la atmósfera. Había bailarinas pero sobre pequeños escenarios alrededor del local. No era tanto una exhibición como un entretenimiento. Las chicas parecían verdaderas artistas que bailaban coordinadamente y con exquisitos movimientos. La ropa es lo que más le llamó la atención, iban disfrazadas pero no llevaban las típicas lycras que no dejan a la imaginación, sino que cada una representaba un papel.
Joe estaba fascinado con la decoración, el ambiente y.... ¡La vio! ¡Era ella! La reconoció al instante aunque también fuese disfrazada. Estaba de espaldas a él, con un vestido de cola muy largo negro que se recogía sobre el cuello dejando su espalda al descubierto. Cubierta por varias capas de brillantina plateada y blanca, y una mascara con pequeñas plumas blancas y negras. Y por si le cabía alguna duda de quien era, estaba hablando con Lincoln ¡Era ella!
El sábado por la noche Joe había hecho todo lo imaginable para no pensar en (tu name). Pero acababa siempre recordando la suavidad de su piel como si la estuviese tocando en ese mismo instante. Y terminaba frustrado imaginándosela con Lincoln. Él podía tocarla y no era lascivo. Él podía besarla y no era inmoral. Él podía.... que ni se le ocurriese hacer nada más porque lo mataría en ese instante, pensó Joe.
"Tú no tienes ningún derecho sobre ella", le dijo una estúpida vocecita que se había alojado en su cerebro después de la pasada noche.
Tenía todos los derechos porque él la... no fue capaz de seguir con el pensamiento. La quería mucho, siempre la había querido y siempre la querría. Pero no la amaba. No en el sentido pasional. Bueno sí la deseaba, pero ¡se le pasaría! Y después ¿qué? ¿Destrozar una relación tan perfecta solo para un polvo rápido? ¡No! Le dolía el corazón solo pensar en perderla. Además, si él se atreviese a intentar algo con ella era bastante probable que ella le diese una paliza por solo acercársele con esa intención.
Sonrió sin diversión. (Tu name) era ese chico que hay en todas los grupos al que acuden los más débiles para que lo protejan. No es que fuese muy fuerte físicamente, pero tenía coraje. Le daba igual el tamaño de su adversario, si se metían con uno de los suyos, ella atacaría. No pudo evitar acordarse del día en el que un grupo de cinco chicos lo habían acorralado y le estaban pegando cuando ella llegó y comenzó a lanzar patadas y puñetazos en todas direcciones. Había acabado con el labio roto y cientos de moratones, pero ellos no habían acabado mucho mejor. Era bueno para la salud de cualquiera no enfadarla. Puede que ya no utilizara los mismos métodos pero seguía siendo la misma fiera.
- Joe ¿en que demonios estás pensando? -preguntó Taylor enojada.
- ¡Tengo que irme! -exclamó Joe, ignorando el tono de ella.
- ¿Ahora? -dijo perpleja, señalando a la cama deshecha y a ella misma desnuda.
- Sí, ahora -afirmó él vistiéndose apresuradamente.
- ¡Joe no te puedes ir otra vez así! -protestó rabiosa- Si ni siquiera habíamos empezado -gritó Taylor al verlo salir por la puerta.
- ¡Ni empezará nunca más! -informó como un estruendo haciendo que Taylor cayese sentada en la cama.
Ella supo que nunca volvería a buscarla, aunque no supiese por qué. Desde que la había buscado esa noche, no había sido el chico encantador que derrite los corazones a su paso, sino bruto y arrogante.
- ¿Hay alguien en tu depa? Necesito despejarme un poco -le había dicho con el ceño fruncido.
Taylor había ignorado el tono porque iba a conseguir lo que quería: que todos los vieran irse juntos. Pero sabía que él no quería nada de ella salvo sexo. Él era consciente de que vivía sola por lo que la pregunta le había parecido absurda. Pero fue la confirmación de lo que él quería, a lo que iba, para lo único que la deseaba. Pero esa noche él no la besaba como siempre. Apretaba los labios contra ella, eso no era besar. Y no había notado ningún signo de excitación, ¡Ninguno! Incluso cuando se desnudo, su erección era inexistente ¿Se habría ido por eso? ¿Tendría algún problema? pensó Taylor. No era su problema. Era un cretino y le pagaría lo que le había hecho.
Joe ardía de rabia. No podía acostarse con (tu name) pero tampoco con otra ¡Eso no podía ser posible! Nunca le había pasado algo parecido. Entró en el primer bar que encontró y se sentó a beber. Tras varios tragos una morena espectacular se sentó junto a él. Fue educada pero directa. En menos de una hora estaban besándose en la entrada del departamento de ella mientras esta buscaba las llaves para entrar. Joe rezaba para que su amigo no volviese a jugarle una mala pasada.
Ya dentro de la habitación la chica comenzó a desvestirlo y él estuvo a punto de pararla porque no había conseguido excitarlo como necesitaba. Pero entonces la muchacha cogió las manos de él y las colocó en su cintura. Con ese rocé Joe recordó automáticamente el contacto con la seda que rodeaba el suave cuerpo de (tu name) y se excitó en el momento. Sin mirar a la cara de la chica, la desnudo de inmediato y acabó con su tarea aún más rápido.
Tras la conclusión del acto se separó de ella con la misma fuerza con la que la había embestido y al verla salió de la cama como un rayo.
- Tengo que irme -dijo Joe sin más mientras se vestía.
Parecía que eso lo había hecho demasiadas veces esa noche, pensó. Había poseído a esa desconocida pensando en (tu name). Se sentía miserable. Y lo peor es que no se sentía culpable por la pobre chica sino por su amiga. Su (tu name) no se merecía eso, se dijo furioso. Él tenía que dejar de involucrarla en esos asuntos. Tenía que hablar con ella. Era una chica muy inteligente si le contaba más o menos lo que le pasaba seguro encontraban una solución.
Salió de aquella casa entre protestas e insultos. Esa noche estaba consiguiendo que todas las mujeres a su alrededor lo odiasen. No estaba acostumbrado. Lo normal era dejarlas igual de abandonadas pero felices e impacientes por un nuevo encuentro. Pero no tenía tiempo de ser encantador.
Fue a casa de (tu name). A la hora que era, suponía poder encontrarla. Pero no fue así. Su madre le había abierto furiosa por las horas en las que iba a visitarla. Aunque no tenía pensado llamar a la puerta, lo hizo. Había subido hasta su cuarto por una escalera que tenían escondida, y ella no estaba. Se preocupó y no dudo en preguntar a sus padres. No se creía que a esas horas aún estuviese cuidando a niños.
- ¿Cuidando niños? -le había dicho la madre de (tu name)- ¿Qué niños? Ella estará en el bar ese donde trabaja -le había confesado antes de cerrarle la puerta en las narices.
Joe sabía que era estúpido preguntar cual porque seguramente ni lo sabría. Estaba cada vez más furioso ¡Trabajaba en un bar! Su mejor amiga trabajaba en la noche y no le había dicho nada. No podía imaginarse en qué clase de sitio estaría ella trabajando y haciendo qué. Camarera, seguramente. Puede que fuese la que recoge mesas y sirve cafés en una de esas cafeterías para trabajadores. Pero no se la imaginaba con un uniforme rosa y un delantal blanco. No paraba de mentirle ¿Qué más le ocultaba? ¿Cómo era posible que desconociese tanto a la persona a la que pensaba que conocía mejor que a si mismo?
Estaba furioso y tan frustrado que ni siquiera veía por donde iba. Acabó parado frente a un bullicio de gente que intentaba entrar en un local. Miró donde se encontraba "El Ritual". Ese sitio parecía que se burlaba de él. Cuantas más veces intentaba entrar en él más cosas malas le pasaban. Parecía que todo se comunicaba. Y pensó desesperado que si entraba en él a lo mejor su suerte cambiaba. O al menos, vería a alguna chica de las que Lincoln había descrito como las más sensuales del país. Puede que alguna lo hiciese excitarse por si misma y no fuese necesario recurrir a pensar en (tu name).
Joe se acercó a la puerta y observó que como siempre para entrar tenías que estar en la lista. Pero lo sorprendió que los que salían iban disfrazados. En ese momento un borracho con una máscara oscura tropezó con él y cayó al suelo. Joe le quitó la máscara para verle la cara y que respirará mejor pero el tipo lo apartó de su camino y se fue hacía su coche.
En ese estado ni saldría del aparcamiento, pensó Joe. Entonces miró su mano en la que aún llevaba la máscara del borracho y después al local.
Sin pensarlo dos veces se colocó la máscara y se dirigió al local. El portero, al que reconoció al instante como el gorila que abrazaba a (tu name) hacía poca más de una semana, no reparó en él, pensando que era el mismo que se había marchado. Joe sonrió feliz al traspasar las cortinas que lo separaba del exterior. Se quedó inmóvil, boquiabierto observando el lugar. No se parecía en nada a la clase de lugares que frecuentaba, atestados de gente y chicas semidesnudas bailando sin ninguna gracia pero dejando ver más de lo que era moral y decoroso. En ese lugar cada quien parecía tener reservado una porción, no se mezclaban ni empujaban, sin embargo, parecía que todos se conocían. Y seguramente sería así, pensó Joe absorbiendo cada detalle de la atmósfera. Había bailarinas pero sobre pequeños escenarios alrededor del local. No era tanto una exhibición como un entretenimiento. Las chicas parecían verdaderas artistas que bailaban coordinadamente y con exquisitos movimientos. La ropa es lo que más le llamó la atención, iban disfrazadas pero no llevaban las típicas lycras que no dejan a la imaginación, sino que cada una representaba un papel.
Joe estaba fascinado con la decoración, el ambiente y.... ¡La vio! ¡Era ella! La reconoció al instante aunque también fuese disfrazada. Estaba de espaldas a él, con un vestido de cola muy largo negro que se recogía sobre el cuello dejando su espalda al descubierto. Cubierta por varias capas de brillantina plateada y blanca, y una mascara con pequeñas plumas blancas y negras. Y por si le cabía alguna duda de quien era, estaba hablando con Lincoln ¡Era ella!
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
Capitulo 19
(tu name) había tenido la semana más dura de toda su vida. Pero por suerte ya había terminado. Entre el nuevo trabajo, la mudanza y la fiesta que había decidido dar para reconquistar a sus antiguos clientes, estaba agotada. El único bálsamo fue Joe la noche anterior. Se había reído tanto que aún le dolían las costillas. Hombres, hombres son, se dijo risueña. Hasta en sueño no dejaban de hacer cochinadas.
Miley le tuvo que ayudar a organizar la fiesta ya que ella no podía sola, debido al nuevo trabajo. Todo estaba listo y salía a la perfección. Lincoln no se alejaba de ella porque decía que estaba demasiado guapa para alejarse más de un metro. Aunque a ella le parecía que no se alejaba más de un centímetro. Y no sabía por qué eso le preocupaba si un día antes era lo que más quería.
La mañana antes había comentado a Miley la frustración que sentía por no haber intimado aún con Lincoln debido al exceso de trabajo de ambos.
- Solo llevan una semana ¡No te impacientes! -le había aconsejado su amiga.
Pero esa noche no solo no se impacientaba sino que no tenía el menor interés de que pasase nada. Y no sabía por qué. Estaba guapísimo y tan encantador como siempre. No era él. Había algo que fallaba en ella ¿Qué más daba? No le apetecía y punto, ya pasaría cuando tuviese que pasar.
(tu name) charlaba con su novio mientras vigilaba la fiesta. Recorrió con la mirada a cada una de las máscaras que estaban allí, hasta parar en una solitaria. Un hombre mirándola fijamente. Pero no era eso lo que la extrañó. No había comprado una sola máscara repetida y recordaba perfectamente a quien le había dado esa en concreto. Y ni el tipo tenía su porte, ni estaba tirado en el suelo borracho como hacía un minuto, ni llevaba la misma ropa.
- Se ha colado un tipo -afirmó (tu name) señalándole a Lincoln a quien se refería.
- Llama a alguien de seguridad mientras yo intento razonar con él para que no arme ningún escándalo -le sugirió Lincoln mientras caminaba hacía Joe.
Joe ni se inmutó cuando la vio señalándolo ¿Lo había reconocido con la máscara? ¡Le daba igual! En cuanto Lincoln la acarició suavemente los brazos antes de caminar hacía él, todo eso se le olvido. Donde estaba o con quien no importaba. Lo único que quería era moler a golpes a ese imbécil.
Lincoln llegó ante Joe con expresión dura pero no lo amenazó, se limitó a ser lo más cortés que fue posible.
- Creo que no ha sido invitado a esta fiesta -advirtió Lincoln sereno.
- ¿Usted la organiza? -se escuchó distorsionado tras la máscara.
- No, yo soy un invitado más. Pero me han pedido que le muestre donde se encuentra la puerta -informó más seco.
- ¿Su novia? -preguntó Joe furioso.
- ¡Eso no es asunto tuyo! -espetó Lincoln perdiendo la paciencia.
- ¿En serio? -dijo Joe quitándose la máscara.
Lincoln no dijo una palabra e instintivamente buscó con la mirada a (tu name) que observaba la escena y se había llevado las manos a la boca horrorizada.
- ¿Encima te atreves a mirarla? -grito Joe furioso.
No se escuchó una palabra más. Solo un gemido de dolor, que emitió Lincoln cuando Joe lo golpeó. (tu name) sin pensarlo se acercó para separarlos. Pero Joe no dejaba de golpearlo y acusarlo.
- ¡Cerdo miserable! No sabes valorar lo que tienes -gruñó Joe rabioso.
(tu name) no entendía nada. Lo lógico era que estuviese enfadado con ella, no con su novio ¿Y por qué le decía esas cosas? La gente se amontonaba y tenía que hacer algo.
- ¡Ya! -grito (tu name) y todos se pararon para mirarla.
Hizo un gesto a Axel para que continuase el paso que había cesado al escucharla, para que se acercase y sujetase a Joe antes de que tuviese otro ataque violento. Se acercó a Lincoln al que le sangraba levemente el labio y lo ayudó a levantarse. Cuando vio que Axel se llevaba a la fuerza a Joe se lo impidió.
- ¡No! ¡Tráelo! -ordenó (tu name) tajante mientras se metía en la oficina agarrando a Lincoln.
Al llegar Axel tiró de un empujón a Joe contra el sofá y se colocó frente a él cómo un muro. Pero (tu name) le hizo un gesto para que se fuese y obedeció con recelo. En ese momento entró Miley con una bolsa con hielo para Lincoln y este lo acepto de buena gana.
- Gracias, preciosa -le dijo muy sonriente.
(tu name) debería haberse puesto celosa de ese brillo que apareció en los ojos de él pero no fue así. Supo que tendría que hablar de muchas cosas. Pero eso sería después. Ahora su prioridad era Joe. Lo miró pero él no hacía ni decía nada más que frotarse las manos. Vio que tenía los nudillos rojos. Seguramente se hizo daño de tantos golpes.
Ella cogió algunos hielos de la bolsa que Lincoln apretaba contra su mejilla y se acercó a Joe para dárselos. Pero él no los aceptó, solo se recostó sobre él sofá y la miró con una sonrisa burlona.
- ¿Me das hielo para curarme las heridas que me he hecho al partirle la cara a tu novio? -se burló Joe aunque estaba asombrado por el detalle.
Aunque nerviosa e insegura volvió a extenderle los hielos y él los aceptó. Hubo un incómodo silencio porque nadie sabía qué decir. Lincoln estaba enfadado por lo que le había hecho pero pensaba que era algo que ellos tenían que solucionar. Además, Miley le estaba revisando las heridas y el contacto no lo dejaba pensar con claridad. Esta estaba tan ocupada con los desperfectos provocados en el rostro de Lincoln que ni se había enterado de que pasaba. Y (tu name) tenía tantas explicaciones que dar que no sabía por donde empezar. Pero fue Joe el que dijo la primera palabra. Para sorpresa de (tu name) no fue a ella, sino que de nuevo la pagó con Lincoln.
- ¿Otra? -preguntó furioso- Y tú -mirando a Miley- ¿no te da vergüenza hacerte llamar amiga de (tu name) y ser testigo de lo que este cerdo le está haciendo?
Miley estaba confundida y perpleja. Miró a (tu name) y vio los mismos indicios, volvió al rostro de Lincoln que estaba atónito y furioso. Y decidió que mejor no contestaba a la acusación…Pero Lincoln no fue tan generoso.
-¿De qué demonios hablas? -preguntó tirando la bolsa de hielo semi derretido a una papelera- ¿Yo no le he hecho nada a (tu name)? -afirmó acercándose a esta, colocándose frente a él.
- ¿Ah, no? ¿Es que crees que no la he reconocido al instante de verla? -grito Joe señalando a (tu name).
(tu name) pasó de la confusión inicia al horror de la confirmación. Debería ser ella la que discutiese con Joe pero era incapaz de articular palabra. Nunca lo había visto así. Estaba enloquecido. Pero no le quedaba muy claro que fuese por ella. Y ¿por qué acusaba a Lincoln de hacerle daño o algún mal a ella?
- Se perfectamente quien es -continuó Joe saltando del sofá para enfrentarlo cara a cara.
- ¿Y que tiene que ver eso con que yo le haga daño? -protestó Lincoln perdiendo la paciencia.
- ¡Es la chica de la fiesta de la semana pasada! -exclamó Joe enfadado dejando a todos confusos- Ella te acompañó hasta la puerta cuando hablamos, la recuerdo perfectamente. Solo vi su espalda pero es indiscutible que es ella.
(tu name) no estaba segura de haber entendido bien ¿No la había reconocido? Bueno sí, pero no sabía que era ella exactamente. No sabía como era posible eso. Entonces se miró los brazos y recordó que la pintura corporal que llevaba le cubría lo suficiente para que no se viesen sus rasgos faciales y el antifaz cubría sus ojos. Miró a Lincoln que se había quedado helado y no sabía que decir. Ella podía planear una cuartada en un segundo pero si hablaba más podía descubrirla. Allí no había música que pudiese distorsionar su voz. La reconocería aunque solo dijese una sílaba.
Miley vio la cara de impotencia de (tu name) y supo que tenía que hacer algo ¿Pero qué? ¿Qué habría hecho (tu name) en su caso? Inventar una excusa perfecta, seguro. Pero ella no era capaz de eso ¿Qué podía hacer? Y entonces recordó un consejo de su amiga "Para que una descabellada situación parezca lógica solo tienes que tratarla con normalidad". Esa había sido la respuesta que le había dado cuando le había preguntado cómo conseguía librarse de todos los líos en los que se metía, cuando dos hombres con los que había quedado a la vez se presentaron y marcharon juntos y felices de que ella les diera una explicación. No había entendido la frase cuando se lo había dicho, pero ahora sabía a lo que se refería. Y supo qué sería lo que ella haría. O eso esperaba.
- Joe deja de hacer el tonto –ordenó Miley colocándose entre Lincoln y (tu name) para mirar de frente a Joe- Lincoln es el novio de (tu name) ¿qué tiene que ver eso con que tú hayas reconocido a la relaciones públicas del local? –preguntó Miley convenciéndose de que no había dicho ninguna mentira, exactamente.
- Ellos estaban juntos esa noche. La misma en la que empezó con (tu name) ¿Estuviste con las dos, cerdo? -le acusó Joe levantándole del suelo por la camisa.
- Déjalo bruto –replicó Miley al ver que (tu name) no podía hablar- Ella es la encargada de que todo saliese bien por eso estuvo con él cuando fueron a ver si había algún problema en la puerta -lo excusó convencida de que eso era cierto.
- ¿Y hoy? ¿Qué excusa tiene para estar con ella mientras (tu name) Dios sabe donde esta? -bufó Joe desesperado.
- Estábamos comentando la fiesta -mintió Lincoln- Y si no estoy con (tu name) es porque ella esta trabajando.
- La madre me ha dicho que no cuida ningún niño que trabaja en un bar -espetó enojado Joe. Se escuchó una leve maldición de labios de (tu name), pero nadie se giró para mirarla.
- ¡No trabaja en ningún bar! –protestó Miley sin saber qué inventar.
- Quiere decir que esto no es un bar exactamente, y es aquí donde trabaja -confesó Lincoln bajo la mirada fulminante de ambas mujeres- Estuvo ayudando hasta hace poco con los preparativos como en la fiesta de la semana pasada. La lleve a casa justo antes de que tú llegases -inventó ingenioso.
- ¡Que casualidad! -se burló Joe irritado.
- Puedes preguntarle a ella si quieres mañana –contestó Lincoln sereno.
- Por supuesto que lo haré. Y no voy a entrar en lo que haces tú todavía aquí si ella ya se fue porque será ella quien te pedirá cuentas. Ahora iros -ordenó Joe seco- quiero hablar a solas con la "relaciones públicas" -dijo con tono despreciativo.
- Tú no eres quien para mandarnos hacer nada –replicó Miley pero no siguió hablando al notar la mano de (tu name) sobre su hombro.
Joe vio como tanto Lincoln como Miley se marchaban a regañadientes al hacer un simple gesto con la cabeza, esa bella desconocida ¡Maldita sea! Al fin la tenía cara a cara ¡y no podía verle el rostro! Pero eso no era importante. No quería quedarse a solas con ella para seducirla, se dijo Joe, quería que le dijese la verdad. Ella no había hablado en ningún momento seguramente porque no sería capaz de mentir. Así que sería muy fácil coaccionarla para que dijese toda la verdad.
(tu name) había tenido la semana más dura de toda su vida. Pero por suerte ya había terminado. Entre el nuevo trabajo, la mudanza y la fiesta que había decidido dar para reconquistar a sus antiguos clientes, estaba agotada. El único bálsamo fue Joe la noche anterior. Se había reído tanto que aún le dolían las costillas. Hombres, hombres son, se dijo risueña. Hasta en sueño no dejaban de hacer cochinadas.
Miley le tuvo que ayudar a organizar la fiesta ya que ella no podía sola, debido al nuevo trabajo. Todo estaba listo y salía a la perfección. Lincoln no se alejaba de ella porque decía que estaba demasiado guapa para alejarse más de un metro. Aunque a ella le parecía que no se alejaba más de un centímetro. Y no sabía por qué eso le preocupaba si un día antes era lo que más quería.
La mañana antes había comentado a Miley la frustración que sentía por no haber intimado aún con Lincoln debido al exceso de trabajo de ambos.
- Solo llevan una semana ¡No te impacientes! -le había aconsejado su amiga.
Pero esa noche no solo no se impacientaba sino que no tenía el menor interés de que pasase nada. Y no sabía por qué. Estaba guapísimo y tan encantador como siempre. No era él. Había algo que fallaba en ella ¿Qué más daba? No le apetecía y punto, ya pasaría cuando tuviese que pasar.
(tu name) charlaba con su novio mientras vigilaba la fiesta. Recorrió con la mirada a cada una de las máscaras que estaban allí, hasta parar en una solitaria. Un hombre mirándola fijamente. Pero no era eso lo que la extrañó. No había comprado una sola máscara repetida y recordaba perfectamente a quien le había dado esa en concreto. Y ni el tipo tenía su porte, ni estaba tirado en el suelo borracho como hacía un minuto, ni llevaba la misma ropa.
- Se ha colado un tipo -afirmó (tu name) señalándole a Lincoln a quien se refería.
- Llama a alguien de seguridad mientras yo intento razonar con él para que no arme ningún escándalo -le sugirió Lincoln mientras caminaba hacía Joe.
Joe ni se inmutó cuando la vio señalándolo ¿Lo había reconocido con la máscara? ¡Le daba igual! En cuanto Lincoln la acarició suavemente los brazos antes de caminar hacía él, todo eso se le olvido. Donde estaba o con quien no importaba. Lo único que quería era moler a golpes a ese imbécil.
Lincoln llegó ante Joe con expresión dura pero no lo amenazó, se limitó a ser lo más cortés que fue posible.
- Creo que no ha sido invitado a esta fiesta -advirtió Lincoln sereno.
- ¿Usted la organiza? -se escuchó distorsionado tras la máscara.
- No, yo soy un invitado más. Pero me han pedido que le muestre donde se encuentra la puerta -informó más seco.
- ¿Su novia? -preguntó Joe furioso.
- ¡Eso no es asunto tuyo! -espetó Lincoln perdiendo la paciencia.
- ¿En serio? -dijo Joe quitándose la máscara.
Lincoln no dijo una palabra e instintivamente buscó con la mirada a (tu name) que observaba la escena y se había llevado las manos a la boca horrorizada.
- ¿Encima te atreves a mirarla? -grito Joe furioso.
No se escuchó una palabra más. Solo un gemido de dolor, que emitió Lincoln cuando Joe lo golpeó. (tu name) sin pensarlo se acercó para separarlos. Pero Joe no dejaba de golpearlo y acusarlo.
- ¡Cerdo miserable! No sabes valorar lo que tienes -gruñó Joe rabioso.
(tu name) no entendía nada. Lo lógico era que estuviese enfadado con ella, no con su novio ¿Y por qué le decía esas cosas? La gente se amontonaba y tenía que hacer algo.
- ¡Ya! -grito (tu name) y todos se pararon para mirarla.
Hizo un gesto a Axel para que continuase el paso que había cesado al escucharla, para que se acercase y sujetase a Joe antes de que tuviese otro ataque violento. Se acercó a Lincoln al que le sangraba levemente el labio y lo ayudó a levantarse. Cuando vio que Axel se llevaba a la fuerza a Joe se lo impidió.
- ¡No! ¡Tráelo! -ordenó (tu name) tajante mientras se metía en la oficina agarrando a Lincoln.
Al llegar Axel tiró de un empujón a Joe contra el sofá y se colocó frente a él cómo un muro. Pero (tu name) le hizo un gesto para que se fuese y obedeció con recelo. En ese momento entró Miley con una bolsa con hielo para Lincoln y este lo acepto de buena gana.
- Gracias, preciosa -le dijo muy sonriente.
(tu name) debería haberse puesto celosa de ese brillo que apareció en los ojos de él pero no fue así. Supo que tendría que hablar de muchas cosas. Pero eso sería después. Ahora su prioridad era Joe. Lo miró pero él no hacía ni decía nada más que frotarse las manos. Vio que tenía los nudillos rojos. Seguramente se hizo daño de tantos golpes.
Ella cogió algunos hielos de la bolsa que Lincoln apretaba contra su mejilla y se acercó a Joe para dárselos. Pero él no los aceptó, solo se recostó sobre él sofá y la miró con una sonrisa burlona.
- ¿Me das hielo para curarme las heridas que me he hecho al partirle la cara a tu novio? -se burló Joe aunque estaba asombrado por el detalle.
Aunque nerviosa e insegura volvió a extenderle los hielos y él los aceptó. Hubo un incómodo silencio porque nadie sabía qué decir. Lincoln estaba enfadado por lo que le había hecho pero pensaba que era algo que ellos tenían que solucionar. Además, Miley le estaba revisando las heridas y el contacto no lo dejaba pensar con claridad. Esta estaba tan ocupada con los desperfectos provocados en el rostro de Lincoln que ni se había enterado de que pasaba. Y (tu name) tenía tantas explicaciones que dar que no sabía por donde empezar. Pero fue Joe el que dijo la primera palabra. Para sorpresa de (tu name) no fue a ella, sino que de nuevo la pagó con Lincoln.
- ¿Otra? -preguntó furioso- Y tú -mirando a Miley- ¿no te da vergüenza hacerte llamar amiga de (tu name) y ser testigo de lo que este cerdo le está haciendo?
Miley estaba confundida y perpleja. Miró a (tu name) y vio los mismos indicios, volvió al rostro de Lincoln que estaba atónito y furioso. Y decidió que mejor no contestaba a la acusación…Pero Lincoln no fue tan generoso.
-¿De qué demonios hablas? -preguntó tirando la bolsa de hielo semi derretido a una papelera- ¿Yo no le he hecho nada a (tu name)? -afirmó acercándose a esta, colocándose frente a él.
- ¿Ah, no? ¿Es que crees que no la he reconocido al instante de verla? -grito Joe señalando a (tu name).
(tu name) pasó de la confusión inicia al horror de la confirmación. Debería ser ella la que discutiese con Joe pero era incapaz de articular palabra. Nunca lo había visto así. Estaba enloquecido. Pero no le quedaba muy claro que fuese por ella. Y ¿por qué acusaba a Lincoln de hacerle daño o algún mal a ella?
- Se perfectamente quien es -continuó Joe saltando del sofá para enfrentarlo cara a cara.
- ¿Y que tiene que ver eso con que yo le haga daño? -protestó Lincoln perdiendo la paciencia.
- ¡Es la chica de la fiesta de la semana pasada! -exclamó Joe enfadado dejando a todos confusos- Ella te acompañó hasta la puerta cuando hablamos, la recuerdo perfectamente. Solo vi su espalda pero es indiscutible que es ella.
(tu name) no estaba segura de haber entendido bien ¿No la había reconocido? Bueno sí, pero no sabía que era ella exactamente. No sabía como era posible eso. Entonces se miró los brazos y recordó que la pintura corporal que llevaba le cubría lo suficiente para que no se viesen sus rasgos faciales y el antifaz cubría sus ojos. Miró a Lincoln que se había quedado helado y no sabía que decir. Ella podía planear una cuartada en un segundo pero si hablaba más podía descubrirla. Allí no había música que pudiese distorsionar su voz. La reconocería aunque solo dijese una sílaba.
Miley vio la cara de impotencia de (tu name) y supo que tenía que hacer algo ¿Pero qué? ¿Qué habría hecho (tu name) en su caso? Inventar una excusa perfecta, seguro. Pero ella no era capaz de eso ¿Qué podía hacer? Y entonces recordó un consejo de su amiga "Para que una descabellada situación parezca lógica solo tienes que tratarla con normalidad". Esa había sido la respuesta que le había dado cuando le había preguntado cómo conseguía librarse de todos los líos en los que se metía, cuando dos hombres con los que había quedado a la vez se presentaron y marcharon juntos y felices de que ella les diera una explicación. No había entendido la frase cuando se lo había dicho, pero ahora sabía a lo que se refería. Y supo qué sería lo que ella haría. O eso esperaba.
- Joe deja de hacer el tonto –ordenó Miley colocándose entre Lincoln y (tu name) para mirar de frente a Joe- Lincoln es el novio de (tu name) ¿qué tiene que ver eso con que tú hayas reconocido a la relaciones públicas del local? –preguntó Miley convenciéndose de que no había dicho ninguna mentira, exactamente.
- Ellos estaban juntos esa noche. La misma en la que empezó con (tu name) ¿Estuviste con las dos, cerdo? -le acusó Joe levantándole del suelo por la camisa.
- Déjalo bruto –replicó Miley al ver que (tu name) no podía hablar- Ella es la encargada de que todo saliese bien por eso estuvo con él cuando fueron a ver si había algún problema en la puerta -lo excusó convencida de que eso era cierto.
- ¿Y hoy? ¿Qué excusa tiene para estar con ella mientras (tu name) Dios sabe donde esta? -bufó Joe desesperado.
- Estábamos comentando la fiesta -mintió Lincoln- Y si no estoy con (tu name) es porque ella esta trabajando.
- La madre me ha dicho que no cuida ningún niño que trabaja en un bar -espetó enojado Joe. Se escuchó una leve maldición de labios de (tu name), pero nadie se giró para mirarla.
- ¡No trabaja en ningún bar! –protestó Miley sin saber qué inventar.
- Quiere decir que esto no es un bar exactamente, y es aquí donde trabaja -confesó Lincoln bajo la mirada fulminante de ambas mujeres- Estuvo ayudando hasta hace poco con los preparativos como en la fiesta de la semana pasada. La lleve a casa justo antes de que tú llegases -inventó ingenioso.
- ¡Que casualidad! -se burló Joe irritado.
- Puedes preguntarle a ella si quieres mañana –contestó Lincoln sereno.
- Por supuesto que lo haré. Y no voy a entrar en lo que haces tú todavía aquí si ella ya se fue porque será ella quien te pedirá cuentas. Ahora iros -ordenó Joe seco- quiero hablar a solas con la "relaciones públicas" -dijo con tono despreciativo.
- Tú no eres quien para mandarnos hacer nada –replicó Miley pero no siguió hablando al notar la mano de (tu name) sobre su hombro.
Joe vio como tanto Lincoln como Miley se marchaban a regañadientes al hacer un simple gesto con la cabeza, esa bella desconocida ¡Maldita sea! Al fin la tenía cara a cara ¡y no podía verle el rostro! Pero eso no era importante. No quería quedarse a solas con ella para seducirla, se dijo Joe, quería que le dijese la verdad. Ella no había hablado en ningún momento seguramente porque no sería capaz de mentir. Así que sería muy fácil coaccionarla para que dijese toda la verdad.
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
Capítulo 20
(tu name) recapacitaba las posibilidades que tenía de salir airosa de esa situación. Eran muy pocas. Pero tenía la ventaja de ser una fémina semidesnuda, que eso siempre ayuda. Y más si el que tiene delante es un mujeriego como Joe. Nunca se le había pasado por la cabeza seducir a su amigo, pero en ese caso se le ocurrió de inmediato. Era la única opción, se juró a si misma. No podía hablar así que ¿qué más podía hacer? Pero si era sincera, tenía que admitir que le divertía la situación. Sin duda, era una morbosa, pensó risueña (tu name). Debería estar histérica por la posibilidad de que la pillasen y en vez de eso, estaba emocionada por las posibilidades de divertirse de lo lindo, con el engaño.
Pero su amigo no estaba tan feliz. Joe irradiaba rabia por cada poro de su piel. Deseaba tanto a su mejor amiga que había llegado a hacer y convertirse en lo peor eso misma noche. Y el imbécil de Lincoln que la tenía para él no sabía aprovecharla. Esa desconocida frente a él sería probablemente su amante o algo parecido. Y no solo no la despreciaba sino que la deseaba. Como esa misma noche había descubierto, ¡era un pervertido! Primero fantaseaba con su mejor amiga para poder excitarse para acostarse con otra y ahora deseaba a la probable amante del novio de esta. Toda la noche buscando a alguien que le quitase de la cabeza el deseo por (tu name) y ¿tenía que ser esa? ¡Era lo peor! se reclamó Joe furioso consigo mismo.
(tu name) caminó hacía el escritorio y con un solo gesto se quitó el broche que sujetaba la falda de larga cola, que llevaba arrastrando tras de si. Se quedó con un vestido corto pero no ceñido, que llevaba bajo la amplia falda. Se sentó en la mesa, cruzó las piernas con gesto sensual y ladeó levemente la cabeza para indicar que lo observaba de arriba a bajo.
Joe se puso nervioso. Esa chica tenía el descaro de analizarlo como si fuese un trozo de carne en venta. Era posible que eso fuese lo que hacían todos los hombres pero nunca había visto a una mujer tan cómoda con ese papel. Parecía manejar la situación sin ni siquiera haber hablado. Pero él se negó a olvidar para qué estaba allí. Le preguntaría todo lo necesario para descubrir a Lincoln frente a (tu name) y que así lo dejara. Pero no lo hacía para que ella estuviese soltera de nuevo, sino por su propio bien.
Con cada ojeada a la exuberante mujer frente a él se le olvidaba aún más el hecho de que su amiga le provocase algo más que cariño. Nada empezaba a importar, y no porque perdiese valor, sino porque su sangre comenzó a acumularse en su entrepierna y no le llegaba la suficiente al cerebro para razonar ¡Tenía unos ojos preciosos! Eran violetas, estaba claro que eran lentillas. Pero eran enormes e impactantes ¡Que pena que tuviese ese antifaz!, pensó Joe excitado.
Sacudió la cabeza intentando sacar de ella todos los pensamientos lascivos que no dejaban de formarse. (tu name) lo miró y supo que los instintos de él lo controlaban. Ella rió divertida ante la expresión sombría de él y Joe consiguió decir algo para salir al paso.
- ¿Cómo te llamas? -preguntó seco. Pero ella no respondió, solo sonrió, se levantó y caminó muy sensual hacía él, pasándolo de largo para ir hacía el sofá. Joe contuvo la respiración al notar que ella le rozaba el brazo con el suyo al pasar junto a él. Se dijo que tenía que calmarse, ir al grano y largarse muy rápido de allí- ¿De qué conoces a Lincoln? -continuó el interrogatorio al no obtener respuesta- Es el novio de mi mejor amiga ¿sabes? Y no me pienso quedar de brazos cruzados mientras él la engaña con cuanta furcia se le cruza.
(tu name) levantó la mirada y lo fulminó. La había llamado furcia y nunca nadie saldría airoso de tal acción. Ni siquiera él. Le daba igual que no supiese qué estaba pasando o que en realidad ella no era la otra, sino la novia. Pero pensar que pudiese calificar a su "otra" vida de tal modo ¡la enfureció! Se levantó de un salto, haciendo que su pelo se contonease a su alrededor como una oleada de luz brillante. Frunciendo el ceño camino muy despacio, erguida, orgullosa y decidida hacía el imbécil que había osado insultarla.
Joe estaba maravillado observándola. Pensó que nunca en toda su vida había estado más excitado. Era puro fuego. Sabía que estaba enfadada, pero le dio igual. No pudo evitarlo ¡La besó!
Agarró la nuca de ella para que no se pudiese escapar. La rodeó por la estrecha cintura, atrayéndola contra él, sin dejar espacio a nada más que la unión de sus cuerpos. El primer contacto de los labios fue duro y desesperado. Joe estaba cegado por el deseo y solo quería calmarlo. Pero en cuanto se separó lo suficiente para probar sus carnosos labios fue incapaz de hacer otra cosa que saborearlos. Suave y delicadamente su lengua comenzó a grabar un mapa de la boca de ella. Cada rincón fue explorado. Cada segundo era más difícil separarse, así que no lo hizo. La apretó más contra él y comenzó a acariciar sus labios con los de él. Haciendo que el contacto de la sensible piel los estremeciese a ambos.
Ella no podía creer lo que estaba pasando. Estaba besando a Joe. O él a ella. Pero no era excusa el estar petrificada, porque su cuerpo no dejaba de reaccionar a cada toque. Sus pechos se habían hinchado, se le había acelerado el corazón y las piernas le fallaban ¿Qué le pasaba? Estaba claro el motivo de su húmeda pero ¿las nauseas y el mareo? Porque el remolino en su estómago eran nauseas ¡Tenían que serlo! se ordenó (tu name) asustada. Tenía que parar esa situación. Estaba acostumbrada al deseo, estaba familiarizada con él y eso no era simple deseo.
(tu name) apartó a Joe de un empujón que lo hizo tambalearse. Él estaba aturdido aún por el beso y no era capaz de reaccionar. Ella no sabía qué hacer o qué decir.
¡Nada! Ahora menos que nunca podía hablar, pensó (tu name) afligida.
Pero Joe necesitaba escuchar su voz. Saber que era real. Sabía que era la fantasía de una noche y no le importaba. No pensaba en otra cosa que el allí y ahora. La tenía frente a él y le provocaba sensaciones que nunca había sentido con tanta intensidad. Una pasión desbordante. Pero era lógico, se dijo Joe con pesar, una chica como esa provocaba ese efecto sobre todos los hombres de su alrededor. Era una diosa que solo se le aparecía en sueños. Se rompería el encanto si hablase y se diese cuenta que era una más del montón. Era sexualmente arrebatadora pero eso no quería decir que de personalidad fuese igual. No todas las mujeres eran tan únicas e inteligentes como (tu name).
¡Beep! se reprochó Joe saliendo de la oficina sin mirar atrás.
Después del beso más increíble de toda su vida, aún seguía pensando en (tu name) ¿Cómo era posible? Pero ya no era por deseo. Estaba claro que deseaba más a esa chica que a su amiga. No le cabía ninguna duda. Aún así deseo que fuese ella ¿por qué? Recapacitó mientras caminaba hacía la salida del local y dedujo que era normal. Su amiga era todo lo que quería para la que fuese a compartir su vida, solo que le faltaba algo. Y ese algo era pasión y sensualidad, que a esa desconocida le sobraba. Juntas harían la mujer perfecta para él, pensó Joe más relajado.
Mientras tanto (tu name) estaba al borde del colapso. Agradecía la huida de Joe pero ahora le tocaba lidiar con todo lo que le había hecho sentir. Sabía que tendría que besar bien, pero nunca pensó que fuese capaz de hacer que el mundo dejase de girar para después acelerar su velocidad hasta hacerla desfallecer. Él lo había hecho porque era su naturaleza de conquistador. Si hubiese sabido que era ella no lo habría hecho. Pero ella sí sabía que era él. Y lo había disfrutado. Mucho más que eso, jamás había experimentado un éxtasis parecido. Y no pudo evitar pensar cómo seria hacer mucho más que un simple beso.
(tu name) se estremeció. Estaba pensando en Joe de una forma no muy correcta. Ella no se caracterizaba por seguir las normas, pero Joe era sagrado para ella. Nunca se habría planteado manipularlo con el fin del mero entretenimiento.
¡Y no lo había sido! Pocos hombres la habían hecho excitarse lo suficiente para saber lo que era el deseo desesperado por un hombre. Y eso no era deseo ¡Era mucho más! No podía desear a alguien que conocía tan bien, se dijo (tu name). El deseo es misterio y sensualidad, y ella conocía cada vicio y malas costumbres, no era simple deseo. Su cuerpo le gritaba que era... ¡Pero no! Se había dejado llevar por la situación y había olvidado de quien se trataba. Lo quería ¡claro, que lo quería! Era su Joe, pero no para una relación de ese tipo. Se relajó con la idea de que nada se estropearía entre ellos. Había sido un pequeño desliz que no volvería a ocurrir. Tenía a su amigo para cuando lo necesitase, siempre a su lado. No lo perdería por haber cometido el estúpido error de acercarse más de lo debido a él.
Ambos comenzaban a creerse sus propias mentiras. Pensando que su amistad no se marchitaría simplemente por caer en la tentación de pensar cómo sería ser algo más que amigos.
Joe caminó por las oscuras calles pensando que esa horrible noche estaba apunto de terminar y que cuando llegase la mañana, con la luz llegaría (tu name) y todo se vería más claro. Ella era su oráculo y tendría las respuestas a lo que le sucedía.
(tu name) miraba por la ventana de la oficina deseando que cuando lo viese al día siguiente nada en su interior hubiese cambiado. Sabía que sus sentimientos hacía él seguían siendo los mismos. Pero ahora empezaba a pensar si los había malinterpretado todos esos años.
La luz del día le aclararían las ideas y aún tenía que trabajar, se dijo caminando hacía la puerta.
(tu name) recapacitaba las posibilidades que tenía de salir airosa de esa situación. Eran muy pocas. Pero tenía la ventaja de ser una fémina semidesnuda, que eso siempre ayuda. Y más si el que tiene delante es un mujeriego como Joe. Nunca se le había pasado por la cabeza seducir a su amigo, pero en ese caso se le ocurrió de inmediato. Era la única opción, se juró a si misma. No podía hablar así que ¿qué más podía hacer? Pero si era sincera, tenía que admitir que le divertía la situación. Sin duda, era una morbosa, pensó risueña (tu name). Debería estar histérica por la posibilidad de que la pillasen y en vez de eso, estaba emocionada por las posibilidades de divertirse de lo lindo, con el engaño.
Pero su amigo no estaba tan feliz. Joe irradiaba rabia por cada poro de su piel. Deseaba tanto a su mejor amiga que había llegado a hacer y convertirse en lo peor eso misma noche. Y el imbécil de Lincoln que la tenía para él no sabía aprovecharla. Esa desconocida frente a él sería probablemente su amante o algo parecido. Y no solo no la despreciaba sino que la deseaba. Como esa misma noche había descubierto, ¡era un pervertido! Primero fantaseaba con su mejor amiga para poder excitarse para acostarse con otra y ahora deseaba a la probable amante del novio de esta. Toda la noche buscando a alguien que le quitase de la cabeza el deseo por (tu name) y ¿tenía que ser esa? ¡Era lo peor! se reclamó Joe furioso consigo mismo.
(tu name) caminó hacía el escritorio y con un solo gesto se quitó el broche que sujetaba la falda de larga cola, que llevaba arrastrando tras de si. Se quedó con un vestido corto pero no ceñido, que llevaba bajo la amplia falda. Se sentó en la mesa, cruzó las piernas con gesto sensual y ladeó levemente la cabeza para indicar que lo observaba de arriba a bajo.
Joe se puso nervioso. Esa chica tenía el descaro de analizarlo como si fuese un trozo de carne en venta. Era posible que eso fuese lo que hacían todos los hombres pero nunca había visto a una mujer tan cómoda con ese papel. Parecía manejar la situación sin ni siquiera haber hablado. Pero él se negó a olvidar para qué estaba allí. Le preguntaría todo lo necesario para descubrir a Lincoln frente a (tu name) y que así lo dejara. Pero no lo hacía para que ella estuviese soltera de nuevo, sino por su propio bien.
Con cada ojeada a la exuberante mujer frente a él se le olvidaba aún más el hecho de que su amiga le provocase algo más que cariño. Nada empezaba a importar, y no porque perdiese valor, sino porque su sangre comenzó a acumularse en su entrepierna y no le llegaba la suficiente al cerebro para razonar ¡Tenía unos ojos preciosos! Eran violetas, estaba claro que eran lentillas. Pero eran enormes e impactantes ¡Que pena que tuviese ese antifaz!, pensó Joe excitado.
Sacudió la cabeza intentando sacar de ella todos los pensamientos lascivos que no dejaban de formarse. (tu name) lo miró y supo que los instintos de él lo controlaban. Ella rió divertida ante la expresión sombría de él y Joe consiguió decir algo para salir al paso.
- ¿Cómo te llamas? -preguntó seco. Pero ella no respondió, solo sonrió, se levantó y caminó muy sensual hacía él, pasándolo de largo para ir hacía el sofá. Joe contuvo la respiración al notar que ella le rozaba el brazo con el suyo al pasar junto a él. Se dijo que tenía que calmarse, ir al grano y largarse muy rápido de allí- ¿De qué conoces a Lincoln? -continuó el interrogatorio al no obtener respuesta- Es el novio de mi mejor amiga ¿sabes? Y no me pienso quedar de brazos cruzados mientras él la engaña con cuanta furcia se le cruza.
(tu name) levantó la mirada y lo fulminó. La había llamado furcia y nunca nadie saldría airoso de tal acción. Ni siquiera él. Le daba igual que no supiese qué estaba pasando o que en realidad ella no era la otra, sino la novia. Pero pensar que pudiese calificar a su "otra" vida de tal modo ¡la enfureció! Se levantó de un salto, haciendo que su pelo se contonease a su alrededor como una oleada de luz brillante. Frunciendo el ceño camino muy despacio, erguida, orgullosa y decidida hacía el imbécil que había osado insultarla.
Joe estaba maravillado observándola. Pensó que nunca en toda su vida había estado más excitado. Era puro fuego. Sabía que estaba enfadada, pero le dio igual. No pudo evitarlo ¡La besó!
Agarró la nuca de ella para que no se pudiese escapar. La rodeó por la estrecha cintura, atrayéndola contra él, sin dejar espacio a nada más que la unión de sus cuerpos. El primer contacto de los labios fue duro y desesperado. Joe estaba cegado por el deseo y solo quería calmarlo. Pero en cuanto se separó lo suficiente para probar sus carnosos labios fue incapaz de hacer otra cosa que saborearlos. Suave y delicadamente su lengua comenzó a grabar un mapa de la boca de ella. Cada rincón fue explorado. Cada segundo era más difícil separarse, así que no lo hizo. La apretó más contra él y comenzó a acariciar sus labios con los de él. Haciendo que el contacto de la sensible piel los estremeciese a ambos.
Ella no podía creer lo que estaba pasando. Estaba besando a Joe. O él a ella. Pero no era excusa el estar petrificada, porque su cuerpo no dejaba de reaccionar a cada toque. Sus pechos se habían hinchado, se le había acelerado el corazón y las piernas le fallaban ¿Qué le pasaba? Estaba claro el motivo de su húmeda pero ¿las nauseas y el mareo? Porque el remolino en su estómago eran nauseas ¡Tenían que serlo! se ordenó (tu name) asustada. Tenía que parar esa situación. Estaba acostumbrada al deseo, estaba familiarizada con él y eso no era simple deseo.
(tu name) apartó a Joe de un empujón que lo hizo tambalearse. Él estaba aturdido aún por el beso y no era capaz de reaccionar. Ella no sabía qué hacer o qué decir.
¡Nada! Ahora menos que nunca podía hablar, pensó (tu name) afligida.
Pero Joe necesitaba escuchar su voz. Saber que era real. Sabía que era la fantasía de una noche y no le importaba. No pensaba en otra cosa que el allí y ahora. La tenía frente a él y le provocaba sensaciones que nunca había sentido con tanta intensidad. Una pasión desbordante. Pero era lógico, se dijo Joe con pesar, una chica como esa provocaba ese efecto sobre todos los hombres de su alrededor. Era una diosa que solo se le aparecía en sueños. Se rompería el encanto si hablase y se diese cuenta que era una más del montón. Era sexualmente arrebatadora pero eso no quería decir que de personalidad fuese igual. No todas las mujeres eran tan únicas e inteligentes como (tu name).
¡Beep! se reprochó Joe saliendo de la oficina sin mirar atrás.
Después del beso más increíble de toda su vida, aún seguía pensando en (tu name) ¿Cómo era posible? Pero ya no era por deseo. Estaba claro que deseaba más a esa chica que a su amiga. No le cabía ninguna duda. Aún así deseo que fuese ella ¿por qué? Recapacitó mientras caminaba hacía la salida del local y dedujo que era normal. Su amiga era todo lo que quería para la que fuese a compartir su vida, solo que le faltaba algo. Y ese algo era pasión y sensualidad, que a esa desconocida le sobraba. Juntas harían la mujer perfecta para él, pensó Joe más relajado.
Mientras tanto (tu name) estaba al borde del colapso. Agradecía la huida de Joe pero ahora le tocaba lidiar con todo lo que le había hecho sentir. Sabía que tendría que besar bien, pero nunca pensó que fuese capaz de hacer que el mundo dejase de girar para después acelerar su velocidad hasta hacerla desfallecer. Él lo había hecho porque era su naturaleza de conquistador. Si hubiese sabido que era ella no lo habría hecho. Pero ella sí sabía que era él. Y lo había disfrutado. Mucho más que eso, jamás había experimentado un éxtasis parecido. Y no pudo evitar pensar cómo seria hacer mucho más que un simple beso.
(tu name) se estremeció. Estaba pensando en Joe de una forma no muy correcta. Ella no se caracterizaba por seguir las normas, pero Joe era sagrado para ella. Nunca se habría planteado manipularlo con el fin del mero entretenimiento.
¡Y no lo había sido! Pocos hombres la habían hecho excitarse lo suficiente para saber lo que era el deseo desesperado por un hombre. Y eso no era deseo ¡Era mucho más! No podía desear a alguien que conocía tan bien, se dijo (tu name). El deseo es misterio y sensualidad, y ella conocía cada vicio y malas costumbres, no era simple deseo. Su cuerpo le gritaba que era... ¡Pero no! Se había dejado llevar por la situación y había olvidado de quien se trataba. Lo quería ¡claro, que lo quería! Era su Joe, pero no para una relación de ese tipo. Se relajó con la idea de que nada se estropearía entre ellos. Había sido un pequeño desliz que no volvería a ocurrir. Tenía a su amigo para cuando lo necesitase, siempre a su lado. No lo perdería por haber cometido el estúpido error de acercarse más de lo debido a él.
Ambos comenzaban a creerse sus propias mentiras. Pensando que su amistad no se marchitaría simplemente por caer en la tentación de pensar cómo sería ser algo más que amigos.
Joe caminó por las oscuras calles pensando que esa horrible noche estaba apunto de terminar y que cuando llegase la mañana, con la luz llegaría (tu name) y todo se vería más claro. Ella era su oráculo y tendría las respuestas a lo que le sucedía.
(tu name) miraba por la ventana de la oficina deseando que cuando lo viese al día siguiente nada en su interior hubiese cambiado. Sabía que sus sentimientos hacía él seguían siendo los mismos. Pero ahora empezaba a pensar si los había malinterpretado todos esos años.
La luz del día le aclararían las ideas y aún tenía que trabajar, se dijo caminando hacía la puerta.
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
sofi por fis seguila!!!!!!!!!!! esta super buena
by kiara (fan #1 de Joe pollito)
by kiara (fan #1 de Joe pollito)
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
kiara escribió:sofi por fis seguila!!!!!!!!!!! esta super buena
by kiara (fan #1 de Joe pollito)
ahoritalo pongo
(fan # 2 de joe pollito )
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
Capítulo 21
Joe estaba aún en la cama aunque era mediodía, rezando para que cuando abriese los ojos ella estuviese allí. La había escuchado entrar en la habitación como casi todos los domingos de su vida. Lo normal era que se tirase sobre él para despertarlo y fastidiarlo hasta que él a regañadientes se levantaba. Pero no lo hizo.
Él esperaba impaciente el contacto, pero no llegaba. Temió que no fuese ella. Pero al sentir un pequeño movimiento del colchón supo que se había sentado junto a él, y reconoció su fragancia al instante. Deseaba que ella lo despertase como hacía siempre ¿Por qué no lo hacía? se preguntó Joe asustado.
Entonces entendió que algo le pasaba. Se incorporó sin ningún esfuerzo por disimular que estaba despierto y la miró. (tu name) estaba sentada a los pies de la cama, con el pelo suelto y alborotado sobre sus hombros y la cabeza agachada. Joe tragó saliva con dificultad, se parecía demasiado a muchos de los sueños que había tenido esa misma noche. Sus ondas doradas eran perfectas y brillantes, hacían que desease hundir sus manos en ellas y perderse.
Se puso de rodillas sobre la cama y gateo suavemente hacía su amiga, que le daba la espalda. Se asomó entre las cortinas de su pelo, esbozando una sonrisa. Pero palideció al instante al ver que (tu name) tenía los ojos rojos, probablemente de llorar.
Joe alarmado, angustiado y preocupado, se tiró de la cama, cayendo de rodillas frente a ella. Se colocó entre las piernas de ella y acunó con suavidad su rostro, desdibujando con la caricia de sus pulgares el rastro seco de las lágrimas.
- ¿Qué te ocurre? ¿Tus padres? -preguntó Joe ansioso- ¿Te pasa algo a ti? -recorrió con manos nerviosas sus brazos y rostro, para cerciorarse que estaba bien- ¡Respóndeme por Dios! -ordenó impaciente.
(tu name) no pudo hablar. Un nudo en la garganta ahogaba cualquier intento. Solo pudo negar con calma. Fijo de nuevo la mirada en el suelo para evitar echarse a llorar de nuevo. Ella no acostumbraba a llorar por nada. No sabía por qué no había dejado de hacerlo esa noche. Sí, sí lo sabía ¡Lo había perdido! se recordó (tu name) mientras se ahogaba en un sollozo.
Joe no soportaba verla así. Se sentó junto a ella y la abrazó muy fuerte, trasmitiéndole todo su amor. Y cuanto más cariño le mostraba más gemía y lloraba ella. No entendía que le pasaba y se lo hizo saber.
- (tu name), por favor -dijo Joe retirándole el pelo de la húmeda cara- dime qué te pasa -suplicó temeroso.
- ¡Nada! -consiguió decir (tu name) mientras se separaba de él- Es solo que tengo un día tonto -bromeó con una sonrisa mientras se secaba las lágrimas con el dorso de la mano.
- Puedes confiar en mí. Y si no lo haces... -suspiró dolido- puedes llamar a Miley para que te consuele. Pero no quiero verte así -le aseguró acariciándole la mejilla.
Tan tierno, pensó (tu name). Lo iba a echar tanto de menos. No solo se preocupaba por ella, sino que haría cualquier cosa por verla bien. Incluso, dejarían que ocupasen su puesto si eso la ayudaba. (tu name) no pudo evitar mirarlo con ternura, besó la palma de la mano que le acariciaba el rostro y suspiró frustrada. No quería que eso acabase. Tenían la relación perfecta. No deseaba que acabase por nada del mundo.
- Es... solo que... -intentó decir (tu name) para reconfortarlo- ¡Lincoln y yo hemos terminado! -exclamó rápidamente al recordarlo.
- ¿Qué? ¡Cerdo! ¿Qué te ha hecho? -preguntó Joe furioso- Si te ha hecho daño ¡lo mató! -afirmó levantándose con brusquedad.
- ¡Claro que no! Hemos terminado bien -explicó ella, tirando de él para que se sentase de nuevo- Estábamos mejor como amigos, y así lo hemos decidido.
- ¿Él te ha dejado? -interrogó aún incrédulo.
- No, fui yo la que lo dejó a él anoche -informó (tu name) triste al recordarlo- ¿Me abrazas muy fuerte? -pidió haciendo pucheros.
Joe no se podía resistir a esa carita. Nunca lo había hecho. Olvido su enfado y la cogió en brazos, sentándola sobre sus piernas y apretándola contra su pecho. Su (tu name) estaba mal y no sabía por qué. Pero no dejaría que sufriese. La tendría ahí, muy cerquita de él, para protegerla de todo y de todos.
Ella se sentía segura y feliz. Estaba justo donde quería estar. En los brazos de Joe. Y ese mismo hecho la hizo sobrecogerse de nuevo.
La noche anterior cuando acabó de trabajar e iba de camino a su casa caminando al lado de Lincoln, le comentó a este lo que opinaba de su relación.
- ¿Quieres terminar? -le había dicho él- ¿Por qué? ¿Qué ha pasado en la oficina? -le había preguntado suspicaz.
Había sido sincera y le había contado todo lo sucedido. Él aunque herido en su amor propio, le había agradecido la sinceridad. Y al igual que ella le dio su opinión.
- Era de esperar -le había dicho Lincoln con serenidad- Tarde o temprano acabarían dándose cuenta -había afirmado con rotundidad- ¡Son mucho más que amigos! Solo hay que verlos para saber lo mucho que se necesitan.
En cualquier otro momento (tu name) habría protestado y dicho que esa necesidad la tenía por todos sus seres queridos y no lo hacía más especial que cualquier otro. Pero esa noche no. Sabía que lo que decía era la verdad. Necesitaba a Joe más de lo justificable. Había creado una doble vida para no alejarlo de ella. Permitía y se reía de todas sus conquistas porque sabía que ninguna era una amenaza. Pero tenía que reconocer que se consideraba especial para él.
Pero esa noche no lo fue. La besó como habría besado a miles. La hizo estremecerse y la abandonó como a las demás. No fue especial. Y se suponía que ni siquiera había sido ella. Lo que era aún peor. Joe jamás la vería como otra cosa que un amigo. Ella se había encargado de que así fuese. Pero era consciente de que en breve todo cambiaría. En cuanto acabase la universidad en pocos meses las niñerías de la doble vida tendrían que acabar. Y Joe se enteraría de todo. Así lo había decidido (tu name), justo en el momento en el que Lincoln la había destrozado con la frase que no podía sacar de su mente.
- Tienes una cuenta pendiente. Hasta que no cubran la curiosidad que tiene el uno por el otro será imposible que sean simples amigos -le había dicho Lincoln como despedida.
Sabía que Lincoln sería un buen amigo, ya que la confianza que había creado como pareja sería una buena base. Era posible que tuviese razón y que la incomodidad que veía últimamente en la cara de Joe fuese eso, "curiosidad". Él mismo le había reconocido que le resultaban extraños los gestos femeninos en ella. Así que puede que al saber cómo era ella en realidad no quisiese volver a saber nada de ella.
Con el pensamiento de perderlo para siempre, el recuerdo del beso robado y la sensación de que todo iba a cambiar entre ellos había llorado sin cesar durante las pocas horas en las que se permitió descansar.
- Joe -lo llamó (tu name) volviendo a la realidad- si algún día yo hiciese algo que te enojase o que tú no... ¡Ahm! Quiero decir, que si nos peleásemos por algo, nosotros... -no fue capaz de decirlo en voz alta. La simple idea de que él no la perdonase o de que dejasen de ser amigos era demasiado dura como para decirlo en voz alta.
- Siempre me tendrás a tu lado -contestó Joe leyéndole la mente.
Él no sabía que le ocurría a (tu name). Pero sabía que no estaba bien. Estaba nerviosa y triste. Temblaba entre sus brazos y se aferraba a él como si temiese que se le fuese a escapar. No tenía ni la menor idea de lo que le sucedía pero no pudo evitar contagiarse del mismo temor ¿Había pasado algo que los pudiese separar? ¿Se habría dado cuenta que últimamente la miraba de otra manera?
Joe la buscó con la mirada asustado de sus pensamientos y la vio somnolienta, con los ojos cerrados y la cascada dorada de pelo cayendo sobre su hombro, aferrada a su pecho. No podía perderla por una insensatez. Se había dado cuenta de lo mucho que significaba para él y no la iba a dejar marchar por una tontería. Podía controlar sus impulsos sexuales, se dijo Joe. Al fin y al cabo la noche antes había pasado el momento más erótico de toda su vida y ella no podía compararse con aquella desconocida. Aunque esa sexy chica jamás sería igual de especial que (tu name).
Joe estaba aún en la cama aunque era mediodía, rezando para que cuando abriese los ojos ella estuviese allí. La había escuchado entrar en la habitación como casi todos los domingos de su vida. Lo normal era que se tirase sobre él para despertarlo y fastidiarlo hasta que él a regañadientes se levantaba. Pero no lo hizo.
Él esperaba impaciente el contacto, pero no llegaba. Temió que no fuese ella. Pero al sentir un pequeño movimiento del colchón supo que se había sentado junto a él, y reconoció su fragancia al instante. Deseaba que ella lo despertase como hacía siempre ¿Por qué no lo hacía? se preguntó Joe asustado.
Entonces entendió que algo le pasaba. Se incorporó sin ningún esfuerzo por disimular que estaba despierto y la miró. (tu name) estaba sentada a los pies de la cama, con el pelo suelto y alborotado sobre sus hombros y la cabeza agachada. Joe tragó saliva con dificultad, se parecía demasiado a muchos de los sueños que había tenido esa misma noche. Sus ondas doradas eran perfectas y brillantes, hacían que desease hundir sus manos en ellas y perderse.
Se puso de rodillas sobre la cama y gateo suavemente hacía su amiga, que le daba la espalda. Se asomó entre las cortinas de su pelo, esbozando una sonrisa. Pero palideció al instante al ver que (tu name) tenía los ojos rojos, probablemente de llorar.
Joe alarmado, angustiado y preocupado, se tiró de la cama, cayendo de rodillas frente a ella. Se colocó entre las piernas de ella y acunó con suavidad su rostro, desdibujando con la caricia de sus pulgares el rastro seco de las lágrimas.
- ¿Qué te ocurre? ¿Tus padres? -preguntó Joe ansioso- ¿Te pasa algo a ti? -recorrió con manos nerviosas sus brazos y rostro, para cerciorarse que estaba bien- ¡Respóndeme por Dios! -ordenó impaciente.
(tu name) no pudo hablar. Un nudo en la garganta ahogaba cualquier intento. Solo pudo negar con calma. Fijo de nuevo la mirada en el suelo para evitar echarse a llorar de nuevo. Ella no acostumbraba a llorar por nada. No sabía por qué no había dejado de hacerlo esa noche. Sí, sí lo sabía ¡Lo había perdido! se recordó (tu name) mientras se ahogaba en un sollozo.
Joe no soportaba verla así. Se sentó junto a ella y la abrazó muy fuerte, trasmitiéndole todo su amor. Y cuanto más cariño le mostraba más gemía y lloraba ella. No entendía que le pasaba y se lo hizo saber.
- (tu name), por favor -dijo Joe retirándole el pelo de la húmeda cara- dime qué te pasa -suplicó temeroso.
- ¡Nada! -consiguió decir (tu name) mientras se separaba de él- Es solo que tengo un día tonto -bromeó con una sonrisa mientras se secaba las lágrimas con el dorso de la mano.
- Puedes confiar en mí. Y si no lo haces... -suspiró dolido- puedes llamar a Miley para que te consuele. Pero no quiero verte así -le aseguró acariciándole la mejilla.
Tan tierno, pensó (tu name). Lo iba a echar tanto de menos. No solo se preocupaba por ella, sino que haría cualquier cosa por verla bien. Incluso, dejarían que ocupasen su puesto si eso la ayudaba. (tu name) no pudo evitar mirarlo con ternura, besó la palma de la mano que le acariciaba el rostro y suspiró frustrada. No quería que eso acabase. Tenían la relación perfecta. No deseaba que acabase por nada del mundo.
- Es... solo que... -intentó decir (tu name) para reconfortarlo- ¡Lincoln y yo hemos terminado! -exclamó rápidamente al recordarlo.
- ¿Qué? ¡Cerdo! ¿Qué te ha hecho? -preguntó Joe furioso- Si te ha hecho daño ¡lo mató! -afirmó levantándose con brusquedad.
- ¡Claro que no! Hemos terminado bien -explicó ella, tirando de él para que se sentase de nuevo- Estábamos mejor como amigos, y así lo hemos decidido.
- ¿Él te ha dejado? -interrogó aún incrédulo.
- No, fui yo la que lo dejó a él anoche -informó (tu name) triste al recordarlo- ¿Me abrazas muy fuerte? -pidió haciendo pucheros.
Joe no se podía resistir a esa carita. Nunca lo había hecho. Olvido su enfado y la cogió en brazos, sentándola sobre sus piernas y apretándola contra su pecho. Su (tu name) estaba mal y no sabía por qué. Pero no dejaría que sufriese. La tendría ahí, muy cerquita de él, para protegerla de todo y de todos.
Ella se sentía segura y feliz. Estaba justo donde quería estar. En los brazos de Joe. Y ese mismo hecho la hizo sobrecogerse de nuevo.
La noche anterior cuando acabó de trabajar e iba de camino a su casa caminando al lado de Lincoln, le comentó a este lo que opinaba de su relación.
- ¿Quieres terminar? -le había dicho él- ¿Por qué? ¿Qué ha pasado en la oficina? -le había preguntado suspicaz.
Había sido sincera y le había contado todo lo sucedido. Él aunque herido en su amor propio, le había agradecido la sinceridad. Y al igual que ella le dio su opinión.
- Era de esperar -le había dicho Lincoln con serenidad- Tarde o temprano acabarían dándose cuenta -había afirmado con rotundidad- ¡Son mucho más que amigos! Solo hay que verlos para saber lo mucho que se necesitan.
En cualquier otro momento (tu name) habría protestado y dicho que esa necesidad la tenía por todos sus seres queridos y no lo hacía más especial que cualquier otro. Pero esa noche no. Sabía que lo que decía era la verdad. Necesitaba a Joe más de lo justificable. Había creado una doble vida para no alejarlo de ella. Permitía y se reía de todas sus conquistas porque sabía que ninguna era una amenaza. Pero tenía que reconocer que se consideraba especial para él.
Pero esa noche no lo fue. La besó como habría besado a miles. La hizo estremecerse y la abandonó como a las demás. No fue especial. Y se suponía que ni siquiera había sido ella. Lo que era aún peor. Joe jamás la vería como otra cosa que un amigo. Ella se había encargado de que así fuese. Pero era consciente de que en breve todo cambiaría. En cuanto acabase la universidad en pocos meses las niñerías de la doble vida tendrían que acabar. Y Joe se enteraría de todo. Así lo había decidido (tu name), justo en el momento en el que Lincoln la había destrozado con la frase que no podía sacar de su mente.
- Tienes una cuenta pendiente. Hasta que no cubran la curiosidad que tiene el uno por el otro será imposible que sean simples amigos -le había dicho Lincoln como despedida.
Sabía que Lincoln sería un buen amigo, ya que la confianza que había creado como pareja sería una buena base. Era posible que tuviese razón y que la incomodidad que veía últimamente en la cara de Joe fuese eso, "curiosidad". Él mismo le había reconocido que le resultaban extraños los gestos femeninos en ella. Así que puede que al saber cómo era ella en realidad no quisiese volver a saber nada de ella.
Con el pensamiento de perderlo para siempre, el recuerdo del beso robado y la sensación de que todo iba a cambiar entre ellos había llorado sin cesar durante las pocas horas en las que se permitió descansar.
- Joe -lo llamó (tu name) volviendo a la realidad- si algún día yo hiciese algo que te enojase o que tú no... ¡Ahm! Quiero decir, que si nos peleásemos por algo, nosotros... -no fue capaz de decirlo en voz alta. La simple idea de que él no la perdonase o de que dejasen de ser amigos era demasiado dura como para decirlo en voz alta.
- Siempre me tendrás a tu lado -contestó Joe leyéndole la mente.
Él no sabía que le ocurría a (tu name). Pero sabía que no estaba bien. Estaba nerviosa y triste. Temblaba entre sus brazos y se aferraba a él como si temiese que se le fuese a escapar. No tenía ni la menor idea de lo que le sucedía pero no pudo evitar contagiarse del mismo temor ¿Había pasado algo que los pudiese separar? ¿Se habría dado cuenta que últimamente la miraba de otra manera?
Joe la buscó con la mirada asustado de sus pensamientos y la vio somnolienta, con los ojos cerrados y la cascada dorada de pelo cayendo sobre su hombro, aferrada a su pecho. No podía perderla por una insensatez. Se había dado cuenta de lo mucho que significaba para él y no la iba a dejar marchar por una tontería. Podía controlar sus impulsos sexuales, se dijo Joe. Al fin y al cabo la noche antes había pasado el momento más erótico de toda su vida y ella no podía compararse con aquella desconocida. Aunque esa sexy chica jamás sería igual de especial que (tu name).
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
Capítulo 22
Al llegar el lunes y concluir las clases, Joe fue a buscar a (tu name) donde siempre la encontraba: los jardines. Y allí estaba pero para sorpresa suya estaba sentada apartada de todos junto a Lincoln. Ambos estaban muy risueños y juguetones y a Joe no le gustó nada la imagen. Su amiga había estado hundida el día antes y ahora estaba de lo más feliz, si ese tipo tenía la culpa de sus cambios de humor ¡sería hombre muerto! Pero para ser sincero consigo mismo el planteamiento del bienestar de su amiga estaba opacado por un sentimiento de... ¡posesión! Era suya y no quería que se la tocasen. Le daba igual lo que pudiese eso significar. La rabia no lo dejaba razonar.
Joe camino decidido hacía ellos, ignorando los comentarios y saludos a su paso. Esa relación iba a acabar sí o sí. No había más opción.
(tu name) y Lincoln peleaban por la última patata de la bolsa de ella, mientras Joe aumentaba su furia al ver que Lincoln la cogía por la cintura.
Ella estaba tan ocupada intentando recuperar su bolsa que no se percató de que estaba sobre su ex novio ni de que su amigo se había parado frente a ellos con los brazos cruzados, en evidente reclamo.
- ¿Interrumpo? -preguntó Joe enojado.
- No me quiere dar mi bolsa -contestó berrinchuda (tu name) mientras hacía pucheros.
- La compré yo -aclaró Lincoln sacándole la lengua.
- Pero yo te la robé nada más comprarla, así que ya era de mi propiedad -replicó ella fingiendo aguantar las lágrimas.
- Ya sabes lo que dicen de robar a un ladrón. Además, -continuó Lincoln estirándose sobre el césped- me has dejado tengo derecho de vengarme y robarte la última patata -bromeó y saboreó el objeto de conflicto en sus narices.
- ¡Cruel! Que sepas que cuando te eches otra novia no tendrás mi recomendación. Le diré que eras el peor novio del planeta -se burló (tu name) con fingido enojo.
- Eso no es cierto. Soy un mal amigo, pero como novio no te me quejabas -dijo Lincoln en tono pícaro.
(Tu name) no pudo evitar reírse. Y Joe los miraba atónito. O estaban en crisis y volverían en escasos segundo o se habían convertido en íntimos sin que él se diese cuenta. Ambas cosas lo relevaban a él a un segundo plano. Y él nunca sería un segundón en la vida de (tu name).
Furioso se dio media vuelta para marcharse, pero una carcajada de (tu name) por un comentario de Lincoln, que ni siquiera escuchó, lo hizo quedarse. No dejaría que ese tipo se la robará. A su amiga, claro, se dijo no tan seguro como otras veces.
Ella vio la actitud de Joe y no supo qué le pasaba. Pensó que era probable que estuviese aún preocupado por ella. Estaba haciendo un enorme esfuerzo por estar bien y verlo sin tirársele encima y decirle que nunca la dejase. Pero lo estaba consiguiendo y Lincoln la estaba ayudando mucho. La ventaja de salir con un mujeriego es que se le olvida rápido que una vez fueron algo más que amigos y se toman las relaciones más en broma. Lo que hacía que no parasen de reír por cuantos recuerdos les pasaba por la mente.
(tu name) le hizo un gesto a Joe para que se sentara junto a ella y al ver que no lo hacía se incorporó lo suficiente para llegar hasta su mano, la apretó y tiró de él para que cayese al suelo.
Joe cayó sobre ella, tendiéndola sobre el césped. La miró de hito a hito. Sus ojos lo fascinaban, eran unas enormes turquesas más valiosas que cualquier piedra preciosa. Y sus labios... ¿cómo serían sus labios? ¿Qué sabor tendrían?
(Tu name) notó que le faltaba el aire y no porque tuviese un peso pesado sobre ella, sino porque sus pulmones estaban cediendo su actividad para que el corazón pudiese trabajar el doble de rápido. Lo tenía tan cerca. Esos labios que había saboreado y seguía saboreando cada vez que cerraba los ojos.
Sin darse cuenta y casi automáticamente se fueron acercando lentamente. Sus labios estaban casi rozándose cuando se escuchó un carraspeo.
- No es por molestar, pero si se van a poner cariñosos pueden tener la decencia de buscarse un hotel. O al menos, esperar a que el novio recién plantado se vaya -bromeó Lincoln risueño.
Joe parpadeo rápidamente recapacitando y analizando la situación. Miró a (tu name), de nuevo volvió la mirada a Lincoln y se separó de un salto. Se sentó sobre sus pies entre ambos y se frotó la mandíbula con expresión confusa.
Ella se apoyó sobre sus codos y sonrió a Lincoln.
- ¡Ya quisieras! Como te dije que no a lo del trío ahora vas buscando fantasías sexuales donde no las hay -se burló (tu name). Sabía que no era muy adecuado el comentario, ya que Joe nunca la había escuchado bromear así. Pero esa era ella y tenía que ir acostumbrándose. Además, era su forma de autoprotección, se sentía segura cuando utilizaba el sexo y las bromas como armas. Y solía funcionarle para quitarle hierro al asunto.
- Sí cariño, pero era con otra mujer -le continuó la broma Lincoln.
- No recuerdo que especificaras. Ahora lo tienes el doble de complicado. En vez de buscarte a una tendrás que buscarte a dos para hacer tus cochinadas -le espetó divertida (tu name).
- Tengo muchas amigas –informó Lincoln con una sonrisa pícara.
- Créeme, lo sé. Y creo que a alguna amiga mía -afirmó ella risueña.
- ¿Cómo? -preguntó Lincoln sin entender.
Ella sabía que le gustaba Miley y puede que más adelante los ayudase a estar juntos. Pero primero él tenía que centrase un poco más y ella tenía que superar su pasado que la perseguía como un mal sueño. Su amiga era un niña muy buena y aunque tenía su temperamento, no lo había utilizado tanto como debiese o no en los momentos adecuados. Y Lincoln era un buen chico o podría serlo, algún día. Ella no confiaba en su fidelidad cuando salía con él, pero tampoco creía en la de ella misma, así que no le pareció muy relevante. Pero para salir con Miley tenía que sentar la cabeza y solo tener ojos para ella. O ella misma se los sacaría.
Joe veía asombrado como los ex novios bromeaban sobre su vida sexual como si hablasen del tiempo. No podía creerse que esa fuese su amiga. No podía creerse que hubiese estado a punto de besarla. Y lo que menos podía creerse, es que ella hubiese dicho que no iba a pasar nada ¿Es que ella no notó la química y los fuegos artificiales? ¿Cómo no había podido notarlo? Pero si él a duras penas podía disimular las consecuencias de su excitación.
Estaba maldiciendo al mundo cuando escuchó una voz más que conocida. Taylor se había acercado muy simpática y había empezado a charlar con (tu name) sobre el único tema que tenían en común, la universidad. Ya que para Taylor, Joe había dejado de ser alguien cercano. Hablaron unos minutos por educación y esperó el momento oportuno para soltar su bomba.
- Cielo -dijo Taylor acariciándole el pelo a Joe- ¿Fuiste al médico para que te mirase lo de tu "problemita"? -preguntó malévola. Llevaba todo el día deseando dejarlo en ridículo y sabía mejor que nadie que delante de la única persona que a Joe le fastidiaría ese comentario sería delante de (tu name). Y así fue. La fulminó con la mirada, advirtiéndole que como dijese algo más la descuartizaba allí mismo- ¡Oh! Tranquilo eso le pasa a muchos hombres y no te preocupes porque ellos se enteren, son tus amigos -continuó burlona.
- Vaya -comentó (tu name) en un suspiró- ¡tiene que ser muy duro que te pase algo así! - Valga la ironía, pensó con una carcajada mental.
- Bueno seguro que eso le pasa a todos los hombres alguna vez -se burló Taylor feliz de la cara sonrojada de Joe.
- No, si me refería a ti. Tiene que ser duro, pero que muy duro, serle tan indiferente a un tipo que me consta se excita con los anuncios de tampones ¿Has ido al médico a mirártelo? -imitó (tu name) su voz exageradamente.
Taylor se puso furiosa y se marchó mientras (tu name) y Lincoln se soltaban en carcajadas. Tras calmarse un poco (tu name) se acercó a su amigo y le pasó el brazo por encima en gesto de complicidad.
- Si tu amigo no te responde yo te paso algunas revistas de mi papá. Que seguro lo que le pasa es que esta acojonado y escondido por tantas visitas a la gruñona esa -bromeó (tu name) sin parar de reírse.
- ¿En serio te ponen los anuncios de tampones? -preguntó Lincoln entre carcajadas.
- Solo en los que la protagonista sale desnuda -informó inexpresivo, mirando atónito a su amiga.
- Ah, bueno, esos ponen a cualquier hombre. Y que conste que a mí nunca me ha pasado nada parecido. Mi amigo siempre esta dispuesto cuando se le necesita -afirmó Lincoln orgulloso.
- Y cuando no -susurró (tu name) pero ambos la escucharon.
- No seas cruel con él -le ordenó Lincoln bromista- si ni siquiera te has dignado a presentarte.
- Uy, no, gracias. Algo me dice que he sido muy inteligente de salir airosa de nuestra relación -Aunque la verdad no le habría importado comprobar si se manejaba tan bien en la cama como fuera de ella, pensó (tu name).
- Por eso me has dejado. Si nos hubiésemos acostado serías adicta a mí e incapaz de separarte de mi lado -bromeó su ex novio mientras ella se soltaba en carcajadas.
Joe era incapaz de reaccionar y no sabía por qué. Todo era de lo más normal. (tu name) se había burlado y espantado a Taylor -como muchas otras veces- se había burlado un poco de él -como era de esperar- y se tomaba todo el asunto en broma. Muy lógico, ¡en otras circunstancias!
Él estaba intentando asimilar que (tu name) y Lincoln bromeasen como amigos de toda la vida, que sacasen temas sexuales y que (tu name) ni se hubiese dado cuenta de lo mucho que se había excitado cuando cayó sobre ella. Pero lo que ya no podía asimilar en esos momentos era soportar las bromas de la causante de su problema. Fue por ella por lo que no fue capaz de acostarse con Taylor y en quien pensaba cuando se acostó con... como se llamase. Y ahora tenía que escucharla reírse de él. Se habría ido furioso en ese instante sino fuese porque escuchó la mejor noticia que le podrían haber dado ese día ¡Lincoln y ella no se habían acostado!
Al llegar el lunes y concluir las clases, Joe fue a buscar a (tu name) donde siempre la encontraba: los jardines. Y allí estaba pero para sorpresa suya estaba sentada apartada de todos junto a Lincoln. Ambos estaban muy risueños y juguetones y a Joe no le gustó nada la imagen. Su amiga había estado hundida el día antes y ahora estaba de lo más feliz, si ese tipo tenía la culpa de sus cambios de humor ¡sería hombre muerto! Pero para ser sincero consigo mismo el planteamiento del bienestar de su amiga estaba opacado por un sentimiento de... ¡posesión! Era suya y no quería que se la tocasen. Le daba igual lo que pudiese eso significar. La rabia no lo dejaba razonar.
Joe camino decidido hacía ellos, ignorando los comentarios y saludos a su paso. Esa relación iba a acabar sí o sí. No había más opción.
(tu name) y Lincoln peleaban por la última patata de la bolsa de ella, mientras Joe aumentaba su furia al ver que Lincoln la cogía por la cintura.
Ella estaba tan ocupada intentando recuperar su bolsa que no se percató de que estaba sobre su ex novio ni de que su amigo se había parado frente a ellos con los brazos cruzados, en evidente reclamo.
- ¿Interrumpo? -preguntó Joe enojado.
- No me quiere dar mi bolsa -contestó berrinchuda (tu name) mientras hacía pucheros.
- La compré yo -aclaró Lincoln sacándole la lengua.
- Pero yo te la robé nada más comprarla, así que ya era de mi propiedad -replicó ella fingiendo aguantar las lágrimas.
- Ya sabes lo que dicen de robar a un ladrón. Además, -continuó Lincoln estirándose sobre el césped- me has dejado tengo derecho de vengarme y robarte la última patata -bromeó y saboreó el objeto de conflicto en sus narices.
- ¡Cruel! Que sepas que cuando te eches otra novia no tendrás mi recomendación. Le diré que eras el peor novio del planeta -se burló (tu name) con fingido enojo.
- Eso no es cierto. Soy un mal amigo, pero como novio no te me quejabas -dijo Lincoln en tono pícaro.
(Tu name) no pudo evitar reírse. Y Joe los miraba atónito. O estaban en crisis y volverían en escasos segundo o se habían convertido en íntimos sin que él se diese cuenta. Ambas cosas lo relevaban a él a un segundo plano. Y él nunca sería un segundón en la vida de (tu name).
Furioso se dio media vuelta para marcharse, pero una carcajada de (tu name) por un comentario de Lincoln, que ni siquiera escuchó, lo hizo quedarse. No dejaría que ese tipo se la robará. A su amiga, claro, se dijo no tan seguro como otras veces.
Ella vio la actitud de Joe y no supo qué le pasaba. Pensó que era probable que estuviese aún preocupado por ella. Estaba haciendo un enorme esfuerzo por estar bien y verlo sin tirársele encima y decirle que nunca la dejase. Pero lo estaba consiguiendo y Lincoln la estaba ayudando mucho. La ventaja de salir con un mujeriego es que se le olvida rápido que una vez fueron algo más que amigos y se toman las relaciones más en broma. Lo que hacía que no parasen de reír por cuantos recuerdos les pasaba por la mente.
(tu name) le hizo un gesto a Joe para que se sentara junto a ella y al ver que no lo hacía se incorporó lo suficiente para llegar hasta su mano, la apretó y tiró de él para que cayese al suelo.
Joe cayó sobre ella, tendiéndola sobre el césped. La miró de hito a hito. Sus ojos lo fascinaban, eran unas enormes turquesas más valiosas que cualquier piedra preciosa. Y sus labios... ¿cómo serían sus labios? ¿Qué sabor tendrían?
(Tu name) notó que le faltaba el aire y no porque tuviese un peso pesado sobre ella, sino porque sus pulmones estaban cediendo su actividad para que el corazón pudiese trabajar el doble de rápido. Lo tenía tan cerca. Esos labios que había saboreado y seguía saboreando cada vez que cerraba los ojos.
Sin darse cuenta y casi automáticamente se fueron acercando lentamente. Sus labios estaban casi rozándose cuando se escuchó un carraspeo.
- No es por molestar, pero si se van a poner cariñosos pueden tener la decencia de buscarse un hotel. O al menos, esperar a que el novio recién plantado se vaya -bromeó Lincoln risueño.
Joe parpadeo rápidamente recapacitando y analizando la situación. Miró a (tu name), de nuevo volvió la mirada a Lincoln y se separó de un salto. Se sentó sobre sus pies entre ambos y se frotó la mandíbula con expresión confusa.
Ella se apoyó sobre sus codos y sonrió a Lincoln.
- ¡Ya quisieras! Como te dije que no a lo del trío ahora vas buscando fantasías sexuales donde no las hay -se burló (tu name). Sabía que no era muy adecuado el comentario, ya que Joe nunca la había escuchado bromear así. Pero esa era ella y tenía que ir acostumbrándose. Además, era su forma de autoprotección, se sentía segura cuando utilizaba el sexo y las bromas como armas. Y solía funcionarle para quitarle hierro al asunto.
- Sí cariño, pero era con otra mujer -le continuó la broma Lincoln.
- No recuerdo que especificaras. Ahora lo tienes el doble de complicado. En vez de buscarte a una tendrás que buscarte a dos para hacer tus cochinadas -le espetó divertida (tu name).
- Tengo muchas amigas –informó Lincoln con una sonrisa pícara.
- Créeme, lo sé. Y creo que a alguna amiga mía -afirmó ella risueña.
- ¿Cómo? -preguntó Lincoln sin entender.
Ella sabía que le gustaba Miley y puede que más adelante los ayudase a estar juntos. Pero primero él tenía que centrase un poco más y ella tenía que superar su pasado que la perseguía como un mal sueño. Su amiga era un niña muy buena y aunque tenía su temperamento, no lo había utilizado tanto como debiese o no en los momentos adecuados. Y Lincoln era un buen chico o podría serlo, algún día. Ella no confiaba en su fidelidad cuando salía con él, pero tampoco creía en la de ella misma, así que no le pareció muy relevante. Pero para salir con Miley tenía que sentar la cabeza y solo tener ojos para ella. O ella misma se los sacaría.
Joe veía asombrado como los ex novios bromeaban sobre su vida sexual como si hablasen del tiempo. No podía creerse que esa fuese su amiga. No podía creerse que hubiese estado a punto de besarla. Y lo que menos podía creerse, es que ella hubiese dicho que no iba a pasar nada ¿Es que ella no notó la química y los fuegos artificiales? ¿Cómo no había podido notarlo? Pero si él a duras penas podía disimular las consecuencias de su excitación.
Estaba maldiciendo al mundo cuando escuchó una voz más que conocida. Taylor se había acercado muy simpática y había empezado a charlar con (tu name) sobre el único tema que tenían en común, la universidad. Ya que para Taylor, Joe había dejado de ser alguien cercano. Hablaron unos minutos por educación y esperó el momento oportuno para soltar su bomba.
- Cielo -dijo Taylor acariciándole el pelo a Joe- ¿Fuiste al médico para que te mirase lo de tu "problemita"? -preguntó malévola. Llevaba todo el día deseando dejarlo en ridículo y sabía mejor que nadie que delante de la única persona que a Joe le fastidiaría ese comentario sería delante de (tu name). Y así fue. La fulminó con la mirada, advirtiéndole que como dijese algo más la descuartizaba allí mismo- ¡Oh! Tranquilo eso le pasa a muchos hombres y no te preocupes porque ellos se enteren, son tus amigos -continuó burlona.
- Vaya -comentó (tu name) en un suspiró- ¡tiene que ser muy duro que te pase algo así! - Valga la ironía, pensó con una carcajada mental.
- Bueno seguro que eso le pasa a todos los hombres alguna vez -se burló Taylor feliz de la cara sonrojada de Joe.
- No, si me refería a ti. Tiene que ser duro, pero que muy duro, serle tan indiferente a un tipo que me consta se excita con los anuncios de tampones ¿Has ido al médico a mirártelo? -imitó (tu name) su voz exageradamente.
Taylor se puso furiosa y se marchó mientras (tu name) y Lincoln se soltaban en carcajadas. Tras calmarse un poco (tu name) se acercó a su amigo y le pasó el brazo por encima en gesto de complicidad.
- Si tu amigo no te responde yo te paso algunas revistas de mi papá. Que seguro lo que le pasa es que esta acojonado y escondido por tantas visitas a la gruñona esa -bromeó (tu name) sin parar de reírse.
- ¿En serio te ponen los anuncios de tampones? -preguntó Lincoln entre carcajadas.
- Solo en los que la protagonista sale desnuda -informó inexpresivo, mirando atónito a su amiga.
- Ah, bueno, esos ponen a cualquier hombre. Y que conste que a mí nunca me ha pasado nada parecido. Mi amigo siempre esta dispuesto cuando se le necesita -afirmó Lincoln orgulloso.
- Y cuando no -susurró (tu name) pero ambos la escucharon.
- No seas cruel con él -le ordenó Lincoln bromista- si ni siquiera te has dignado a presentarte.
- Uy, no, gracias. Algo me dice que he sido muy inteligente de salir airosa de nuestra relación -Aunque la verdad no le habría importado comprobar si se manejaba tan bien en la cama como fuera de ella, pensó (tu name).
- Por eso me has dejado. Si nos hubiésemos acostado serías adicta a mí e incapaz de separarte de mi lado -bromeó su ex novio mientras ella se soltaba en carcajadas.
Joe era incapaz de reaccionar y no sabía por qué. Todo era de lo más normal. (tu name) se había burlado y espantado a Taylor -como muchas otras veces- se había burlado un poco de él -como era de esperar- y se tomaba todo el asunto en broma. Muy lógico, ¡en otras circunstancias!
Él estaba intentando asimilar que (tu name) y Lincoln bromeasen como amigos de toda la vida, que sacasen temas sexuales y que (tu name) ni se hubiese dado cuenta de lo mucho que se había excitado cuando cayó sobre ella. Pero lo que ya no podía asimilar en esos momentos era soportar las bromas de la causante de su problema. Fue por ella por lo que no fue capaz de acostarse con Taylor y en quien pensaba cuando se acostó con... como se llamase. Y ahora tenía que escucharla reírse de él. Se habría ido furioso en ese instante sino fuese porque escuchó la mejor noticia que le podrían haber dado ese día ¡Lincoln y ella no se habían acostado!
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
Capítulo 23
Joe parecía un león enjaulado. Estaba furioso y ansioso a la espera de un encuentro. Ella llevaba una semana escapando de él. Sabía que le pasaba algo, pero no soportaba que huyese de él. Porque sabía que lo hacía. Y era síntoma de algo grave. (tu name) nunca lo evitaba. Y llevaba días poniéndole excusas que él comprobaba que no eran ciertas con mucha facilidad.
Lo que más lo enfurecía era verla bromear con Lincoln. Los veía más juntos que cuando se suponía estaban juntos. Y lo peor es que no dejaban de coquetear. Y eso no lo ayudaba a imaginársela como uno más del grupo. Cada día que pasaba la veía más sexy. Se había dicho que controlaría sus hormonas y no intentaría nada pero el que ella lo evitase con tanto ahínco lo estaba volviendo loco.
(tu name) miraba el reloj nerviosa. No quería ir. Había quedado con Joe en verse en el bar de siempre. Para tomar unas copas y hablar como era habitual. Pero era lo último que deseaba hacer. Sabía que ninguno de los chicos estaría allí, lo que implicaba estar a solas con Joe y no estaba muy segura de querer tal cosa.
¿Desde cuando era una cobarde? se reprochó (tu name), con todo el orgullo que pudo reunir.
Pero no era miedo lo que sentía. Al menos, no miedo a sus sentimientos. Ni siquiera se había permitido pensar en ellos. Lo que la aterraba era la idea de meter la pata y echar por tierra su amistad por un mal paso. Era consciente que ante las situaciones tensas acababa tomando el control y comportándose como la arpía que en realidad era. Sabía que manipulaba a cuantos hombres se le acercaban, pero no quería hacer tal cosa con él. Eran amigos. No podía estropearlo todo ahora, después de tantos años convenciéndolo de que era una buena chica.
Él no la conocía, se dijo hundiéndose en su tristeza. Cuando supiese como era de verdad la odiaría. Ella no lo soportaría. Y ya había comenzado a ponerse la armadura para protegerse del inevitable desenlace.
Llegó hasta la esquina y vio a Joe dando vueltas de un lado a otro, gastando el asfalto frente a la puerta del bar. No pudo más que sonreír. Él no se merecía que fuese la bruja que utilizaba a los hombres como entretenimiento hasta que encontraba algo mejor. Cuando lo veía una ternura que no sabía que existía dentro de ella, la invadía, al igual que un tremendo calor al recordar el beso que se dieron.
No podía fingir que todo seguía igual, pero definitivamente no iba a ponerse a llorar por las esquinas o esconderse. O ya no más. No era una alocada incapaz de entender sus sentimientos. Tenía muy claro lo que había pasado y ese era el motivo de que no quisiese verlo. Le había roto todos sus esquemas. Y, en parte, lo odiaba por eso. Era fácil tenerlo como amigo. Pero sentir algo más por él... ¡No le gustaba la idea! Quería seguir disfrutando de su vida, jugando y divirtiéndose con cuantos hombres le apeteciese. Pero enamorarse de Joe no estaba en sus planes ¡Y no lo permitiría! Él ya ejercía demasiado poder sobre ella como para darle más.
Segura de que no permitiría que Joe se metiese más en su corazón, caminó hacía él con una sonrisa. Él al verla suspiró aliviado y sonrió.
- Es la primera vez que llegas tarde -afirmó Joe.
- Empiezo a tener costumbres de chicas ¡Cuidado! -bromeó (tu name). No debía ir por ese camino. Lo sabía pero no podía evitarlo. Una parte de ella estaba deseando que la descubriese.
- Es normal. Eres una chica -y preciosa, pensó con una sonrisa.
- Muy observador ¿Descubrió algún misterio más? -se burló ella intentando no darle ningún significado a la sonrisa boba que ponía su amigo al mirarla.
- Más de los que pensaba y menos de los que me gustaría -y esa ropa no ayudaba, se dijo comiéndosela con la mirada.
(tu name) decidió que no era prudente ponerse ropa de él, por lo que llevaba una sudadera de estilo urbano y poco ceñida. Pero debido a su delgadez y su espléndido pecho, se le ajustaba un poco al cerrar la cremallera, en esa zona.
Joe quiso bajar la maldita cremallera y ver bajo ella. Sabía que llevaba una blusa ceñida, se notaba por el tipo de cuello ¡Quería verla! Rezó para que pusiesen la calefacción en el bar.
Entraron, pidieron unas cervezas y se sentaron en la mesa de costumbre. Pero ninguno de los dos se sentía como siempre. Joe había decidido no dejarla escapar. Significase eso lo que significase. Y (tu name) aún recordaba el beso que su "amigo" le había dado, rompiendo todos sus planes.
Ella sonrió aliviada al ver a su salvador acercarse. Había sobornado vilmente a Lincoln para que fuese para controlar que no se pasaba de la raya.
Lo hacía por el bien de Joe, se dijo (tu name) segura de estar haciendo lo correcto. Sino lo hacía era probable que acabase destapándose, conquistándolo, o intentándolo y fastidiando su relación ¿A quien pretendía engañar? Ella nunca intentaba conquistar a ningún hombre, simplemente lo conseguía. Y Joe no sería un reto. Pero no lo haría. Era su amigo y lo respetaría. Y sino para eso tenía a Lincoln. Él no dejaría que ella coquetease con Joe.
Lincoln saludó a un malhumorado Joe y se acercó al oído de su chantajista, mientras se sentaba junto a ella.
- Un mes -le susurró Lincoln tajante- ¡Ni un día más!
(tu name) asintió conforme. Le había prometido ayudarlo a conquistar a Miley, pero lo había prevenido que no sería fácil y que necesitaría tiempo. Él había estado de acuerdo, al comprender que la muchacha tenía un pasado que superar. Pero (tu name) se tendría que esmerar, porque en un mes debía haber convencido a la protagonista de sus noches de tortura de que él era diferente a los demás. Aunque no lo fuese.
Y no lo era, pensaba (tu name). Pero su objetivo no era tanto hacer que Miley superarse su pasado como hacer que Lincoln la complaciera en su futuro. Su amiga debía aprender muchas cosas, entre ellas cómo hacer que ese mujeriego sentase la cabeza. Y ella se ocuparía de eso personalmente.
Joe estaba furioso. Sino tenía suficiente con la inoportuna aparición del "ex" ahora encima tenía que soportarlos hablándose y mirándose con complicidad.
- ¿Y qué haces por aquí? -preguntó molesto Joe.
- Venimos mucho, no es algo raro -contestó hábilmente Lincoln- Y... -cambió de tema con una sonrisa- ¿qué planes tienes para este fin de semana?- sonrió burlón a (tu name). Pero ella no era de las que se ponían nerviosas por miedo a descubrirse. Así que contraatacó.
- Buscarle novio a Mai. Conocí a un chico súper lindo el otro día... -comenzó a decir risueña.
- ¡Ok! -la interrumpió Lincoln- Me tienes en tus manos ¿no?
- Aja -afirmó divertida- Pero mira el lado positivo, son unas manos monísimas -bromeó ella coqueta.
Joe no entendía absolutamente nada. No le gustaba las confianzas y el coqueteo que tenían. Pero siempre que estaba Lincoln aparecía una (tu name) que él no conocía y que definitivamente quería conocer mejor ¿Por qué no sería así con él? ¿Solo era así con Lincoln? ¿O es que solía comportarse así con los chicos que le gustaban? Seguramente, y eso significaba que no sentía absolutamente ninguna atracción por él, ya que nunca le había coqueteado.
- Tu novia -lo avisó (tu name) sacándolo de sus pensamientos. Se giró y vio como se acercaba Taylor hacía ellos. Era lo último que necesitaba. Pero a diferencia de él, (tu name) estaba de lo más contenta. Al instante supo que planeaba reírse un rato a costa de la animadora. Taylor no podía compararse intelectualmente con (tu name) y Joe no entendía como seguía intentándolo después de tanto tiempo.
- Hola chicos -dijo Taylor al llegar hasta la mesa- ¿Qué tal? -preguntó por pura cortesía antes de soltar su veneno- (tu name)... -comenzó a decir con una sonrisa malévola- creo que conoces a mi primo, Nick. Vio una foto tuya del último partido y te reconoció ¡Como su novia! -declaró satisfecha- Y yo que pensaba que estabas con Lincoln -intentó hacerse la inocente.
- Vaya -dijo Lincoln mientras miraba a (tu name) ceñudo- ¿Con cuantos me has puesto los cuernos? -bromeó estallando en carcajadas.
- ¿No pretenderás que me acuerde de todos los nombres? -le siguió la broma (tu name).
- Haz como yo, ponlos en una agenda -sugirió divertido mientras enseñaba una pequeña agenda negra.
- No, gracias. Lo que suelo desear es olvidarlos al día siguiente, no tener sus datos personales -afirmó risueña, volteando hacía Taylor- Perdón ¿hemos interrumpido tu patético intento de fastidiar?-preguntó (tu name) con fingido lamento.
- Puedes burlarte cuanto desees, pero en unos minutos mi primo vendrá y se te quitará esa sonrisa de la cara.
En eso estaba de acuerdo. Para sonreír hay que tener una expresión calmada y con dos de esa familia juntos era probable que acabase partiéndose de risa por el suelo.
- ¡No! -espetó (tu name) con fingido horror- Entonces no me quedará más remedio que suicidarme.
- Procura no salpicar ¡este traje me costo una pasta! -bromeó Lincoln colocándose bien el traje.
- ¡Se te nota la pena! -le pegó (tu name) cariñosamente en la nuca.
Lincoln le contestó con un abrazo a la vez que le aprisionaba ambas manos. Ella se reía y le sacaba la lengua mientras huía de la mano que tenía libre que pretendía pellizcarle la nariz. Cosa que odiaba. Pero la esperada visita llegó y ambos se compusieron en el acto.
- ¡Nick hola! -saludo risueña (tu name)- ¡Cuanto tiempo!
- Hola -repuso mirándola de arriba a bajo de forma despectiva- ¿Podemos hablar a solas? -preguntó secamente Nick.
- ¡Por supuesto! -no esperaba menos.
Se levantó con una sonrisa inocente que Taylor y Joe interpretaron como desconocimiento de lo que iba a pasar. Taylor estaba segura de que Nick le armaría una buena bronca. Joe no sabía qué estaba pasando pero estaba seguro de que su amiga se acababa de meter en un lío. Y Lincoln no paraba de reírse, seguro de que ese pobre hombre se iría con el robo entre las piernas. Y probablemente más tenso de lo que llegó, añadió mentalmente con una carcajada.
En un tiempo record, incluso para ella, (tu name) volvió a la mesa con la misma sonrisa. Nick completamente sonrojado caminó tras ella, cogió del brazo a Taylor y se la llevó a rastras.
Lincoln no dejó de reír y Joe la miró atónito.
- ¿Qué ha pasado? -preguntó sin poder evitar la curiosidad.
- Nada -contestó (tu name) sin darle importancia- Nick es un amigo y como tal le he pedido que se lleve a su prima que tiene un concepto erróneo de nuestra amistad -O más bien, lo había acorralado contra una pared y le había exigido que se largase con su primita, mientras rozaba sensualmente sus labios con los de él y le recordaba episodios indecorosos de su intimidad juntos, hasta que este estuvo tan excitado que habría sido capaz de matar si ella se lo hubiese pedido.
- Si, tenía cara de eso -bromeó Lincoln, sabiendo lo que había pasado.
Joe no era tonto y supo a qué se refería. Había visto algunos brotes de sensualidad en su amiga cuando estaba con Lincoln, y el tal Nick no era de los que se fijan en cualquiera. Ese tipo nunca habría salido con una chica que no fuese o pudiese ser modelo ¿Por qué habría salido con (tu name)? Todo empezaba a ser muy extraño, pero estaba seguro de una cosa: (tu name) le ocultaba un aspecto de su vida que él quería conocer. Le enfurecía el engaño, aunque pensó que simplemente sería un desinterés de ella por mostrarse de la misma manera que lo hacía para los demás. Seguramente le costaba mucho esfuerzo ser como todas las chicas, seducir y coquetear con hombres. Pero con él era ella misma. Esta seguro. Pero ¿por qué se veía tan sexy últimamente? Eran alucinaciones suyas. Solo eso.
Fin DEl CAp 23
Joe parecía un león enjaulado. Estaba furioso y ansioso a la espera de un encuentro. Ella llevaba una semana escapando de él. Sabía que le pasaba algo, pero no soportaba que huyese de él. Porque sabía que lo hacía. Y era síntoma de algo grave. (tu name) nunca lo evitaba. Y llevaba días poniéndole excusas que él comprobaba que no eran ciertas con mucha facilidad.
Lo que más lo enfurecía era verla bromear con Lincoln. Los veía más juntos que cuando se suponía estaban juntos. Y lo peor es que no dejaban de coquetear. Y eso no lo ayudaba a imaginársela como uno más del grupo. Cada día que pasaba la veía más sexy. Se había dicho que controlaría sus hormonas y no intentaría nada pero el que ella lo evitase con tanto ahínco lo estaba volviendo loco.
(tu name) miraba el reloj nerviosa. No quería ir. Había quedado con Joe en verse en el bar de siempre. Para tomar unas copas y hablar como era habitual. Pero era lo último que deseaba hacer. Sabía que ninguno de los chicos estaría allí, lo que implicaba estar a solas con Joe y no estaba muy segura de querer tal cosa.
¿Desde cuando era una cobarde? se reprochó (tu name), con todo el orgullo que pudo reunir.
Pero no era miedo lo que sentía. Al menos, no miedo a sus sentimientos. Ni siquiera se había permitido pensar en ellos. Lo que la aterraba era la idea de meter la pata y echar por tierra su amistad por un mal paso. Era consciente que ante las situaciones tensas acababa tomando el control y comportándose como la arpía que en realidad era. Sabía que manipulaba a cuantos hombres se le acercaban, pero no quería hacer tal cosa con él. Eran amigos. No podía estropearlo todo ahora, después de tantos años convenciéndolo de que era una buena chica.
Él no la conocía, se dijo hundiéndose en su tristeza. Cuando supiese como era de verdad la odiaría. Ella no lo soportaría. Y ya había comenzado a ponerse la armadura para protegerse del inevitable desenlace.
Llegó hasta la esquina y vio a Joe dando vueltas de un lado a otro, gastando el asfalto frente a la puerta del bar. No pudo más que sonreír. Él no se merecía que fuese la bruja que utilizaba a los hombres como entretenimiento hasta que encontraba algo mejor. Cuando lo veía una ternura que no sabía que existía dentro de ella, la invadía, al igual que un tremendo calor al recordar el beso que se dieron.
No podía fingir que todo seguía igual, pero definitivamente no iba a ponerse a llorar por las esquinas o esconderse. O ya no más. No era una alocada incapaz de entender sus sentimientos. Tenía muy claro lo que había pasado y ese era el motivo de que no quisiese verlo. Le había roto todos sus esquemas. Y, en parte, lo odiaba por eso. Era fácil tenerlo como amigo. Pero sentir algo más por él... ¡No le gustaba la idea! Quería seguir disfrutando de su vida, jugando y divirtiéndose con cuantos hombres le apeteciese. Pero enamorarse de Joe no estaba en sus planes ¡Y no lo permitiría! Él ya ejercía demasiado poder sobre ella como para darle más.
Segura de que no permitiría que Joe se metiese más en su corazón, caminó hacía él con una sonrisa. Él al verla suspiró aliviado y sonrió.
- Es la primera vez que llegas tarde -afirmó Joe.
- Empiezo a tener costumbres de chicas ¡Cuidado! -bromeó (tu name). No debía ir por ese camino. Lo sabía pero no podía evitarlo. Una parte de ella estaba deseando que la descubriese.
- Es normal. Eres una chica -y preciosa, pensó con una sonrisa.
- Muy observador ¿Descubrió algún misterio más? -se burló ella intentando no darle ningún significado a la sonrisa boba que ponía su amigo al mirarla.
- Más de los que pensaba y menos de los que me gustaría -y esa ropa no ayudaba, se dijo comiéndosela con la mirada.
(tu name) decidió que no era prudente ponerse ropa de él, por lo que llevaba una sudadera de estilo urbano y poco ceñida. Pero debido a su delgadez y su espléndido pecho, se le ajustaba un poco al cerrar la cremallera, en esa zona.
Joe quiso bajar la maldita cremallera y ver bajo ella. Sabía que llevaba una blusa ceñida, se notaba por el tipo de cuello ¡Quería verla! Rezó para que pusiesen la calefacción en el bar.
Entraron, pidieron unas cervezas y se sentaron en la mesa de costumbre. Pero ninguno de los dos se sentía como siempre. Joe había decidido no dejarla escapar. Significase eso lo que significase. Y (tu name) aún recordaba el beso que su "amigo" le había dado, rompiendo todos sus planes.
Ella sonrió aliviada al ver a su salvador acercarse. Había sobornado vilmente a Lincoln para que fuese para controlar que no se pasaba de la raya.
Lo hacía por el bien de Joe, se dijo (tu name) segura de estar haciendo lo correcto. Sino lo hacía era probable que acabase destapándose, conquistándolo, o intentándolo y fastidiando su relación ¿A quien pretendía engañar? Ella nunca intentaba conquistar a ningún hombre, simplemente lo conseguía. Y Joe no sería un reto. Pero no lo haría. Era su amigo y lo respetaría. Y sino para eso tenía a Lincoln. Él no dejaría que ella coquetease con Joe.
Lincoln saludó a un malhumorado Joe y se acercó al oído de su chantajista, mientras se sentaba junto a ella.
- Un mes -le susurró Lincoln tajante- ¡Ni un día más!
(tu name) asintió conforme. Le había prometido ayudarlo a conquistar a Miley, pero lo había prevenido que no sería fácil y que necesitaría tiempo. Él había estado de acuerdo, al comprender que la muchacha tenía un pasado que superar. Pero (tu name) se tendría que esmerar, porque en un mes debía haber convencido a la protagonista de sus noches de tortura de que él era diferente a los demás. Aunque no lo fuese.
Y no lo era, pensaba (tu name). Pero su objetivo no era tanto hacer que Miley superarse su pasado como hacer que Lincoln la complaciera en su futuro. Su amiga debía aprender muchas cosas, entre ellas cómo hacer que ese mujeriego sentase la cabeza. Y ella se ocuparía de eso personalmente.
Joe estaba furioso. Sino tenía suficiente con la inoportuna aparición del "ex" ahora encima tenía que soportarlos hablándose y mirándose con complicidad.
- ¿Y qué haces por aquí? -preguntó molesto Joe.
- Venimos mucho, no es algo raro -contestó hábilmente Lincoln- Y... -cambió de tema con una sonrisa- ¿qué planes tienes para este fin de semana?- sonrió burlón a (tu name). Pero ella no era de las que se ponían nerviosas por miedo a descubrirse. Así que contraatacó.
- Buscarle novio a Mai. Conocí a un chico súper lindo el otro día... -comenzó a decir risueña.
- ¡Ok! -la interrumpió Lincoln- Me tienes en tus manos ¿no?
- Aja -afirmó divertida- Pero mira el lado positivo, son unas manos monísimas -bromeó ella coqueta.
Joe no entendía absolutamente nada. No le gustaba las confianzas y el coqueteo que tenían. Pero siempre que estaba Lincoln aparecía una (tu name) que él no conocía y que definitivamente quería conocer mejor ¿Por qué no sería así con él? ¿Solo era así con Lincoln? ¿O es que solía comportarse así con los chicos que le gustaban? Seguramente, y eso significaba que no sentía absolutamente ninguna atracción por él, ya que nunca le había coqueteado.
- Tu novia -lo avisó (tu name) sacándolo de sus pensamientos. Se giró y vio como se acercaba Taylor hacía ellos. Era lo último que necesitaba. Pero a diferencia de él, (tu name) estaba de lo más contenta. Al instante supo que planeaba reírse un rato a costa de la animadora. Taylor no podía compararse intelectualmente con (tu name) y Joe no entendía como seguía intentándolo después de tanto tiempo.
- Hola chicos -dijo Taylor al llegar hasta la mesa- ¿Qué tal? -preguntó por pura cortesía antes de soltar su veneno- (tu name)... -comenzó a decir con una sonrisa malévola- creo que conoces a mi primo, Nick. Vio una foto tuya del último partido y te reconoció ¡Como su novia! -declaró satisfecha- Y yo que pensaba que estabas con Lincoln -intentó hacerse la inocente.
- Vaya -dijo Lincoln mientras miraba a (tu name) ceñudo- ¿Con cuantos me has puesto los cuernos? -bromeó estallando en carcajadas.
- ¿No pretenderás que me acuerde de todos los nombres? -le siguió la broma (tu name).
- Haz como yo, ponlos en una agenda -sugirió divertido mientras enseñaba una pequeña agenda negra.
- No, gracias. Lo que suelo desear es olvidarlos al día siguiente, no tener sus datos personales -afirmó risueña, volteando hacía Taylor- Perdón ¿hemos interrumpido tu patético intento de fastidiar?-preguntó (tu name) con fingido lamento.
- Puedes burlarte cuanto desees, pero en unos minutos mi primo vendrá y se te quitará esa sonrisa de la cara.
En eso estaba de acuerdo. Para sonreír hay que tener una expresión calmada y con dos de esa familia juntos era probable que acabase partiéndose de risa por el suelo.
- ¡No! -espetó (tu name) con fingido horror- Entonces no me quedará más remedio que suicidarme.
- Procura no salpicar ¡este traje me costo una pasta! -bromeó Lincoln colocándose bien el traje.
- ¡Se te nota la pena! -le pegó (tu name) cariñosamente en la nuca.
Lincoln le contestó con un abrazo a la vez que le aprisionaba ambas manos. Ella se reía y le sacaba la lengua mientras huía de la mano que tenía libre que pretendía pellizcarle la nariz. Cosa que odiaba. Pero la esperada visita llegó y ambos se compusieron en el acto.
- ¡Nick hola! -saludo risueña (tu name)- ¡Cuanto tiempo!
- Hola -repuso mirándola de arriba a bajo de forma despectiva- ¿Podemos hablar a solas? -preguntó secamente Nick.
- ¡Por supuesto! -no esperaba menos.
Se levantó con una sonrisa inocente que Taylor y Joe interpretaron como desconocimiento de lo que iba a pasar. Taylor estaba segura de que Nick le armaría una buena bronca. Joe no sabía qué estaba pasando pero estaba seguro de que su amiga se acababa de meter en un lío. Y Lincoln no paraba de reírse, seguro de que ese pobre hombre se iría con el robo entre las piernas. Y probablemente más tenso de lo que llegó, añadió mentalmente con una carcajada.
En un tiempo record, incluso para ella, (tu name) volvió a la mesa con la misma sonrisa. Nick completamente sonrojado caminó tras ella, cogió del brazo a Taylor y se la llevó a rastras.
Lincoln no dejó de reír y Joe la miró atónito.
- ¿Qué ha pasado? -preguntó sin poder evitar la curiosidad.
- Nada -contestó (tu name) sin darle importancia- Nick es un amigo y como tal le he pedido que se lleve a su prima que tiene un concepto erróneo de nuestra amistad -O más bien, lo había acorralado contra una pared y le había exigido que se largase con su primita, mientras rozaba sensualmente sus labios con los de él y le recordaba episodios indecorosos de su intimidad juntos, hasta que este estuvo tan excitado que habría sido capaz de matar si ella se lo hubiese pedido.
- Si, tenía cara de eso -bromeó Lincoln, sabiendo lo que había pasado.
Joe no era tonto y supo a qué se refería. Había visto algunos brotes de sensualidad en su amiga cuando estaba con Lincoln, y el tal Nick no era de los que se fijan en cualquiera. Ese tipo nunca habría salido con una chica que no fuese o pudiese ser modelo ¿Por qué habría salido con (tu name)? Todo empezaba a ser muy extraño, pero estaba seguro de una cosa: (tu name) le ocultaba un aspecto de su vida que él quería conocer. Le enfurecía el engaño, aunque pensó que simplemente sería un desinterés de ella por mostrarse de la misma manera que lo hacía para los demás. Seguramente le costaba mucho esfuerzo ser como todas las chicas, seducir y coquetear con hombres. Pero con él era ella misma. Esta seguro. Pero ¿por qué se veía tan sexy últimamente? Eran alucinaciones suyas. Solo eso.
Fin DEl CAp 23
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Re: [solo mayores] AMIGOS DESCONOCIDOS (Joe y ___)
vamos sofi seguila!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! por fis
by kiara (fan #1 de Joe pollito!!!) (plop no hay icono de pollo=¿)
by kiara (fan #1 de Joe pollito!!!) (plop no hay icono de pollo=¿)
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